Prefacio. Rumbo.

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SEIS.  


RUMBO

Elevo firmemente la oscura mirada por sobre las pastas del libro que sostenía, clavándola en su amigo, intentando idear una excusa lo suficientemente buena para que este no lo llamase Uchiha amargado como solía hacerlo.

-Tengo que trabajar—dijo, seguro de sí con la esperanza de que Naruto desistiera, cosa que ni siquiera paso por la mente del aludido.

-Es tu día libre—respondió mordaz el Uzumaki alargando la sonrisa como un gato de Cheshire.

-Entonces me quedare a terminar mi libro para filosofía—argumento Sasuke de mala gana pues sus últimos recursos expiraban así como su paciencia.

-No jodas Uchiha, todos sabemos que el puto reporte es para dentro de una semana— Canturreo triunfante el rubio, Sasuke, con el poco orgullo que le quedaba, vio como sus argumentos se vinieron abajo, pensó en una manera de parecer menos humillado y termino doblemente aplastado. Exhalo, totalmente frustrado y recordándose a sí mismo que no podía estrangular a su mejor amigo o tendría que pagar el alquiler del apartamento en el que vivían solo, cosa que por ende era impensable, ya que de por si se le hacía difícil cubrir su mitad. –Espera un minuto... es acaso que... ¿Tienes miedo?

Sasuke dio un respingo al sentir como la sangre comenzaba a subirle a las mejillas, asustado de ser pillado sonrojado se levantó de un salto mirando a todos lados menos a Naruto.

-No Naruto, lo que tengo es un examen muy importante mañana.

Naruto se debatió internamente como terminar por completo a su compañero, ya había sido lo suficientemente audaz para sonrojarlo y no podía echarse atrás.

-Bueno, quédate entonces, cuando los chicos pregunten por ti les será bastante grato escuchar que Uchiha gallina no...

-Cierra ya la boca, tú ganas, pero ni creas que te traeré cargando si te emborrachas, morirás solo porque volveré temprano a estudiar.

El oji turquesa, sintiéndose orgulloso de sí mismo, sonrió más intensamente y con un tinte de alevosía murmuro un: Bien, entonces cámbiate que llamare a Shikamaru.

 Sasuke enarco una ceja—Porque déjame decirte Uchiha, que si llegas con ese suéter de erudito a la parte más recóndita de la ciudad amaneceremos en una zanja.

Porque si, irían a la parte más recóndita de la ciudad, un callejón tabú oscuro y peligroso denominado Seis. ¿Qué porque resultaba tan interesante para un grupo de jóvenes universitarios? Es que, el dulce sabor a lo desconocido los llamaba desde hace meses, habían escuchado los rumores, Seis; un lugar sin reglas.

Una puerta lo desconocido, un sufragio adyacente a sus dudas, habían acordado ir allí en grupo cosa que no le hacia ninguna gracia al púdico Sasuke, este, a diferencia de sus compañeros y además de ser brillante, era un joven recatado y dedicado por completo a sus estudios pues sabia lo dura que era la vida, él mismo lo podía apreciar desde que tenía uso de razón y claro que no quería terminar como su padre o su hermano mayor, no, el sacaría adelante la  reputación de su familia en memoria a su madre y de paso a sí mismo. El peli azabache, mientras bajaban por el ascensor, observo a Naruto y como ya muchas veces lo había hecho se perdió preguntándose como es que habían terminado siendo amigos y compartiendo apartamento cuando seguían ideologías tan distintas y, procedían de lugares tan remotos.

Naruto no pensaba demasiado antes de actuar, tan solo seguía su ímpetu aventurero y también su poca alusión a las reglas, a diferencia de Sasuke, no tenía que trabajar ni se preocupaba mucho en sus estudios dado que su familia estaba muy bien acomodada en el parlamento, en pocas palabras, había nacido en cuna de oro.

-¡Eh! Pero si Naruto no es tan idiota como parece, logro sacar al ratón de sus libros—dijo Sai apenas el par de compañeros de piso atravesó la puerta del edificio, se dedicaron asentimientos de cabezas e incluso uno que otro chocar de puños antes de abordar el auto de Shikamaru, en el que partirían. Este último de hecho trabaja en un bar en Seis, y les había prometido a sus tres amigos llevarlos y traerlos a casa sanos, salvos y vivos. Y vaya que lo haría, ya había pensado en no perder de vista a Naruto y bueno, Sasuke y Sai estaban lo suficiente mente grandecitos para cuidarse solos.

Las calles cada vez disminuían su población y pocos minutos faltaban para la hora esperada pues las actividades en Seis comenzaban, haciendo alusión a su nombre, a las seis.

La luz de día desaparecía casi por completo cuando  los altos postes con empuñadura en una mampara se encendieron, todos a su vez, mostrando el camino que los llevaría a Seis, y que para Sasuke sería su perdición.

-Por cierto... olvide decirles, está prohibido decir sus nombres reales.

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 Hey! Esta historia lleva tiempo en mi ordenador y no había podido subirla pero, aunque sera corta y un nuevo genero para mi me parece que les interesara.... mas que ninguna. Bueno, ¡FELIZ NAVIDAD! A todas y todos mis lectores hermosos,  actualizare pronto RPS, ojala y la pasen super. 

Cualquier duda, pregunta, critica o comentario, mandadme un mensaje, :DD

Cambio y fuera 

M.G.




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