"𝑻𝒂𝒍𝒌𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒐 𝒕𝒉𝒆 𝒎𝒐𝒐𝒏"
ꕥꕥꕥ
Los días y meses pasaron con mucha rapidez, entre las visitas de Hiccup y las escapadas de Elsa el tiempo se hizo polvo y en un parpadeo ya había pasado más de un año desde que la princesa Elsa había conocido a su destinado. Ahora Elsa tenía 10 años y Jack ya contaba con sus 13 años cumplidos solo hace un par de meses atrás, aunque para el momento que Elsa se enteró ya era muy tarde, pero de todas formas deseaba darle algún regalo.
A pesar de estarse viendo por un año, Elsa no sabía demasiado bien lo que le gustaba al chico o qué cosas podía necesitar, pero luego de pensarlo bastante se le vino una idea a la mente. Hace un par de años había leído sobre brujas y hechiceros, y recordaba que en una parte del libro se hacía mención a un objeto por el cual aquel ser mágico expresaba su poder y mantenía control del mismo, por lo que dedicó un día entero buscando un objeto que le sirviese al peliblanco, luego le pondría polvo de hada que está segura hay en la habitación de la curandera del castillo y se lo regalaría a Jack quien lo haría funcionar, así fue como le regaló un interesante bastón de madera de roble.
Jack recibió el regalo gustoso, especialmente porque sí funcionó y le era más fácil controlar su vuelo, aparentemente y para la suerte de Elsa el cayado le había gustado al chico, pues la platinada se pasó toda la tarde viendo al albino jugar con sus poderes teniendo cada vez mejor control sobre si mismo, además había mencionado que nunca supo cómo conseguir uno de esos cetros que muchos brujos tienen.
Ver a Jack tan feliz y alegre era el paraíso de Elsa, y ello hacía crecer las ganas de consentirlo con toda clase de lujos a los que ella podía aspirar, pero eso era todo lo que era, un simple deseo recordándose a sí misma quién era y que tenía que pasar desapercibida.
Elsa y Jack solían pasar todas las tardes juntos, esto no era complicado ya que el rey no le ponía muchas responsabilidades, jugando con los poderes del albino, caminando por el bosque recolectando frutas silvestres e incluso pequeñas tonterías como mirar el atardecer juntos desde la copa de un árbol o simplemente admirar el increíble horizonte que ofrece el bosque hacia el fiordo.
De todas maneras, lo que a Elsa más le gustaba y le hacía feliz, era recibir la tierna atención de parte de su alma gemela de la forma en la que solo él lo hacía, atención de la cual carece en el castillo. La platinada se sentía sumamente agradecida y bendecida por tenerlo junto a ella y por haberlo encontrado a pesar de todo.
Aún así, la princesa de Arendell no sabía todo lo que le gustaría saber sobre su destinado como le gustaría en realidad, esto ya que aunque sea un chico bastante extrovertido y gracioso era muy reservado en varios aspectos.
Elsa tenía una gran intuición, Hiccup le decía que confiaba demasiado en su instinto pero de todas formas, siempre acertaba. Por eso mismo estaba algo concertada por Jack, ya que presentía que había algo más que el mitad brujo no le decía, hecho que la tenía un tanto inquieta alterando un poco a Anna y Rapunzel, quienes al momento de preguntar eran enviadas a jugar solas por parte de la platinada.
— ¿Elsa? — Se escuchó fuera de la habitación de la platinada una dulce voz.
A la princesa no le gustaba rechazar a sus amigas, sabía que las hacía sentir mal, pero jugaba con ellas cuando se vestían y arreglaban por las mañanas, después de todo le dolía mucho más no ver a Jack y sentir lo mal que se sentía el albino.
— Lo lamento, chicas. Sé que quieren jugar pero debo estudiar hoy. — Respondió al llamado de su prima mientras observaba sobre su cama que ninguna pieza del traje que usaría tras salir del castillo.
— Bien, estaremos en el salón de cuadros por si quieres venir.
Esta vez estaba ansiosa por salir del castillo. Jack, cuando se fue el día anterior, la había citado en uno de los claros que encontraron durante sus caminatas para contarle algo importante. Según el ojizarco era algo que no le había dicho antes por miedo, pero después de tanto tiempo ya se sentía lo suficientemente seguro de querer revelarlo y esas palabras causaron mucha ansiedad e impaciencia en la platinada.
Con paso seguro y veloz se acercó al claro que mencionó el chico ayer, todos los días luego de una caminata, entre juegos y bromas llegaban ahí, por lo que era su lugar especial y el punto de referencia que usaban comúnmente.
Cualquiera pensaría que luego de un año conociéndose, pasando absolutamente todos los días juntos, y sobre todo teniendo en cuenta que eran almas gemelas destinadas, Elsa ya sabría todo sobre su destinado y viceversa, pero este no era el caso, esto ya que según el albino había mucho que proteger y según Elsa no había nada relevante, lo cual era un simple fachada de la cual Jack no era consciente.
A Elsa de alguna manera le molestaba que Jack le ocultara cosas, que su destinado no confiara en ella al punto de ni siquiera decirle dónde vivía o algún dato de su pasado la hacían sentirse enojada consigo misma, quizás ella no le proporcionaba la suficiente confianza a Jack y por eso no era capaz de compartir esa clase de datos o anécdotas con ella, sin embargo también se sentía algo hipócrita al enojarse por ello pues ella ni siquiera fue capaz de decirle su nombre real.
Cuando esto sucedía, el ánimo de la ojigarza bajaba y se notaba, por lo que un par de abrazos y chistes (y a veces besos al estilo del peliblanco), de parte de Jack eran suficientes para quitarle el malestar y simplemente dejara pasar el tema.
No era por nada, pero amaba esos extraños besos , a pesar de que eran húmedos y dejaban un abundante rastro de saliva, estos la reconfortaban cuando se sentía frustrada o molesta, usualmente cuando venía de un reproche de su padre por meterse en asuntos del reino de los que ella no tendría que encargarse como lo eran tratados de alianza o la armada del reino.
Jack la liberaba y la hacía sentir la reina del mundo mientras que su propio padre la hacía sentir menos cada vez más.
Poco a poco Jack era una parte más importante de su vida y no lo pensaba todo el día, pero algunas veces se preguntaba ¿qué haría cuando ya no pueda pasar todos los días con él?.
¿Que haría cuando sin desearlo, oficialmente deba pasar el resto de su vida con Hiccup?. ¿Qué haría sin Jack?
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Jerarquías [Jelsa / Mericcup]
FanfictionEn un mundo mágico dónde al ver a tu alma gemela se crea una extraña conexión entre ambos seres reflejada en una misma marca representativa en alguna parte de tu cuerpo. Dos jóvenes primogénitos herederos a la corona, predestinados a estar juntos el...