Eighteen
Era una noche muy fría; el invierno estaba llegando. Caminaban por las calles más pobres de la ciudad, pasaban ignorando a todas las personas que ahí se encontraban. Para su sorpresa en pleno camino se encontraron a un niño albino llorar.
El niño notó las miradas sobre él y se volteó asustado; tenía miedo de que le hicieran algo. Lloró más fuerte ante el miedo y se derrumbó en el suelo. Chuuya se acercó al niño a pasos lentos y colocó su mano en su cabeza. El niño albino con los ojos llorosos alzó su vista y miró a Chuuya.
- No te haré nada, no te preocupes - dijo agachandose a la altura del niño - ¿Estás perdido? ¿Cómo te llamas?
- Atsushi, Nakajima Atsushi... Perdí a mi amigo...
- ¿Y tus padres?
El pequeño albino no respondió y se deprimió ante la pregunta, Chuuya comprendió y le dio suaves caricias en su cabello.
- No te deprimas, yo tampoco tengo padres, y mírame, no estoy triste. Tienes que seguir adelante.
Atsushi se mostró más alegre y le sonrió a Chuuya. Dazai había llegado a su lado, con otro niño.
- Espero que no lo hayas secuestrado - le advirtió Chuuya con mirada acusadora.
- ¿Por quién me tomas? - preguntó ofendido - Lo vi espiandonos, así que lo traje aquí.
- ¡Él no es malo! - gritó Atsushi - Es mi amigo.
Chuuya le hizo un gesto a Dazai para que lo soltara y así lo hizo. El pequeño albino corrió hacia los brazos del pelinegro y este abrazó con recelo al menor mirando a Dazai y Chuuya.
- ¿Qué haremos con ellos? Está haciendo mucho frío y no tienen padres que los cuiden.
- Nosotros no podemos hacer nada Chuuya, no somos niñeros y nuestro trabajo no es un lugar donde un niño pueda crecer.
- Tú y yo crecimos allí, pero tienes razón... Ellos son aún más pequeños...
Chuuya entendía las palabras de Dazai, pero por experiencia propia sabía que vivir en las calles era horrible y ver a los dos pequeños le dolía. Se veía reflejado en ellos cuando no tuvo a nadie.
Finalmente había tomado una decisión, tomó su gabardina y a pasos lentos se acercó a ambos pequeños. El pelinegro aún lo veía desconfiado, pero Atsushi dijo que se calmara. Chuuya colocó su gabardina alrededor de ambos niños abrigandolos.
- ¿Les gustaría un lugar donde vivir con comida y calor?
Aquella pregunta ninguno de los presentes se la esperaba. Los niños lo miraron esperanzados y asintieron.
- Vengan conmigo y con este desperdicio de vendas. Prometo no hacerles daño... Si no es necesario.
Los niños se abrigaron más en la gabardina. El pelinegro hizo un gesto con la mano y detrás de un muro salió una pequeña niña de cabellos negros.
- ¿Otro más? - se quejó Dazai
Chuuya se levantó y tomó la gabardina de Dazai sin preguntar, arropó a la niña, la cargó y la dejó en los brazos del más alto.
- Ni se te ocurra hacerle algo.
Chuuya se acercó a los más pequeños y abrió sus brazos, los dos se abalanzaron sobre él y los arropó mejor, se colocó al lado de Dazai y empezaron a caminar hacia las sedes de la Mafia.
- Nunca creí que adoptarías a 3 niños, ¿No eres muy joven para esto? - preguntó con burla - ¿Cómo le explicaras esto a Mori?
- Le pediré ayuda a Ane-San, pero yo me haré cargo de ellos como Ane-San lo hizo conmigo.
Chuuya le dio un pequeño vistazo a los 3 niños que finalmente se habían dormido.
- No te pediré tú ayuda, así que no tienes porqué verte involucrado en esto.
Dazai pensó en las palabras de Chuuya y se escogió de hombros.
- Mientras menos obligaciones, mucho mejor para mí, te lo encargo.
Chuuya rodó los ojos y continuó caminando, se estaba congelando, pero proteger a los niños primero era la prioridad. Se encargaría de criarlos bien; aunque sea bajo los techos de la Mafia y aunque Dazai no quisiera, tarde o temprano terminaría ayudándolo.
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Este libro ya llegó a las 500 VISTAS, AHHH de verdad muchas gracias 🤧
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30 Days OTP Challenge #2 [Soukoku, BSD]
FanfictionOtro OTP Challenge, un segundo libro porque me gusta mucho esto. Si no les gusta el Soukoku o el yaoi, este no es tú lugar, pero si es lo contrario, bienvenido :3 Los personajes no me pertenecen, pero si la historia.