꧁ 𝐸𝑖𝑔𝒉𝑡꧂

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"𝑰𝒕'𝒔 𝒚𝒐𝒖"ꕥꕥꕥ

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"𝑰𝒕'𝒔 𝒚𝒐𝒖"
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"Definitivamente es ella", pensó Jack sintiéndose bastante feliz y de mucho mejor humor enseguida. Quizás su destinada la estaba buscando para hablar y él no era precisamente paciente.

— ¡Eugene, ya vengo! — Grita Jack sin darle a su amigo la más mínima oportunidad de preguntar a donde o a que iría logrando preocuparlo aún más.

Jack voló por el bosque (ventajas de ser parte brujo) hasta acercarse lo suficiente a las orillas del mismo, zona donde el inicio del poblado de Arendell ya era visible. Su felicidad y paz eran cada vez más grandes e intensas, por lo que siguió su camino hasta que logró ver a su hermosa alma gemela, confundida justo frente a aquel manzano en el que se vieron por primera vez y se conocieron por casualidad, al verla ahí de pie bajo la luz del sol su corazón inevitablemente se aceleró.

Jack estaba totalmente seguro de que ella había vuelto para verlo y eso lo ponía bastante feliz, más de lo que le gustaría admitir.

Sin hacer ruido, tomó un leve impulso para volar hasta la copa del árbol de manzanas y así recrear la bella escena de cuando se vieron por primera vez.

 — ¡Eli!— Grita Jack.

La platinada se encontraba junto al árbol mirando a los alrededores, apoyando su espalda para descansar un poco esperando y deseando que Jack apareciese, después de todo no tenía ni la menor idea de donde vivía el peliblanco y no conocía nada sobre el bosque por lo que buscarlo sería buscar perderse en medio del lugar. 

El paisaje que había frente a sus ojos, el cual no tuvo oportunidad de apreciar la vez pasada, era impresionante, sobre todo le encantaba como los rayos del sol se colaban por las hojas de los árboles, haciendo un espectáculo perfecto con las sombras y chocando en su piel, logrando que aquel brillo característico de su linaje se notara aún más, necesitaría una excusa para eso.

En cuanto sintió aquella adictiva calma y muy anhelada felicidad, su atención a los alrededores subió de 0 a 100, su destinado estaba cerca, aunque no tenía muy claro el donde se encontraba con exactitud. Al escuchar el fuerte crujir de las ramas y el roce entre hojas, además, de otras cayendo supo inmediatamente donde se encontraba su alma gemela.

Jack apareció tal y como lo hizo la primera vez, colgado de cabeza de una rama del manzano, con su cara justo frente a la de ella, solo que esta vez traía con él una manzana la cual mordía evitando que esta cayese de sus labios.

Con dificultad y algo de trabajo, Jack acercó la manzana que traía en su boca hasta que chocara contra la boca de la confundida platinada quien al entender las intenciones del chico solo pudo morder la manzana para sostenerla desde el otro lado.

Cuando vió que su destinada aceptó su pequeño detalle, una manzana roja que trajo desde la cima del árbol donde están las más jugosas pero que son inalcanzables, se puso muy feliz por lo que soltó su lado de la manzana y dió una gran sonrisa. Al estar tan concentrado en la felicidad que sentía, no logró ver que la rama de la que se había colgado estaba cediendo y sin darle tiempo a reaccionar se encontró de bruces en el suelo, lamentando lo torpe que fue en frente de su destinada en aquel momento.

Podía sentir la sangre acumulándose en sus pálidas mejillas. Mientras se acomodaba en el suelo evitó por completo mirar en dirección a la chica por la vergüenza ¿Cómo podía ser tan lamentable?, pensó en peliblanco cabizbajo, pero cuando escuchó la suave y tierna risa de la chica frente a él levantó rápidamente la cabeza.

Su alma gemela se estaba riendo, y no en sentido de burla, más bien en tranquilidad y la paz que sentía era mucho mayor en ese momento. Ese día sin duda estaba siendo cada vez mejor para él. Con cuidado se acercó a Elizabeth hasta quedar a pocos centímetros de ella, tenía algo de miedo, bueno bastante en realidad, aún no sabía si su destinada lo estaba aceptando, pero si tenía claro que habían muchas más posibilidades que antes.

El verla reír era algo que sin duda quedaría en sus recuerdos y algo que le haría sentir mejor cuando esté triste, su alma gemela lejos era lo más lindo que había visto.

¿Quería besarla?, si, pero no sabía como, jamás vio a nadie besarse, excepto por varias parejas de animales en los bosques que cruza por sus viajes, y la verdad es que se nota a leguas el cariño que se expresan y no perdería la oportunidad de expresarle eso a la ojiazul, después de todo era su destinada por una razón.

Por otro lado, Elsa tenía muy claro que su alma gemela era un tanto peculiar, desde que se cae desde los árboles y no se preocupa por sus golpes hasta que le gustaba obsequiar deliciosas frutas, pero de algún modo le agradaba que fuese tan diferente a ella, a sus ojos era único y le gustaba aún más que no le moleste serlo. 

Aún no comprendía del todo esta realidad de las almas gemelas destinadas, pero no podía negar que esa felicidad que le hacía sentir el peliblanco se le hacía de alguna manera adictiva, se sentía en el paraíso.

Su risa cesó cuando sintió una respiración chocar con su rostro, al mirar a su lado se percató de que su destinado se encontraba a escasos centímetros de su cara, al verlo tan cerca de ella, su único pensamiento por más pequeño que fuese, era que quería besarlo, tal y como ve a las parejas de sirvientes expresándose cariño, quería expresar algo por el chico frente a ella.

Pero ella jamás había besado a nadie, ¿Qué si lo hacía mal?, ¿Si cometía un error?. Elsa quería hacerlo bien, si se equivocaba la situación se volvería incómoda y no quería dar una mala impresión por lo que no se arriesgaría.

Pero sin duda jamás esperó que le tomaran la delantera. Jack la había besado, claro, si a eso se le podía llamar beso, ya que a diferencia de como lo había pensado Elsa, Jack literalmente había pasado su lengua desde los labios hasta la frente de la platinada, dándole lo que a ojos del mitad brujo era la mayor demostración de cariño que hay para después simplemente sonreírle.

Elsa estaba aún más feliz que antes, ya no había duda, su alma gemela era mucho más que único, agregando que por su físico albino claramente tiene algún parentesco con brujas, muchos le verían como un extraño, pero no le importaba ni un poco, porque era suyo y no quería ni dejaría que absolutamente nada malo le pase, ni ahora ni nunca.

Se encargaría de ello personalmente.

Jerarquías [Jelsa / Mericcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora