Parte 4 ¿Te arrepientes?

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Oyó el ruido y salió disparada de la habitación, encontrándose con Phoebe en el pasillo. Subieron ático y vieron a Piper gritándole a un demonio. Tuvo que intervenir, no se lo pensó mucho y lanzó aquel demonio contra la pared. Las miró antes de marcharse de allí prácticamente volatilizándose. Era el demonio más impresionante y aterrador que había visto hasta ahora, todo él en general proyectaba algo que a punto estuvo de helarle la sangre.

Un demonio enorme, de color naranja y negro con tatuajes enormes en negro sobre el naranja, uno que no conocían y que no salía en el libro, al menos aún no salía.

Cuando estuvieron seguras de que no iba a volver, volvieron a la cama, tendrían tiempo para centrarse el día siguiente en averiguar todo lo que pudieran sobre él, tal vez Leo las podría ayudar.

Ya está, cristales colocados en puertas y ventanas - dijo Phoebe-

No podemos fiarnos de nadie que entre o salga de esta casa - apuntó Piper -

Ahora que ya esta todo me voy a la facultad, averiguad lo que podáis. Después de clase si no me avisáis con nada nuevo vendré otra vez con Clarke

A ver si los cristales no reaccionan a ella.

¿Por qué dices eso?

Ya he dicho que no podemos fiarnos de nadie.

Pues a ver si no brillan con el novio de Phoebe - Sentenció Lexa y su hermana la miró con el ceño fruncido - Aunque ellos suelen ser solo gilipollas.

Lexa esto es serio

Deberías de confiar un poco más en mi, Clarke no es ningún demonio, ya nos habría atacado. Los demonios no actúan así Piper

Solo digo que hay que tener cuidado, si no es un demonio lo sabremos en unas horas y habrás tenido razón, hasta entonces todo el mundo es sospechoso.

Genial Piper, hasta luego.

Le molestó bastante que dudara de Clarke. Los demonios atacaban, no se molestaban en conocerlas, ni iban a la universidad, no tonteaban con brujas ni eran tan atractivos. Los demonios las querían muertas y Clarke quería conocerla más a ella. Simplemente no podía ser. Se volvió a sentar con ella en clase, esta vez si que había ido. La miró cuando ella estaba atenta a la explicación.

¿Le había tirado los trastos el día anterior? Ella estaba segura de que si, y se puso roja como un tomate, joder es que si que era guapa, muy guapa. Le miró los labios, casi tan carnosos como los suyos, ¿Quería besarla? Joder creía que si. Le gustaba también cuando la miraba de la forma en que lo hacía, a otra quizás la hubiera intimidado, pero a ella no lo hacía. Esa aura de misterio que la envolvía le atraía, quería saber más de ella. Ahora estaba más desconcertada que antes, si aquella sensación que tenía de que Clarke quería besarla era cierta, todavía le encajaba menos que después fuera tan fría con ella. Era lo que estaba pasando, Clarke prácticamente no abrió la boca en toda la mañana. Le quedaban muchas cosas que comprender con respecto a la rubia, pero suponía que tenía tiempo así que no iba a forzarse a nada. Antes de que la rubia llegara a su casa, ella también tenía el trabajo hecho, copió su modus operandi porque quería conocerla a ella también, utilizar ese tiempo para otras cosas, ¿Qué harían hoy? Al menos podrían hablar, ya que la mañana no había sido demasiado productiva en ese aspecto.

Sonó el timbre. De pronto recordó los cristales que habían puesto en la entrada y cuando abrió la puerta pensó "Por favor que no brillen" Cuando Clarke pasó a través de la puerta, no lo hicieron. Dejó escapar el aire que había estado reteniendo y anotó mentalmente restregárselo a su hermana por la cara cuando Clarke se marchara.

Charmed (CLEXA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora