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-¡Mami! - Daichi al ver entrar a su madre por la puerta corrió a sus brazos

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-¡Mami! - Daichi al ver entrar a su madre por la puerta corrió a sus brazos.

-Hola cariño - lo abrazo y le dio besos en la mejilla - ¿Ya estaban por irse a la escuela? - preguntó al ver a su hijo con el uniforme de la escuela primaria.

-Sí, papá nos llevará-  asintió y ambos llegaron hasta la cocina en dónde Inuyasha ya con su camisa y corbata  desayunaba junto con su hija que también vestía la chomba y falda del colegio.

-Hola - saludo sonriente Inuyasha al ver entrar a su hermosa ex esposa.

-Hola ma' - Moroha saludo vagamente concentrada en terminar su desayuno.

-Hola - desganada se dejó caer en la silla vacía al lado de Inuyasha tomando su mano por debajo de la mesa - estoy agotada - tomo con su mano libre el café qur bebía Inuyasha.

-¿Rondas largas? - preguntó Inuyasha acariciando la mano de su azabache.

-No solo eso...- con su mirada le mando un mensaje claro a Inuyasha. El solo asintió y entrelazó sus dedos con los de Kagome.

-¡Terminé!  - exclamo Moroha enseñando su plato vacío - papi vámonos, la delegada no puede llegar tarde - se puso de pie y tomando del brazo a Inuyasha lo puso de pie y empezó a empujarlo por delante de ella - Nos vemos mamá-  grito la joven azabache.

-Nos vemos...

°°°

Después de darse un baño y de ponerse su pijama se dirigió a la habitación que era de ella e Inuyasha hacía años, se tiro en la cama matrimonial que compartían desde que habían vuelto del viaje, Inuyasha se negaba rotundamente a ir a la habitación actual de Kagome, alegando que no quería dormir en esa cama ni que quería que ella siguiera durmiendo allí, ya que el moreno y hasta el momento actual novio de Kagome había estado un par de veces entre esas cuatro paredes y dormido en esa cama.

-Es un bobo - sonrió Kagome pensando en Inuyasha, antes de quedarse dormida en la suavidad de aquella cama con la fragancia varonil de su peli plata que la ayudaba a conciliar el sueño con más facilidad.

°°°

-Ah...mhm, Inuyasha...

Gimió Kagome y se removio incapaz de seguir aguantando el placer que recibía por las manos, labios y lengua de su peli plata.  Ni siquiera lo vio, pero nunca se olvidaría de las sensaciones que la presencia y caricias de Inuyasha le producian a su cuerpo vulnerable a él.

-Sí cariño, soy yo... - susurro Inuyasha apretando la intimidad de Kagome con su pelvis.

-Ah, amor...estoy cansada - jadeo Kagome tratando de esquivar las caricias de su ex esposo.

-Está bien cariño...- Inuyasha dejo de brindarle caricias y se acosto a su lado  abrazándola.

-¿Qué haces aquí? Creo todavía es temprano...

Ahora sí, Para Siempre (TAM#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora