T1.31

5K 314 459
                                    





La semana ha ido de puta madre, a Conway se le ve radiante, todos los atracos habían resultado bien, los chivatazos igual.

Conmigo era adorable, cada que tenía la oportunidad me besaba.

Frente a sus agentes seguía siendo el mismo amargado, profesional, el hombre que desprendía respeto, aporreando a quien le faltara al respeto.

Follabamos como conejos, cada que había oportunidad, ya lo habíamos hecho en su despacho, duchas, baños, garaje, en la patrulla, joder, había sido una semana maravillosa.

¡Al fin era viernes, noche de tequila!

- Pero bueno ______, ¿qué le has hecho a Conway? Como que lo veo 82 años más joven – Me dijo Gustabo, sonriente.

Nos arreglábamos en casa, nos estábamos poniendo guapísimos para irnos de fiesta.

- ¿A que follar conmigo rejuvenece? – le sonreí de vuelta.

- Me pone contento verte tan radiante, ________, tenía mucho tiempo que no te veía con ese brillo en los ojos – Me dijo Horacio.

- Los adoro a ambos, sin ustedes esto no habría pasado, jamás sabré como agradecerles –

Abracé a mis dos mejores amigos.

Es la verdad, si ellos no hubieran sido tan intensos en descubrir la verdad, todo seguiría estando mal. No sé que habría hecho para tener amigos así, de leales, que me querían de verdad. No importa lo que pasara, estaríamos juntos, siempre. Cuidaría de ellos, y ellos cuidarían de mi.

- ¡Pero que guapos estáis chicos, se ven relucientes! – Les dije, mientras salía de mi habitación.

Gustabo y Horacio se habían combinado de una manera fenomenal, la cresta de Horacio ahora era azul, y el pelo de Gustabo ahora era rubio, y sus vestimentas eran... brutales.

Traían una falda negra, con una chaqueta marrón que decía ... ¿Jack Conway?. Coño, yo quería una de esas.

- Chicos, se ven fabulosos – Yo no aguantaba la risa de verlos así.

- ¡A que sí! –

- ¡Volveré loco a Volkov con este outfit! –

Yo me puse unos shorts verdes, con una blusa negra, botas negras. Bastante casual, lista para divertirme.

Nos subimos a un taxi, porque como siempre, éramos responsables, y sabíamos que beberíamos, así que nada de manejar.

Llegamos al tequila, y ya estaban casi todos allí. Conway al verme se levantó, se me acercó y me besó.

- Te ves preciosa – Dijo, mientras aún me besaba.

- Pero bueno, mi super intendente, tu te ves radiante – Le sonreí.

El utilizaba una playera negra, pantalones negros, y sus típicas gafas.

- ¿Qué cojones traen puesto ustedes? – Les preguntó a Gustabo y Horacio.

- Es la última tendencia en Noruega super – le dijo Horacio modelándole la falda

- Ya veo ... subnormales – Volteó nuevamente hacia mí, y me tomó de la mano para irnos a tomar asiento.

Empezamos a pedir trago, tras trago. Nos divertíamos mucho, platicábamos entre todos, incluso Leóndias estaba allí, fresco, cantando, junto con Greco, como adoraba a Greco, el había entendido perfectamente la situación. No dejaba de hablarme diferente, aún me invitaba a patrullar con el, era de los mejores hombres que conocía.

Mi súperintendente Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora