T1.22

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Sentí como el mundo se me caía a pedazos ... como empezaba a perder noción del tiempo, que me temblaban las piernas, a pesar de estar sentada, empecé a sentir mucho, mucho frío.

- ____________ ... – escuchaba a Conway a lo lejos.

Conway suspiro de nuevo, para comenzar a explicar...

- Yo no lo sabía, tiene meses que ... pues que no me he acostado con ella, dice que tiene 6 meses, pero que casi no se le nota, _______, si es un hijo mío ... yo ... no puedo perderlo de nuevo, simplemente no puedo – Su voz empezaba a entre cortarse.

No me salían las palabras ... sentía un dolor inexplicable en el pecho. Conway siguió hablando.

- Tú sabes lo que he vivido... en realidad todos lo saben, no podría perder a otro hijo, no lo soportaría... joder, _______, es verdad que siento cosas por ti, cosas que jamás había sentido con alguien más, pero estamos hablando de un hijo –

Tomé mis cosas, y tambaleándome, como pude, salí del lugar, dispuesta a conseguir un taxi. Estaba parada en la acera, volteando a ambos lados, esperando un taxi.

- ______, te llevo a casa –

- Aléjate de mi puta viste, aléjate y no vuelvas a hablar conmigo –

- ______, estás muy borracha, déjame llevarte y después te dejo en paz –

- Que te den – le dije dándome media vuelta y caminando hacia la otra esquina.

Seguí caminando, hasta que un coche se juntó conmigo.

- _____, ya sube, te llevo – me decía Conway desde dentro del coche.

- ¡YA TE DIJE QUE ME DEJES ¡- le grité.

Conway bajó del auto y se acercó a mí. Me abrazó fuertemente, no podía controlar mi llanto, estaba enojada, triste, fúrica, desalmada, quería matar a alguien, quería arrancarme el corazón, el vacío que sentía dentro era como mil cuchillos en fuego atravesándome. Un vacío en el estómago, como si tuviera un agujero negro, consumiendo todos mis sentidos.

- Perdóname ... Perdóname, no te mereces esto, sé que soy el peor hijo de mil putas que has conocido, sé que es mi culpa... -

- Solo ... solo aléjate – alcancé a decir, entre tanto llorar, me era imposible hablar.

- Sólo déjame llevarte a casa ... por favor, después te prometo que me alejo –

Acepté por el simple hecho, que no veía ningún coche por ningún lado.

El camino fue silencioso, quería decir tanto, y no decir nada, al mismo tiempo.

PERSPECTIVA DE CONWAY

Odio esto, odio verla así, odiaba hacerle daño, se repetía la historia, hacía daño a las pocas personas que demostraba afecto por mí, estaba destinado a ser puto infeliz, el resto de mi estúpida vida.

Ese hijo era el único rayo de luz que ahora mismo me alumbrada, nacería de una pareja sin amor, pero joder, sería mío, lo cuidaría como nunca antes, le enseñaría lo esencial de ser un marine, ... tantas ideas se me venían a la cabeza, sobre ese futuro niño.

Regresando a la realidad, ver a _______ destrozada, me destrozaba a mí, como me hubiera encantado que fuera ella, pero la vida jamás es amable ¿ o sí?.

Recordaba como había sido, como me había enterado...

Bajé a los calabozos para salir por la parte trasera de la comisaría, Isabel estaba allí, la verdad me apenaba un poco verla en harapos, con el cabello sin peinar.

- Jack ... espera –

- - ¿Qué coño quieres? –

- Tengo que decirte algo –

- ¿Qué? Tengo cosas que hacer, se breve –

- No puedes dejarme aquí encerrada –

- Si claro, y tampoco puedo sobrevivir a más de 7 impactos de bala, pero aquí estoy – le dije mientras me iba.

- Jack, vas a ser padre –

Me di la media vuelta y me reí en su cara.

- Claro, te embarazaste de quien, ¿del espíritu santo?, como la virgen maría, ándate a tomar por culo –

- Tráeme una prueba de embarazo, te lo comprobaré –

Salí de la comisaría pensativo ... ¿Podría ser?... Al volver traje conmigo la dichosa prueba, solo para cerrarle el culo a la habladora esa.

- Aquí está tu puta prueba, vas a realizártela frente a mi –

- Bien, como quieras –

La vi hacerse la prueba, esperamos unos cuantos minutos.

Positivo. 

Mi súperintendente Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora