꧁ 𝐹𝑖𝑣𝑒 ꧂

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"𝑯𝒆𝒂𝒅𝒇𝒊𝒓𝒔𝒕"ꕥꕥꕥ

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"𝑯𝒆𝒂𝒅𝒇𝒊𝒓𝒔𝒕"
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Era un lindo día en Arendell. La tranquilidad reinaba la mañana, los padres de Elsa se encontraban en el despacho real cumpliendo con algunos deberes, por la mañana le mencionaron que estarían muy ocupados el día de hoy por lo que tenía tranquilidad y privacidad absoluta, bueno, en realidad, la estaba compartiendo con Hiccup.

— Entonces, ¿De qué se trata? — Cuestiona Elsa acercándose más a Hiccup para escuchar mejor todo lo que susurraba.

Si Anna la viese en esa situación probablemente haría sus clásicos comentarios sobre ella e Hicc siendo la pareja perfecta, el par de príncipe y princesa que hacían una perfecta pareja de enamorados, para su suerte aquella pelinaranja se encuentra con su prima jugando en lo jardínes ya que tienen prohibido irrumpir en cualquier encuentro que el príncipe de Berk tenga con ella.

— ¿En serio tengo que repetírtelo? — Reclama Hiccup rodando los ojos y con una sensación de fastidio.

El príncipe Haddock había ido de viaje por unos días hasta Arendell sin nadie más que en compañía de sus guardias y chimuelo, quien se encontraba jugando con Rapunzel y Anna, la prima y doncella de Elsa. Su motivo de viaje era nada más y nada menos que mantener y seguir al pie de la letra lo escrito en el acuerdo de matrimonio escrito por ambos pares de reyes, de esta manera Elsa, quien no podía dejar el castillo, podría tener constante contacto con Hiccup y así, de alguna manera, lograrían forjar, paso a paso, una complicidad entre ambos herederos logrando así que en el futuro sea menos complejo reinar juntos, claro que Agnar siempre les aconsejaba que en cualquier desacuerdo Hiccup tendría la razón.

Ambos se encontraban en el escondite de Elsa, la gran biblioteca, hablando de un tema, que sin saberlo, los tenía a ambos bastante ansiosos, pero Elsa superaba a Hiccup en cualquier circunstancia, pues ella no entendía absolutamente nada de lo que todo este viejo mundo recién descubierto se trataba.

Las almas gemelas destinadas.

— Tú eres el único que conozco que puede instruirme en esto, si les dijese siquiera un mínimo comentario a mis padres ellos probablemente... — Admitió Elsa nerviosa y preocupada omitiendo por completo el final de su oración — Y los sirvientes tampoco son una opción, ellos siempre respetarán a mi padre más que a mí y correrían a contarle.

Ambos tenían claro y presente lo peligroso que era que sus padres se enterasen de cualquier pequeño detalle sobre que alguien en sus reinos o cercano a estos era su alma gemela destinada, sabían que sus padres serían capaces hasta de hacerlos desaparecer sin dejar rastro y eso no le hacía especial a ninguno de ellos, aunque sin duda, la bella princesa era la más nerviosa al respecto, especialmente porque no tenía idea de como funcionaba todo, incluso a comenzado a usar un par más de pulseras y vestidos con mangas más largas solo para esconder su marca.

Y aunque no lo admitiera, Hiccup sentía exactamente el mismo miedo respecto a Mérida, aunque una preocupación menos era el que su marca no estaba en un lugar visible, el miedo a ser descubierto aún existía, si los descubrían, en el mejor de los casos la familia Dumbroch sería simplemente expulsada del castillo.

Hiccup suspira — ¿Qué fue lo que te dijo con exactitud? — Pregunta el joven príncipe acomodándose en el respaldo de aquella elegante silla.

A pesar de tener solamente 12 años, Hiccup Haddock siempre inspiraba mucha más madurez de la que ya tiene, aunque con su fuerza era el efecto contrario, por otro lado, Elsa era su opuesto en ese sentido cuando no se trataba del reino, antes de razonar un poco, confiaba ciegamente en sus instintos, trayendo con eso muchísimos problemas a su vida detrás de la corona.

— Que yo era su destinada o algo así... y justo después señaló esta marca — Respondió Elsa recordando la situación de días atrás y descubriendo su muñeca, dejando ver aquella pequeña marca con forma de copo de nieve.

— Bien... y tú, ¿qué respondiste o qué hiciste? — Preguntó nuevamente Haddock expectante sin cambiar su posición.

— ¿Qué crees que iba a hacer? — Dijo entre risas avergonzada la princesa — Entré en pánico, lo único que logré hacer fue disculparme con él y volver corriendo al palacio. — Relató la princesa cubriendo su rostro con las manos.

Hiccup sentía dos cosas completamente diferentes en ese momento, uno, unas grandes ganas de reír por las vergonzosa reacción de la platinada, y dos, que fue lo que hizo, agachar la cabeza con un molesto gruñido tomando el puente de su nariz para evitar darle un golpe en la cabeza con la palma de su mano a la heredera de Arendell y aunque ganas no faltasen se contuvo.

— A ver... Si es que eres tontísima — Rió Hiccup a lo que Elsa lo miró molesta y de brazos cruzados. — ¿Cómo se te ocurrió hacer eso? ¿En qué momento eso suena como un buen plan? — Continuó Hiccup con un tono burlesco.

— No lo sé... — Murmura la princesa — Yo... es solo que realmente entré en pánico y no supe que hacer. — Admitió Elsa con la cabeza gacha.

 — ¿Y no crees que tu destinado probablemente se sintió mal por ello?, deberías disculparte con él. — Le regañó el castaño.

Elsa tal vez no sabía nada de este mundo de almas gemelas y sus destinados, por lo poco y nada que le había explicado Hiccup logró asociarlo a las uniones que tienen los hombres lobos que habitan en tierras lejana, comparando alfas, betas y omegas con los tres tipos de sangre que existen en su mundo, pero al comentarlo Hiccup lo negó totalmente ya que eso no tenía nada que ver con las almas gemelas, sí, había una unión predestinada y después de que la marca apareciera sus emociones eran compartidas y la necesidad de estar juntos era tan grande como la de omegas y alfas, pero de ahí en adelante era todo un nuevo mundo. 

A pesar de no comprender eso, si sabía con claridad que lo que hizo con Jack no estaba del todo bien, pero al escuchar todos esos términos desconocidos para ella no pudo hacer mucho más que correr lo más rápido que pudo en dirección al castillo y la pura verdad es que ahora le sentaba muy mal el haber huido del bosque de esa manera.

Aunque pensaba que el actuar de Elsa fue bastante cómico y estúpido, de cierta manera comprendía por lo que estaba pasando, esto debido a que luego de descubrir que su destinada era Mérida, no había hablado con ella nuevamente, ni siquiera se había cruzado con ella, sin embargo no era porque el huyese de la situación, si no por el contrario, apenas se encontraban en una habitación la pelirroja salía de esta tan rápido que se le hacía imposible alcanzarla además de que lo evitaba a toda costa por los siguientes 5 días antes de venir a Arendell. De todas formas, no la culpaba, sabía que tenía tanto miedo como él.

— Bien... ¿Qué se le antoja saber, princesa?.

— ¿La verdad?, absolutamente todo sobre los destinados.

Vaya, Hiccup no tenía ni idea de como resumir ese mundo.

Jerarquías [Jelsa / Mericcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora