(Janis)
Justo cuando pensaba volver a casa corriendo, dejar atrás a Keith, a lo que sentía por él, a la competencia, a todo, recibí una llamada de Mick.
Después de decidir contestar a Mick para dejarle claro que no quería saber nada de nadie, tampoco de el por el momento, me desconcentro escuchar la voz de Keith.
No pude evitar no dudar en ir tras Keith así que en cuanto colgué el teléfono salí corriendo de vuelta al hotel. Había sonado muy adolorido por teléfono, seguro que de correr por el hotel en mi búsqueda.
Ahora me encontraba bastante lejos, pero no me iba a detener hasta llegar.
******
Llegue, después de lo que yo creo que fue hora y media corriendo, encontrándome con Mick fuera, en la puerta del hotel.
-¿Dónde está?
-¿Estas bien? ¿Qué ha pasado? –se apresuró a venir a mi lado, ignorando mis preguntas.
Seguro que tendría un aspecto horrible, incluso yo misma lo podía decir sin mirarme a un espejo. La cara estará hinchada de llorar, mis ojos rojos como los del diablo y mi pelo pegado a la cara por el sudor. La peor imagen que te puedas imaginar. A parte de eso mi respiración agitada y mi forma de pararme, estando encorvada por el cansancio.
-Sí, ya estoy bien. Perdona por preocuparte –dije incorporándome lo que pude.
-Me has asustado, tonta –dijo espachurrándome entre sus brazos.
-Perdóname. No estaba pensando.
-Como siempre, pero la próxima vez, recuerda que sigo siendo tu amigo así que avísame y te ayudare o por lo menos te escuchare.
-Sí, lo siento. Hablaremos de esto después ¿Vale? Tranquilo, no se me olvidara.
-Sí, déjala. Keith la está esperando y ella no puede esperar a verle ¿O es que no lo ves, ciego? –dijo alguien que estaba al lado de Mick, que no había notado antes.
Cuando termino el abrazo me di cuenta de que era la chica que Mick seguía el otro día, Alba si mal no recuerdo. Me los quede mirando antes de volver a mirar a Mick.
-Parece que no soy la única que tiene algo que contar al otro. Luego me cuentas. Ahora dime ¿Dónde está?
-Está en la pista –contesto Alba por Mick.
-Gracias –les agradecí antes de seguir mi carrera.
Llegue apurada a la pista, encontrándome con Keith tirado en el suelo sentado, agarrándose las rodillas con la mirada perdida. En cuanto me vio quiso levantarse, pero no le di tiempo. Corrí un poco más y me arrodille frente a él.
-¿Qué ha pasado? ¿Tienes calambres de nuevo? ¿Te duele mucho? ¿Por qué te has forzado a correr tanto? –le avasalle a preguntas mientras comenzaba a masajear su pierna.
-Antes... no quise ser tan duro.
-No hablemos de eso. No soy de las que dicen las cosas casualmente si se trata de mis sentimientos. Ya me siento suficientemente triste.
-Lo siento.
-Está bien. Se acabó.
Lentamente me hizo soltar su pierna y se sentó frente a mí. Suspiro y me miro a los ojos antes de darme un refresco.
-Esto es para ti.
-¿Tu bebida favorita? –pregunte confusa.
Asintió antes de levantarse, costosamente y caminar hacia la parte de la meta de la pista. Casi pensé que se iba a ir, hasta que se dio la vuelta.
-Janis. Soy un estudiante de último año. Me estoy preparando para los exámenes, estoy intentando dejar el club preparado para cuando ni Emmet ni yo estemos. Estoy muy ocupado.
-Lo sé –dije levantándome y caminando lentamente en su dirección.
-Estoy loco por el atletismo –dijo acercándose a mí.
-Lo sé –conteste acercándome a él.
-Soy mayor que tú. Me graduare primero y dejare la facultad.
-¿Qué estas tratando de decirme? –pregunte cuando ya lo volvía a tener frente a mí.
-Quiere decir, que en situaciones como esta me resultan difíciles ¿Seguirías dándome estos masajes?
-Solo tienes que llamarme y estaré allí. Incluso si tengo que salir de clase corriendo.
-No te puedes saltar las clases. Esperare hasta que acaben tus clases.
-Entonces... ¿me vas a aceptar?
Keith asintió con la cabeza.
No podía sentirme más feliz ahora mismo. Así que me acerque con la intención de besarlo, pero Keith giro la cara, para que no pudiera llegar.
-¿Me rechazas? –pregunte confusa por lo que había hecho.
Sin previo aviso cogió mi cara con sus dos manos y me beso. Un beso profundo, que invadió mi boca sin sutilezas. Un beso con una pasión hambrienta. No pude evitar subir mis manos por sus costados para pegarle más a mí.
Paramos el beso cuando ya nos faltaba el aire para respirar. Pero solo lo paramos para mirarnos a los ojos antes de sonreír y volver a unir nuestros labios.
Jugando a tentarnos durante el beso. Mordiéndonos los labios y ver cuál de los dos se comía más al otro.
Acabamos abrazándonos.
-Perdona por tardar tanto en decirte que también me gustas –dijo apretándome más contra el para evitar que pudiera separarme y mirarle a los ojos- no me había dado cuenta que estaba enamorado de ti hasta que me has dejado solo.
-Te quiero.
-Yo también.
-¿Eso significa que estamos juntos? –me atreví a preguntar.
-Si.
-Entonces ya hemos ganado la carrera más importante.
-Hemos llegado a la meta –dijo, podía sentir su sonrisa aun sin verlo.
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Llegando a la meta
RomanceKeith fue un excelente corredor de atletismo en el pasado, pero tuvo que renunciar a sus sueños debido a una lesión en su rodilla. A pesar de todo él el sigue en el equipo con la ilusión de cumplir su sueño. Conoce a Janis, una chica con muy mal gen...