Camila pov
Elia: Que haces aquí.- Me sonrió, esa fue una sonrisa claramente, bueno una media sonrisa, algo es algo, lo tomaré como una invitación a sentarme a su lado.- Piensas estar ahí sin hablar.
- A caso este lugar no está abierto para cualquier persona, debo sacar algún permiso.- Giro su rostro hacía mi haciendo la mueca que siempre hacía cuando alguien estaba exagerando las cosas.
Elia: Me estas siguiendo ahora o a que debo esta visita no tan grata.- Por favor siguiendola ¡Ja!.
- Brincos dieras si fuera así.
Elia: Por que justamente ahora Camila, por que después que había logrado un equilibrio en mi vida entre tanta mierda, por que después que he logrado arreglar el desastre que tu mejor amigo y tu hicieron en mi vida.
- Si diciéndole desastre al amor que sentimos es tu manera de evadir la realidad, esta bien lo acepto.
Elia: Amor, de que amor hablas, el amor que dices tenerme es solo capricho, como puede llamarle amor cuando no hiciste absolutamente ni mierda, como puedes llamarle amor.
- No hiciste más que alejarme, te apártate de mi de la peor forma que pudiste hacer, te fuiste y te casaste la que no lucho por mi fuiste tu, maldita estupida.
Elia: Me dejaste ir Camila, me dejaste ir si ni quiera preguntarme si era lo que en verdad quería, yo seguía intentándolo contigo aún estando lejos, seguía cuidando de ti, viendo que estuvieras bien que no te pasara nada, estaba para ti y te aseguro que si tan solo hubiera obtenido una llamada tuya no hubiera dudado en ir a donde estabas, después de haber dado todo por ti sabías que te estaba necesitando a mi lado, tomando mi mano y apoyándome a dar paso por paso, pero fuiste tan cobarde.
- Me dices a mi que fui una cobarde cuando fuiste tu la que se alejó de mi sin ni si quiera darme una prueba de vida, fuiste tu quien me apartó y no me dejo estar a su lado, ahora vienes y me dices esta mierda.
Elia: Si tanto era tu amor por mi pudiste haber echo mucho más no lo creés.
Elia pov.
Ella se quedó muda un instante, me miró y después miró hacia el mar, o más bien miraba al vacío. Tomo un suspiro cerrando los ojos y después me volvió a mirar, esos impresionantes ojos color cafés me miraban y juraba que podía ver el cielo o la misma galaxia en esos pequeños ojos que me enriquecían, como detener los latidos del corazón si ellos solos se alocan, como hacerle entender que no debería latir por otra persona que no fuera mi esposa, mi esposa, dios, que estupidez estoy haciendo, debería estar con Daniela y Elizabeth en la cama, debería estarle haciendo el amor a la mujer que me a dado más que una vida nueva y no perdiendo el tiempo en tratar de entender que mierda era este sentimiento que me atormentaba.
Camila: Suelo cagar la misma situación miles de veces, me equivoqué Elia, toda mi vida me he equivocado creyendo ser alguien que no soy, y lo peor de todo es que he querido demostrar una cara que no tengo, he tratado de cambiar muchas veces y eso solo me ha llevado al mismo camino, y se siente muy feo sabes, se siente estúpidamente rutinario.
Rutinario, esa era la palabra quizás que describiría mi relación con mi esposa, o tal vez era el pretexto que yo necesitaba para no aceptar la mierda que soy de persona.
Camila: Muchas veces me sentí tentada a buscarte sabiendo que estabas con Johana, después yo misma me decía que era una estupidez buscar a quien me dejó para casarse con el amor de su vida.
Con el amor de mi vida, el amor que no pude disfrutar y que me fue arrebatado de la manera más baja que pueda existir.
- Johana hubiera sacrificado todo por verme feliz, y si, me casé con el amor de mi vida, tengo la fortuna de decir que al menos pude hacer realidad ese sueño a su lado no lo crees. Tu no sabes lo que se siente Camila, no tienes idea del dolor y la herida que su partida me dejó, no logras entender el inmenso amor que le tenía a esa mujer, la impotencia que sentía todas las noches y que sigo sintiendo al regresar de mi trabajo después de salvar una vida, las pesadillas que he tenido que soportar por estos años de su imagen pidiéndome ayuda, suplicandome que la deje ir y que por egoísta no he podido hacer, no he podido hacerlo por que no he encontrado La Paz en mi corazón, maldigo mil veces saber la enfermedad, por que no fue algo más, por que no necesito un hígado, un riñón o un corazón, yo hubiera dado el mío sin ni siquiera pensarlo.
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Apareciste tu ( II PARTE).
RomansaHace mucho que ya no sé de ella, ya no conozco que libros le siguen apasionando, ya no se que lee por las tardes. Ya no se qué música escucha ahora, ya dejé de contar los días y la distancia en el que está por el simple echo que no sé a dónde se enc...