Allí estaba, completamente preparada para su nueva y esperada misión, como en todas las que había superado con éxito, que eran literalmente todas. Pero esta era especial, lo sentía, la más complicada, esa que para el resto parecía misión imposible e iban cayendo uno tras otro, tres brujas que tenían en jaque a todo el inframundo. Confiaban en ella. La responsabilidad no le pesaba, estaba preparada. Había esperado demasiado tiempo para esta oportunidad, podía sentir algo parecido a la emoción recorrerle el cuerpo entero. Por fin, por fin estaba pasando.
Habían sido muchos años de entrenamiento, casi desde que había empezado a tener uso de razón, no recordaba otra cosa antes del adiestramiento, si alguna vez había intentado recordar algo que no fuera aquello, simplemente no podía, seguramente porque no había nada más. Había acumulando rabia y conocimientos, durante toda su vida había sembrado mucho dolor allá por donde pasaba y eso le hacía sentir bien, el terror y el sufrimiento ajeno que provocaba la revitalizaba por dentro, era su razón de ser. Nunca tuvo que luchar interiormente con una parte de ella que hasta dudaba que existiera. No había más que maldad en su interior, movida por una ira irracional que la hacía todavía más letal, no se cuestionaba nada, actuaba, hacía aquello para lo que estaba destinada y disfrutaba. Le encantaba lo que era, su vida, su razón de ser, había nacido para aquello y era la mejor, por eso estaba allí, ella, nadie más.
Estaba esperando sentada frente a la puerta de aquella sala y cuando se abrió entró decidida.
Frente a frente con la Fuente de todo mal. Lo había visto veces contadas en su vida, 6 concretamente, marcadas a fuego en su memoria, aunque le hubiera gustado poder hacerlo muchas más veces, tal vez hasta sería su derecho legítimo, quería aprender más de él, sentir que estaba con ella, arrasarlo todo juntos, alimentarse el alma con el dolor de los demás y con el poder que estaba al alcance de sus manos. Lo admiraba e internamente siempre le daba las gracias por hacer de ella el demonio sanguinario que era ahora, por darle esa oportunidad y estaba segura que la Fuente le tenía un aprecio especial, tenía que tenerlo, a pesar de que sabía que él no podía sentir ni algo parecido al afecto, ella pensaba que era consciente de su valía y que la tuviera en cuenta para aquello la hacía sentir especial.
Bienvenida Clarke
Gracias Señor. - Agachó la cabeza en señal de sumisión, esperaban que no notara que estaba nerviosa, siempre lo estaba cuando estaba ante él -
Te encargo a ti esta misión porque todos los que te han precedido han fracasado, y ya no puedo permitir que vuelva a ocurrir, no puedo perder más demonios ante esas brujas. Te necesito a ti, necesito que hagas lo que mejor sabes hacer.
¿Por qué ahora? Podría... podría haberlo hecho mucho antes.
Las subestimé y ahora necesito a alguien que no falle, las quiero muertas ya
Prometo que no te fallaré mi Señor
Eres mi mejor demonio Astartea, ángel del infierno. No quiero fisuras, tómate tiempo en que todo salga perfecto. Quiero a las embrujadas muertas. Cuando lo consigas, te reservaré un sitio especial aquí en el inframundo. El sitio que mereces. ¿Es eso lo que deseas?
Asintió, no había nada que deseara más que aquello, había hecho planes en su cabeza y se había imaginado miles de escenarios posibles, pero todos eran siendo la mano derecha de la Fuente y sembrando el horror a su lado. Un mundo en el que el resto de demonios, todos sin excepción, se arrodillarán también ante ella. No había nada más allá en su horizonte, era el futuro que siempre había querido y por el que estaba dispuesta a luchar. La cuenta atrás para conseguirlo se estaba poniendo en marcha en aquel preciso momento, llegaba la hora de la verdad y todo aquello iba a ser suyo.
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Charmed (CLEXA)
Fanfiction#📢 Contenido +18 ¿Puede una bruja enamorarse de un demonio? ¿Y un demonio de una bruja? Lexa es una de las brujas blancas más poderosas que existen y Clarke el peor demonio que habita en el inframundo. Ni siquiera ellas mismas son capaces de imagin...