Tercera y última parte de la saga TE AMORODIO (TAM)
Ahora divorciados, Inuyasha y Kagome continuaran con su vida en adelante, ambos ya adultos y con dos hijos. Moroha de 16 y Daichi de 11.
Está vez nuestros protagonistas pasaran por su divorcio, la...
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Hace 5 años.
-Hoy te veo que desbordas de felicidad - comentó Bankotsu al ver llegar a su colega al trabajo más sonriente que otros días- ¿Algo que contar?
-Te lo diré más tarde...- aseguró Kagome a su amigo y colega moreno- ahora a trabajar - ambos asintieron.
La noche fue tranquila para que sea un viernes, pinchazos por acá, recetas médicas por allá y prueba de análisis listas por otro lado.
-¡Se acercan dos ambulancias, víctima inconsciente con 8 apuñaladas y atacante inconsciente con 3 apuñaladas, ambos todavía con pulso estable!
-Al fin, acción- murmuro Kagome a Bankotsu.
-¡Higurashi y Kioko con el atacante! ¡Takeda con la víctima conmigo! - ordeno el doctor Yoshida.
Los cuatros se dirigieron a la entrada de emergencia y se dividieron en dos yendo a las ambulancias con sus pacientes, entraron junto con las camillas y paramédicos que les informaban el estado.
Dejaron al paciente en un cubículo vacío y los paramédicos se marcharon dejando a ambos médicos a cargo. Kagome observó al paciente y le ordeno a su interna tomar los signos vitales. Kagome rompió la remera del hombre corpulento viendo con más libertad las tres apuñaladas en su costado derecho, no eran profundas así que solo era necesario cocer la herida.
-¿Escucho señorita Kagome? - le hablo Kioko volviendo al cubículo, Kagome cocía la herida con gran habilidad.
-¿Que cosa Kioko? - pregunto con un cubre boca sin apartar su mirada de su trabajo.
-El hombre atacó a su esposa, es un ataque de violencia familiar, la policia está aquí...- informó la joven interna.
-¿Policia?
Y en un abrir y cerrar de ojos, el hombre se puso de pie y rodeo a Kagome poniéndose detrás de ella y sacando de su bolsillo del pantalon una navaja grande apuntando el cuello de la azabache.
-¡Oh por Dios! - grito Kioko retrocediendo.
-¡No quiero policias! - grito el hombre a ambas mujeres.
-No habrá nadie, solo por favor suélteme- Kagome se puso nerviosa, sí ese hombre había apuñalado 8 veces a su esposa ¿Qué era capaz de hacerle a una desconocida?
-¡Mentira! ¡La escuche dijo que estaban los policias aquí!
-Solo suélteme por favor- Kagome empezó a sollozar, solo pensaba en su bebé.
No podía moverse, el hombre la tenía inmovilizada de todas sus extremidades movibles. Miro a Kioko y con la mirada le pidió ayuda. La joven interna siguió retrocediendo con cautela.
