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-¿Ya la dejaste? - preguntó Kagome al ver entrar a Inuyasha a la sala está vez sin tocar la puerta de la casa.-Sí...ese chico no me da nada de confianza, se ve muy mayor para ella...- farfullo molesto tomando asiento a su lado en el sillón.
-Lo sé...a mí igual - se removio incómoda Kagome, se empezaba a preocupar por su niña.
-¿Dijiste que querías un masaje de pie? - pregunto Inuyasha tratando de cambiar de tema evitando la preocupación.
-¿Qué? - miro confundida a Inuyasha- Eh, sí...pero no tienes porque tú...
-Campeón ven, yo un pie y tú el otro - llamo Inuyasha a su hijo menor que no dudo de dejar el cómodo sillón para sentarse en el suelo al lado de su padre y tomar un pie de su madre.
-Oigan...¡Me hacen cosquillas! - se carcajeo moviendo sus pies - Ah...se siente tan bien - suspiro de placer acomodandose mejor en su lugar - Ahí...
-¿Mami hace cuanto que no tenías un masaje? - pregunto Daichi concentrado en imitar los movimientos de su padre con las manos en los pies de su madre.
-Mhmm...cuando eras chiquito, tú padre siempre solía darme masajes cuando volvía del trabajo - la melancolía invadió su tono de voz.
-En especial cuando tu mamá estuvo embarazada de ustedes dos, se le hinchaban los pies ¡Uff!- se unió Inuyasha a los recuerdos agradable que tenía con su ex esposa.
-Me dolian mucho, tenía que estar descalza porque ningún calzado me entraba...
-¿Te hicimos sufrir mami? - acaricio tiernamente Daichi el pie de su progenitora.
-Un poquito, pero todo sufrimiento bueno tiene su recompensa - sonrió inclinándose y acariciando el rostro de su pequeño- ustedes son lo mejor que me pasaron.
-¿Papi también?
Kagome e Inuyasha chocaron sus miradas, las iris chocolates y ambarinas por un momento volvieron al pasado, cuando todavía eran parejas, de adolescentes y de adultos, la mirada enamorada que se daban en esos tiempos, ahora en el presente no había cambiado nada. A pesar del problema que los había llevado al divorcio, sus sentimientos y miradas enamoradas no había cambiado para nada.
-Sí...tú papá también es lo mejor que me pudo pasar.
°°°
-¡Timbre, seguro es la pizza, voy yo! - exclamó Inuyasha desde la cocina. Abrió la puerta de entrada y se sorprendió de ver a su hija ahí y más al ver que lo abrazaba empezando a llorar - ¿Moroha? - entro con ella a la casa y cerró la puerta, la abrazo protectoramente.
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Ahora sí, Para Siempre (TAM#3)
FanfictionTercera y última parte de la saga TE AMORODIO (TAM) Ahora divorciados, Inuyasha y Kagome continuaran con su vida en adelante, ambos ya adultos y con dos hijos. Moroha de 16 y Daichi de 11. Está vez nuestros protagonistas pasaran por su divorcio, la...