"𝑲𝒆𝒆𝒑 𝒐𝒏"
ꕥꕥꕥSi a la joven Mérida Dumbroch le preguntaran alguna vez ¿Qué es lo que más detestas en esta vida? Sin dudar ni un segundo respondería ser una sangre común.
La vida de un común era demasiado tediosa, lo había experimentado de primera mano a lo largo de sus difíciles 11 años de vida, sobre todo aquel horrible sentimiento de inferioridad que la embargaba absolutamente todos los días, especialmente gracias a las actitudes caprichosas y ensimismadas de parte de la condesa.
Cuando cumplió 6 años comprendió y se enteró de lo que conllevaba ser una sangre común, antes de ellos no entendía porque sus padres la aislaban tanto de la otra gente del castillo, era demasiado pequeña para comprender las castas sociales que la condenarían a vivir a la merced de muchos. El día que entendió como funcionaba el mundo fue un desastre, sus sueños de ser libre y recorrer el mundo haciendo amigos se destruyeron, ante eso su madre se puso a llorar, no porque fuese una común en si, si no por todas las complicaciones que les traería como familia y todas las cosas que tendría que soportar la pequeña.
A pesar de eso, les parecía muy extraño, pero sin duda algo que podía ocurrir, ambos padres eran de sangre mixta, este hecho no aseguraba que sus hijos tendrían la misma sangre, incluso existía la posibilidad de nacer como pura, pero estas eran mínimas, casi inexistentes, tal y como la posibilidad de nacer como una común, pero pasó, Mérida había nacido como una común y nadie lo esperaba de esa manera.
Los rasgos característicos de los comunes a penas comienzan a ser visibles a los 7 años, las venas marcadas y el olor cítrico comienzan a ser más notorios y cuando esto pasó, Elinor y Fergus se vieron en la obligación de esconder cualquiera de estos rasgos de cualquier individuo en el castillo y mantenerla lo más alejada posible de la alta realeza.
Lo que sin duda, Mérida jamás habría imaginado es que el príncipe Hiccup Haddock fuese su alma gemela destinada.
La clama que aquel ojiverde le hacía sentir la volvía loca, nunca lo había observado, sabía que debía mantenerse alejada, y ahora se arrepentía de haberlo visto porque no puede dejar de pensar en él, ahora quería ir junto a el príncipe y sentir esa adictiva calma que la invadía junto a él, pero no lo haría, jamás traicionaría a su familia revelando el secreto que se encargaba d aún mantenerlos bajo un techo para vivir y un buen trabajo estable que beneficiaba a sus padres, hermanos y a ella misma.
Hiccup era su alma gemela destinada, nadie lo sabía, y nadie nunca jamás lo haría, ni siquiera sus padres o hermanos, aunque de todas formas, ella tenía claro que no tenía ningún sentido decirlo, pero aún así aquella felicidad que le hacía sentir su compañía la consumía, por lo que por el bien de su sanidad mental y la vida de sus seres queridos, decidió alejarse.
Por esa razón, optó por que en cada vez que el príncipe se apareciera, o cada vez que lo sintiese cerca, huir rápidamente como una cobarde en la dirección contraria, no podía permitir que el príncipe la viera a ella o las marcas harían aparición al primer contacto visual, y eso haría que el príncipe se enterara logrando una catástrofe para su familia.
Aquel día en el que Mérida fue descubierta fue gracias a un descuido, sintió como su mundo se caía a pedazos. Solo tenía comezón, justo bajo aquellas pulseras que cubren sus venas marcadas y justo bajo la que se encargaba de esconder su cítrico olor, se sacó las pulseras un segundo, y antes de poder ponérselas nuevamente, el Rey ya estaba a su lado con aquella mirada que aterrorizaba a todos.
Por culpa de su pequeño descuido, sus padres perderían el trabajo que tenían en el castillo y posiblemente, se verían obligados a abandonar el palacio y conseguir un hogar lo antes posible, eso en el bello caso de que los reyes tuviesen algo de misericordia frente a su familia.
Sin ninguna duda, lo que meneo esperaba en ese momento, era que el príncipe heredero apareciese en su rescate, casi como si se tratase de un cuento de hadas. Había mentido, se destinado había mentido por el bien de ella y por el de su familia, pues era obvio para ella que luego del contacto visual y el leve ardor sobre su hombro, Hiccup ya estaba enterado de que eran almas gemelas.
Cuando los reyes de Berk dijeron que ella y su familia podrían quedarse en el castillo y mantener sus trabajos, todo volvió a tener color para Mérida, quién a sus 11 años nunca había sentido tanto alivio al escuchar "Les daremos una segunda oportunidad".
¿Acaso existían esas segundas oportunidades para los comunes? Mérida aseguraba que no, no en la sociedad en la que vivía y de la que quería escapar, pero nunca se imaginó cómo hacerlo sin un boleto de salida hacia una vida diferente, hacia un mundo diferente, sin embargo, en ese momento en el que el príncipe abogó por ella y su familia, se dio cuenta que tal vez aquel muchacho de ojos verdes era el boleto de salida, su boleto de salida.
Lástima que aquel boleto estaba destinado a otras manos que jamás lo usarían, y era mucho más triste que ni siquiera podría pelear por él.
El príncipe Hiccup Haddock, heredero al trono de Berk y destinado a casarse con Elsa Arendell, princesa primogénita de Arendell, era alguien totalmente prohibido para ella.
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Jerarquías [Jelsa / Mericcup]
FanficEn un mundo mágico dónde al ver a tu alma gemela se crea una extraña conexión entre ambos seres reflejada en una misma marca representativa en alguna parte de tu cuerpo. Dos jóvenes primogénitos herederos a la corona, predestinados a estar juntos el...