(Janis)
Nuestros labios estaban pegados, los suyos a los míos. Nos estábamos comiendo mutuamente. El beso más caliente y necesitado que había tenido nunca. Keith me tenía acorralada contra los casilleros de la facultad. Pegando su cuerpo al mío. Mientras yo le rodeaba el cuello con mis brazos para acercar más sus labios a los míos y que no pudiera escapar.
Tan dulce y agresivo al mismo tiempo. Tan pasional como agresivo. Un beso como no se ven ni en las películas.
Entones sonó mi despertador despertándome. Sacándome del sueño con Keith... me desperté sofocada, como si hubiera corrido por toda la ciudad. Estaba hasta sudando.
Quite las sabanas de encima y me fui a dar una ducha fría. Necesitaba bajar el sofocón. Aunque no podía dejar de sonreír al pensar en el beso que nos habíamos dado Keith y yo en mi sueño.
Luego por el camino a la facultad, fui con Mick y nos fuimos poniendo al día. Mick flipo un poco con lo que le decía pero no dijo nada que no esperara.
-No sé cómo pudo pasar –dije refiriéndome a mi actitud con Keith.
-Yo tampoco. Me pregunto lo mismo.
-Pero es que no tiene sentido.
-Estoy de acuerdo contigo. Incluso si no me estas prestando atención. Estamos llegando a clase.
-No me molestes –me queje.
La profesora me vio entrando y como iba con tal actitud me dijo que dijo que no entrara. Que me quedara parada en el pasillo. Por lo que aproveche para ir a la máquina expendedora par algo que beber y en eso vi pasar a Keith hacia afuera, él no me vio porque iba concentrado mirando un libro.
Cogí una lata de refresco extra, para él, y le seguí. Se sentó en un banco.
Me acerque por detrás y le acerque la lata fría al cuello, provocando que se sobresaltara por la sorpresa. Antes de pasarle la lata.
-¿Qué haces aquí? Acaban de empezar las clases –pregunto.
Seguro que estaba preocupado por si me bajan la media y suspenda.
-Tu también estas aquí –contraataque para no decirle que me habían echado de clase.
-Tenemos horarios diferentes. Estamos en tutoría y nos dejan salir de clase para ir a la biblioteca o donde queramos para aprovechar el tiempo para estudiar. Así que deberías volver a tu clase.
-Me echaron fuera de la clase así que no tiene mucho sentido de que vuelva –confesé sentándome a su lado.
-¿Te han echado de la clase?
-Es hora del descanso –dije antes de darle un sorbo a mi refresco.
-No tienes remedio –dijo negando con la cabeza mientras sonreía- aprovecho para darte esto. Cuando tengas tiempo libre échale un ojo y memorízalo. Te lo tienes que aprender.
Me paso unas hojas de apuntes sobre mis materias. Material de estudio.
Estaba asombrada de todo lo que había avanzado en un día por mí.
-¿Has hecho todo esto para mí? –pregunto incrédula.
-Si... así también aprovecho y repaso. También es bueno para mí –dijo a modo de escusa.
Me lo quede mirando mientras sonreía. Me daba gracia que pusiera una excusa para el trabajo que había hecho para ayudarme. Me gustaba que se preocupara por mí así.
-¿Qué? ¿Qué miras? –me pregunto.
-Nada. Nada. Escuche que el entrenamiento se canceló para que estemos menos cargados para estudiar.
-Si. Pensé que así podía aligerar un poco tu horario. Pero en cuando el director nos dé el visto verde al viaje los entrenamientos volverán a comenzar.
-Él puso esa condición porque va detrás de mí. El director sabe que mis notas no son precisamente buenas.
-No pienses demasiado en ello –dijo dando unos golpecitos de ánimo en el hombro- incluso si es verdad, se supone que siendo estudiante tienes que estudiar. Al menos aprueba este examen para no fallar a tus padres.
-¿Por qué en necesario el viaje de entrenamiento? –pregunte ignorando la mención de mis padres, no quería hablar de ellos.
-Porque ya es como una tradición. Desde que se fundó el club, los de último curso llevan al equipo a unas vacaciones. Además con el entrenamiento intenso hacemos que todos los del equipo se familiaricemos entre todos con las actividades. Así hacemos mejor trabajo en equipo. Incluso a veces puedes obtener algo inesperado –dijo sonriendo al decir lo último.
-¿Algo inesperado?
-Cómo conseguir una novia. Así es como Emmet y Patri, la chica con la que me viste modelando para Nina, se hicieron pareja.
-Son pareja... Espera ¿Ellos dos son pareja? –pregunte sorprendida.
Y si, lo tengo que admitir. Me alegraba saber que la chica esa es novia de Emmet y no de Keith.
-¿No era tu novia?
-¿Quién? ¿Patri? –pregunto sorprendido.
-Si.
Se empezó a reír a carcajada limpia.
-¿Qué es tan gracioso?
-¿Cómo se te ocurrió eso? –pregunto aun entre risas.
-¿Quién sabe? Pero deja de reírte.
-Es que es muy perturbador que me consideres esa clase de chico. De la clase de chico que engañaría a su amigo con su novia.
-¿Y qué hay de ti...? ¿Tienes novia? –pregunte intentando que no se notara demasiado que realmente quería saberlo.
-Soy un chico que se dedica enteramente a estudiar y al club de atletismo. No tengo tiempo para pensar en eso.
-¿De verdad nunca lo piensas?
-Igual soy como tú. Esperando a una persona especial.
Ahí es donde no estaba demasiado en acuerdo. Yo no soy santa y menos en estos últimos días en los que estoy pensando en él en casi como una presa.
Entonces vinos pasar a Mick como si fuera un espía. Escondiéndose tras los árboles y escondiendo su cara tras un libro y mirando por encima.
-¿Pero qué hace? –pregunte mirándole.
-No lo sé. Tú lo conoces mejor que yo.
Nos pusimos a seguirle nosotros a él. Fue cuando nos dimos cuenta de que estaba siguiendo a una chica que me sonaba de clase, que estaba caminando mientras hablaba junto a chico, que ni Keith ni yo conocíamos.
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Llegando a la meta
RomansKeith fue un excelente corredor de atletismo en el pasado, pero tuvo que renunciar a sus sueños debido a una lesión en su rodilla. A pesar de todo él el sigue en el equipo con la ilusión de cumplir su sueño. Conoce a Janis, una chica con muy mal gen...