CAPÍTULO NUEVE

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VALENTINA
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El alboroto fuera de mi oficina me hizo tomar un profundo suspiro antes de abrir la pesada puerta. Renata estaba parada en el pasillo al lado de un tipo que no conocía, lo cual era interesante. Esperaba que Prisma enviara a Ford.

—¿Quién eres?

—Rick. Estoy con ellos—, dijo a modo de explicación mientras se acercaba y me estrechaba la mano.

—Valentina —dije, devolviendo el saludo.

—Lo sé. Leí el artículo que Times hizo sobre ti.

—Ah.— Sonreí. Parecía que todos los que conocía últimamente habían leído el artículo.

Los miré a los dos. —¿Prisma los envió para esto entonces?

—Uh, sí, pero...

—Estamos listos —anunció Sam mientras rodeaba la esquina.

Se veía extraño, su expresión no se iluminaba como normalmente lo hacía cuando Renata estaba alrededor. Estaba a punto de preguntar cuando Juliana apareció detrás de él. Me trague un suspiro. Mi corazón latía fuerte el cual no parecía funcionar correctamente desde la última vez que la vi a ella. Puse mis manos en mis cintura y me apoyé en el marco de la puerta, viendo cómo sus caderas se balanceaba en ese vestido de la cadera del color vino tinto. Debería ser ilegal para ella andar con ese vestido. Todo lo que podía hacer era imaginarme tirando de sus caderas

Mierda.

Una mirada a ella y ella me hizo esto.

Necesitaba concentrarme en otra cosa, pero no podía dejar de mirar. Parecía letal, segura de sí misma. Confiada.

Era una mujer que podía entrar en una reunión con casi cualquier persona y matar. Saber que esa persona era actualmente yo era a la vez seductor y aterrador. Se detuvo frente a mí y se encontró con mi mirada de frente. Me despejé la garganta, con la esperanza de recuperar algún tipo de equilibrio en esta situación.

—Esto es una sorpresa—, le dije. Era mentira, pero ella no necesitaba saberlo.

—Para las dos, puedo asegurarte.— Esos ojos en forma de almendra catalogaron mis rasgos. —Tienes el cabello más claro.

Mis labios se estremecieron. —Gracias por darte cuenta.

—Imposible no hacerlo.

Algo floreció dentro de mí, corrió a través de mi sangre como un incendio forestal. Ese  sentimiento de pertenencia que no había encontrado en otro lado ni siquiera me había molestado en busacar.

Esta vez no.

Sabía que había tenido un hijo, no sabía si era niño o niña, pero lo del novio no estaba tan segura. Me recordé a mí misma que esto era estrictamente de negocios. La necesitaba de mi lado para la compañía de calcetines que quería abrir. Me enderezé, empujé el marco, y caminé más allá de ella, con la mano hacia arriba como para liderar el camino.

—Vamos a reunirnos en la sala de conferencias.

No la quería dentro de mi oficina. No necesitaba el aroma de su perfume persistente ni nada de esa magia dejando rastro después de que se fuera. Este proyecto era importante; este proyecto era tanto para Sam como para mí. Dentro de la sala de conferencias, todo estaba listo. Me dirigí a el asiento a la cabeza de la mesa, mi asiento normal. Se sentía presuntuoso tomar el lugar con Juliana aquí. Una parte de mí quería ofrecérselo. Sacudí el pensamiento. Su hijo. Su novio. Me senté frente a donde ella estaba. Estaba hablando tranquilamente con Renata, que estaba deslizando la tableta mientras Sam se ría a mi derecha.

Mi Camino de Regreso a Ti - JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora