(Janis)
-¿Lo has entendido? ¿Entiendes la posición y la forma de salida que te estoy diciendo? –Pregunto Keith.
Nos encontrábamos solos en la pista de atletismo, después de haber estado practicando por horas. Incluso el resto del equipo ya se había ido a descansar y a disfrutar del viaje.
-Sí, lo tengo.
-Bien. Y recuerda que nunca se puede salir antes de que el disparo suene y no frenar hasta después de llegar a la meta.
Me puse en posición que habíamos practicado de salida.
-Tampoco puedes ponerte encima o te descalificaran antes de empezar –me recordó poniéndose justo enfrente de mí, señalando mi pie que estaba pisando la línea.
-De acuerdo esto prohibido –dije incorporándome y pasando parte de mi cuerpo de la línea, menos el pie- ¿Y esto se puede?
-Cabeza, pecho, muslo, pie, manos... nada por delante o encima de la línea –dijo dándome un golpecito con los folios, de los entrenamientos, en la cabeza- solo puedes cruzar la línea cuando suena el disparo. Si te adelantas aunque sea por una décima de segundo, estas fuera de la carrera.
Asentí con la cabeza. Parecía que me tomaba en broma lo del entrenamiento, pero solo estaba intentando calmar los ánimos. Pero por lo que se ve a Keith no le gustaba mi forma de bromear, se lo estaba tomando demasiado a pecho esto del entrenamiento.
Me quede cabizbaja, poniendo el pie en su sitio, sin tocar ni pasar la línea.
-Lo siento –se disculpó- Solo me enfoque en el entrenamiento y olvide la normativa y posiciones, es mi culpa.
-Está bien –dije levantando la cabeza sonriendo- Todavía tenemos tiempo.
Al menos Keith no parecía odiarme. Y podía decir que por su forma de mirarme que parecía que se preocupaba por mí. Eso me hacía inconscientemente feliz.
-Sí, tienes razón –respondió devolviéndome la sonrisa.
Pero tenía una pregunta que necesitaba respuesta aun a riesgo que volverla a cagar.
-No has respondido a la pregunta de ayer ¿Realmente no quieres volver a correr nunca?
-Creo que si correr en tu pasión, un atleta real nunca querría abandonar la carrera después de unirse. Pero perdí la herramienta para poder seguir corriendo. Pero eso no significa que no pueda pelear. Estoy luchando en esta carrera, con vosotros, con esto –dijo señalando su cabeza- yo planeo las estrategias, porque os estudio a cada uno, en vuestros puntos fuertes y débiles. Mi sueño de correr no ha terminado y no terminara. Mi sueño continua, pero de otra manera.
No sé si era la actitud, en la que decía y creía esas palabras, o la convicción o que era... pero estaba haciendo que no pudiera apartar la vista de él. Me estaba sintiendo demasiado atraída por él.
-Keith –dije su nombre, pero me ignoro.
-Planeo estudiar carreras de profesionales, para convertirme en manager de las estrellas y...
No puede evitar cruzar la línea con la cabeza, para callarle con un beso.
Le bese, ya no tenía defensas contra él, no pude evitar besarle. Tenía hambre de él, así que no le bese con suavidad. Le bese como si quisiera absorber todo de su ser. Él abrió los labios y le hice sentir mi lengua jugando con la suya. Se hundía en mi boca, a modo de respuesta, se ofreció a mí y yo a él sin reservas.
Justo cuando pensaba que podía desmayarme pare el beso. Keith se había quedado parado, por la sorpresa.
-Sé que he cruzado la línea –dije refiriéndome a la línea blanca de salida pintada en el suelo- pero esto no es un juego. Me gustas, Keith.
Me había declarado a Keith. Él solo se me quedo mirando antes de darme la espalda y alejarse unos pasos. Mi cara debió de cambiar al ver el rechazo que me había dado.
Cruce la línea por completo y le agarre de la muñeca para girarle y encararle.
-Estaba hablando en serio ahora mismo.
Él se soltó de golpe de mi agarre.
-Tenemos una carrera de práctica mañana y ¿Me estás diciendo esto ahora? –Me grito.
Solo me salió disculparme y ni siquiera sabía porque.
-Lo siento.
-No podría pensar en esto ahora.
-Pero Keith...
-No digas mi nombre.
-Pero yo...
-¡DEJAME EN PAZ! –dijo empujándome con la fuerza justa para que tuviera que dar un paso atrás.
Su grito y su cara de decepción hicieron que me enmudeciera de golpe.
Me recordaba a mis padres, a la cara de rendirse conmigo. De decepción absoluta. Cara de Janis eres un fracaso.
Di pasos hacia atrás mirando la cara de Keith antes de girarme e irme corriendo, como solía hacer antes del club de atletismo. Correr para huir es lo mío, no sirvo para nada más.
Salí corriendo sin rumbo fijo, hasta salir del pueblo y cruzando otro más. Solo quería poner kilómetros entre Keith y yo. Solo pude parar de correr cuando de mis ojos empezaron a caer lágrimas y a emborronarme la vista.
Pare en seco de correr y me senté de golpe en el suelo, cogiéndome las rodillas y apoyando mi cabeza en ellas, empapando la de lágrimas la tela de mis pantalones.
En estos momentos solo quería olvidar la cara de Keith, no quería recordar la decepción en su cara.
No me podía calmar, no podía dejar de llorar, quería correr para huir, olvidar la cara de Keith. Pero no podía parar de llorar.
¿Por qué tenía que decepcionar a todo el mundo? ¿Por qué yo? ¿Eso significa que no hay nadie para mí aquí fuera? ¿Solo podía tener la amistad de Mick? ¿Y cuánto duraría esa amistad? ¿Por qué no podía tener a Keith cuando yo lo amo?
¿Por qué tenía tantas ganas de correr ahora? ¿Por qué tenía tantas de huir? ¿De estar sola? No hacía falta responder a esas preguntas. En verdad ya sabía la respuesta.
Soy un desastre total y no soy capaz de mantener a nadie querido a mi lado, por eso siempre estaré sola.
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Llegando a la meta
RomanceKeith fue un excelente corredor de atletismo en el pasado, pero tuvo que renunciar a sus sueños debido a una lesión en su rodilla. A pesar de todo él el sigue en el equipo con la ilusión de cumplir su sueño. Conoce a Janis, una chica con muy mal gen...