Promise | JJK & JJGK ✓

capítulo ocho

—Hola mi conejito bonito —Sea se lanzó sobre Jungkook abrazandolo.

Jungkook correspondió aquél abrazo apenado, hacia varios días que Sea venía comportándose de esa forma con él, comprendía que tal vez lo hacía porque la chica quería mantener lejos a Jeongguk de su persona pero aún así esas muestras de afecto tan cercanas lo confundían.

La chica pasaba todo el día pegada a él como un chicle, no le molestaba, le agradaba su compañía, pero aquellos tratos tan cariñosos lo ponían muy nervioso, sin mencionar a Jeongguk.

Después de ese día donde Sea lo encontró en pleno beso con aquella chica, no había llevado a ninguna otra a casa, y eso en el fondo lo frustraba, el pobre estaba necesitado y ver las escenas de cariño de Sea hacia Jungkook lo encendían por dentro, por una vez en la vida deseaba ser su hermano para recibir los afectos de la castaña.

Sea se sentía muy cómoda con Jungkook, le había tomado mucho cariño, había que admitir que le gustaba y por esa razón se lo demostraba seguido con abrazos y apodos lindos, para ella era su pequeño conejito, le encantaba acariciarle el cabello, besar sus mejillas y abrazarlo todo el día, su pecho era muy cómodo, era como una almohada térmica.

Aquél día en la noche llovía descontroladamente, después de cenar los gemelos se despidieron de ella, Jeongguk solo se despidió con la mano ya que supo de primera que Sea no quería ningún contacto físico con él, por lo menos por ahora.

Mientras Jeongguk avanzaba por las escaleras se dió media vuelta encontrándose a Sea abrazada a Jungkook fuertemente, como si no quisiera soltarlo ni por un segundo, ambos se habían vuelto demasiado cercanos y eso frustraba terriblemente a Jeongguk, aquella chica había llegado hace una semana y logró poner patas arriba su mundo en cuestión de segundos.

—Llueve mucho, posiblemente hayan truenos, sabes que odio las tormentas eléctricas — lo abrazó más fuerte —Kookie por favor déjame dormir contigo —puchereó escondiendo su carita en su pecho.

Jungkook la tomó de la cintura para alejarla de él unos segundos y mirarla a los ojos.

—Esta bien Sea, si la tormenta se pone peor, puedes ir a mi cuarto —le sonrió con aquellos dientes de conejo que a la chica le encantaban.

—Te lo agradezco mucho bebé —se alejó de él, no sin antes besar su mejilla.

Unas horas más tarde la tormenta se puso peor y como era evidente Sea se levantó de un salto para ponerse sus pantuflas y encaminarse hacia la habitación de Jungkook, miró para todos lados antes de entrar, vió a Kook acurrucado entre sus sabanas, se metió bajo ellas para luego abrazarlo logrando despertar al chico de su profundo sueño.

Jungkook la miró para luego abrazarla, sabía que Sea le temía a las tormentas, la cabeza de la chica se escondió en su pecho, era muy cómodo, una noche fría con Jungkook no sería problema, el chico sabía como mantenerte caliente entre sus brazos, y eso a ella le encantaba.