T1.24

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NARRADOR NEUTRAL

Han pasado dos días, desde que Gustabo y Horacio han estado merodeando el hospital de Los Santos, pero sin éxito, no han podido acceder a los archivos de los pacientes. Siempre hay una secretaria frente a la computadora, allí debería de decir todo.

- Horacio, tengo una idea – Le dijo Gustabo a Horacio, cuando se encontraban en la sala de espera.

- Dime Gustabo en qué piensas –

- ¿Tu te acuerdas de el Dr. Claudio?

- ¿El doctor muerte? Claro, tuvimos ... historia –

- Bueno, no digo que te aproveches, pero ... un coqueteo por aquí uno por allá, y tal vez podríamos acceder a los datos –

- Pero Gustabo, no podría, me conoces, no puedo hacerle daño a Volkvov –

- Ese niño asustado no te quiere Horacio, creéme, solo le gusta como le lames la polla –

- No diga eso Gustabo, el no es así –

- Horacio, eres mi hermano, no quiero que ese cabeza de hormiga te lastime, creéme lo que te digo, o dime tu ¿Porqué no hace público algo? –

- Porque es un hombre reservado y...

- ¡Y porque no te quiere Horacio!-

- ¿Crees que es por eso... Gustabo? Porque yo si lo quiero – Se le veía la mirada algo decaída-

- Pues claro hombre! De lejos se nota la indiferencia, para lo único que te quiere tener cerca es para desahogar sus ganas -

- No lo sé Gustabo ... Dr. Muerte es muy atractivo, fuimos una historia linda, pero sé lo que siento, y ahora Volkov y yo estamos .. juntos –

- No Horacio, tu estás con Volkov, pero el no está contigo –

Eso dejó a Horacio pensativo.

- Lo siento Gustabo, no puedo... Volkov es especial –

- Joder, bien, después no quiero que estés llorando –

Gustabo se levantó, cruzó la sala y se acercó a la recepcionista, quien tenía una cara de amargura total.

Horacio veía desde lejos, como gustabo ponía una sonrisa pícara, como se paraba de una manera muy segura, con una mano en su cadera y la otra sobre el mostrador.

Su pico de oro era increíble.

Solo que esta vez, Horacio no supo ni de dónde, Gustabo sacó una rosa, y se la entregó a la recepcionista.

La recepcionista era una señora ya mayor, con algunas canas, un lunar en la barbilla, un labial rosa barbie con los dientes un poco manchados. Casi siempre estaba de muy mal humor, pero Horacio veía sorprendido como esta vez estaba sonriendo como nuca antes la había visto.

Veía a Gustabo quitarse el sombrero y decirle algunas palabras.

Horacio no pudo evitar tomar una foto de ese momento.

La secretaria se paró, y Gustabo la tomó de la mano como todo un caballero para misteriosamente llevarla a uno de los cuartos del hospital.

Gustabo agarrado del brazo con la secretaria, como pareja de ancianos, pasaban frente a Horacio , y Gustabo, con la pura mirada, se dirigó a Horacio, abriéndole bien los ojos.

Horacio tomo esto como un "AHORA!" 

Mi súperintendente Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora