"𝑺𝒂𝒗𝒆 𝑴𝒆"
ꕥꕥꕥEl príncipe Haddock había estado bastante distraído durante estos últimos días.
Había algo, no estaba seguro de que, tal vez un presentimiento o algo por el estilo que lo había estado molestando de sobremanera, y le molestaba aún más no ser capaz de encontrar cual era la fuente de aquella amarga sensación que tenía en la cabeza porque solo podía estar seguro de que lo que sea que sucedía era de mucha importancia.
Su humor había estado muy cambiante e irritable, cosa extraña de él ya que usualmente su amabilidad sorprende al resto, los que más habían sido víctimas de los cambios eran los pobres sirvientes, por alguna razón la servidumbre perturbaba de alguna manera las emociones y sensaciones del príncipe, pero por más que intentaba saber si era alguien en específico, no podía descifrar quien.
El castillo de Berk había estado particularmente pacífico esa soleada mañana, y eso era muy extraño puesto a que era pan de cada día ver a los sirvientes de un lado a otro haciendo y cumpliendo con sus labores o guardias custodiando cada diminuto rincón del palacio, especialmente cerca de su habitación, pero no había nadie, era como si estuviesen jugando a las escondidas y él estuviese buscando al resto.
No sabía que estaba pasando pero sus padres deberían de hacerlo. Hiccup avanzó por el palacio en dirección al despacho real donde sus padres pasaban la mayor parte del tiempo, pero sus planes de llegar rápido se vieron perturbados por cierta cabeza rubia.
— Hipo! — Tras escuchar su nombre a sus espaldas se vió obligado a detener el paso y voltear, al ver quien era quien lo llamaba disimuladamente rodó los ojos pensando en una excusa para seguir su camino.
— Hola, Condesa.
— Sabes que me puedes llamar Astrid, tal y como yo te llamo por tu apodo.
Astrid Hofferson, Condesa de Berk, era la hija de los mejores amigos de sus padres, vivía en el castillo como protegida del rey ya que su padre suele estar trabajando en negocios fuera del reino y su madre murió al dar a luz, además, está locamente enamorada del príncipe, tal vez hasta obsesionada. Hace 3 años, cuando se enteró del arreglo que tenían con la princesa de Arendell enloqueció y trató de convencer a Hiccup de que no era lo mejor y que como nadie la había visto probablemente era bastante fea y asquerosa. Tal vez Elsa no era con quien quería contraer matrimonio pero si era una gran persona, y por eso fue la primera vez que le gritó a Astrid diciendo que la princesa era mucho más hermosa que ella y que no tenía el derecho de insultar a una superior.
— No es necesario, condesa, estoy bien así.
Desde hace una semana Astrid se había vuelto mucho más insoportable, Hiccup no lo sabía pero se había metido la idea de que si no era la esposa del príncipe, no le molestaría para nada ser la amante.
— No seas tan formal, odio eso. — La condesa se agarra del brazo del príncipe acercándose cada vez más. El príncipe sabía sus intenciones, tenía 12, ambos lo hacían, pero Hipo no era tonto por lo que se hartó y la alejó.
— Basta condesa. Lo nuestro no es más que una simple amistad y debe aceptarlo, si no me veré obligado a terminar cualquier contacto entre nosotros. — Dijo severamente. — Con permiso, debo hablar con mis padres.
Cuando llegó al despacho real dispuesto a conseguir un libro que dejó ahí la noche anterior, se detuvo al escuchar voces dentro de la habitación. Se acercó con sumo cuidado, esperando no ser descubierta mientras miraba el interior de la habitación por el pequeño espacio que había en la puerta entre abierta.
— Lo sentimos mucho su alteza. Le ruego por perdón.
Reconocía esa voz a la perfección, Elinor. Ella era quien organizaba a los sirvientes y se encargaba de que todo funcione bien, asignaba tareas y ordenaba el palacio. ¿Qué hacía ella en el despacho de su padre pidiendo clemencia?. Era la única a la que el jamás pudo imaginar en esa situación. La conocía desde siempre, cuidó de él cuando era pequeño y lo sigue haciendo.
— Por favor, su alteza. le suplicamos que no nos deje sin trabajo. Nuestra hija a sido sumamente cuidadosa respecto a mantener distancias con todos.
Ese era Fergus, el entrenador de perros del castillo y el que le dió su preciado cachorro, chimuelo y quien le ayuda a entrenarlo. Era el esposo de Elinor, pero aún no lograba comprender que hacían ahí y porque hablaban de su hija. El no recordaba una descendiente de parte de la familia Dumbroch, aunque tampoco serían la primera pareja en tener a sus hijos viviendo y trabajando en el castillo, no lograba entender el problema.
Disimuladamente, Hiccup se asoma un poco más por la puerta para ver mejor la escena. Como bien supuso Elinor y Fergus estaban de rodillas frente a sus padres rogando por perdón y clemencia. Hiccup les tenía aprecio al par de casados, por lo que la escena fue un tanto molesta, especialmente al ver como su padre hacía honor a su nombre mirando a los mejores sirvientes con un semblante estoico e indiferente y su madre no hacía nada al respecto.
— Sabemos que su trabajo aquí es perfecto e indispensable, pero no podemos dejar pasar una falta como esta. — Escuchó decir a su padre confundiendo aún más al príncipe.
Estoico se acercó hasta la figura más pequeña de la habitación, llamando así la atención del príncipe aún más. Era una chica, apostaba que tenía su misma edad o un poco menos, pero no estaba del todo seguro pues todo lo que veía era una linda melena de rizos roja y descontrolada como un ardiente y salvaje incendio.
El rey tomó un paño de su bolsillo con fuerza descubrió los brazos de la chica y sacó todas las pulseras de cuero que llevaba. Por las resaltantes venas azules y verdes y el cítrico olor característico de cierto grupo social que inundó la habitación, pudo notar que la chica era una sangre común y que ese era el origen de la gran discusión.
La chica avergonzada, desvió la mirada del rey encontrándose con los ojos del príncipe escondido tras la puerta. Cuando el verde de sus ojos se encontró con los celestes de la chica sintió un leve ardor en su hombro derecho, al descubrir su hombro se encontró con una marca. Un arco y una espada cruzados.
Ella era su destinada.
ESTÁS LEYENDO
Jerarquías [Jelsa / Mericcup]
FanfictionEn un mundo mágico dónde al ver a tu alma gemela se crea una extraña conexión entre ambos seres reflejada en una misma marca representativa en alguna parte de tu cuerpo. Dos jóvenes primogénitos herederos a la corona, predestinados a estar juntos el...