Tercera y última parte de la saga TE AMORODIO (TAM)
Ahora divorciados, Inuyasha y Kagome continuaran con su vida en adelante, ambos ya adultos y con dos hijos. Moroha de 16 y Daichi de 11.
Está vez nuestros protagonistas pasaran por su divorcio, la...
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-¿Entonces que paso en el hospital? A parte de tus pacientes claro - preguntó Inuyasha a su lado, ambos almorzando después de haber realizado su entrega de amor entre el agua de la ducha y las sábanas de su cama.
-Ah, bueno...discuti con Bankotsu - respondió mientras masticaba con la boca llena.
-¿Discutiste por qué terminaste con él? - Inuyasha frunció su ceño.
-No exactamente, yo quería hablar con él sobre terminar pero, empezó a hablar mal de ti y me enojé, te defendi y luego me fui para intentar calmarme - murmuro sonrojada.
-Oow cariño - Inuyasha se estiro para darle un beso en los labios- ¿Por qué hablo mal de mí?
-Por los de seguridad, le conte el porque de ellos y me reprochó el que tu me siguieras cuidando, le dije que era un insensato, que ambos todavía nos queríamos y que nos cuidabamos el uno al otro...prácticamente le dije que todavia te quiero.
-Corrección, me amas - señaló Inuyasha.
-Sí, te amo - blanqueo los ojos Kagome.
-Y yo a ti - se estiro para darle otro beso, luego su celular sono, era el recordatorio de que ya tenía que marcharse - Oh mierda, iré a buscar mis cosas cariño, ya es hora.
Kagome asintió y lo vio marchar de la cocina para escuchar como subía las escaleras para el segundo piso, agarro entre su mano una pata de pollo y se dirigió hasta la entrada de la casa esperando a Inuyasha con su saco de vestir en su otra mano libre.
-Gracias cariño - dijo después de que con la ayuda de la azabache se pusiera el saco - te veo en la noche amor - se despidieron con un último beso profundo y alargado -Mhmm pollo...
-¡Te amo! - grito Kagome antes de que Inuyasha abordará su auto negro.
-¡Te amo!
Y en segundos nomás, era observadora de como Inuyasha se alejaba rápidamente por la calle sin saber si quiera que algo malo podría pasar.
°°°
-Ten - Hiten le tendió a Kagome un vaso de café, la azabache sin quejas lo tomo.
-¿Cómo estás con el embarazo de Azumi amigo? - curioseo Kagome.
Estaban en su descanso de quince minutos, ya era pasadas las once de la noche y ambos junto con otros doctores más estaban a cargo de la noche del viernes en el hospital de la sala de emergencias.
-Ay, eres la primera que pregunta por mí y no por Azumi- Hiten dramáticamente retiro una lágrima falsa debajo de su ojo, Kagome volteó los ojos.
-Ya, ya...
-Es enserio Kagome. Todos me preguntan como está Azumi ¡Y está bien, más que bien puedo decir! Cuando salgo del trabajo y vuelvo a la casa tengo que soportar discusiones sin sentido, su deseo sexual está peor que antes ¡Y el doctor dijo que tenemos que ser precavidos! Pero eso, ella no lo entiende...cuando desea algo y si no lo consigo me tira cosas...soy yo el que sufre Kagome, soy yo...- chilló Hiten.
