Capítulo 1

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(Janis)


-Volver aquí inmediatamente –nos gritaba el profesor.

Ignorando su voz completamente, seguí corriendo y bajando las escaleras de la facultad tan rápido como podía.

Estaba corriendo, mejor dicho huyendo, porque no quería ser castigada y tener que quedarme hasta tarde.

Mi mejor amigo, Mick, sigue mis pasos algo más rezagado mientras esquivábamos a los demás alumnos.

La verdad es que corríamos por su culpa porque había visto a uno de mi clase pegar una colleja a una chica, que se la veía que era tímida y algo retraída, de otra clase. Y Mick ha saltado a defenderla. Diréis que es una tontería correr por eso, por hacer algo bueno, y no os quito la razón. Pero cuando mi amigo se puso a discutir con el abusador yo no me pude contener y le di una bofetada, mientras le preguntaba si eso le gustaba. Acabamos en una pelea, por eso corremos.

-Para Janis –dice una vez estamos fuera del recinto- necesito que entre aire en mis pulmones.

-Tampoco hemos corrido tanto.

-Siento que voy a morir de asfixia –dice exagerando.

-Es que eres un blando –digo riendo- vamos antes de que salgan.

-¿Vamos al bar? –pregunto medio rogando.

-Claro que si –dije obvia.

Nos fuimos a beber unas cervezas al bar de al lado de los dormitorios. Al final lo de unas cervezas pasó a ser muchas cervezas y bebidas más fuertes... pero eso es otro asunto.

Luego cada uno se fue a su dormitorio. Yo estaba en la planta tres y Mick en la primera, tenía mucha suerte no tenía que subir tantas escaleras estando con este ciego. Es una putada no tener ascensor. Por lo menos los dormitorios no quedaban lejos del bar ni de la facultad, era un chollo.

Además los dormitorios son geniales porque son mixtos, y puedo estar cerca de mi amigo, y porque son habitaciones individuales con baño privado. Todo un lujo.

Estoy viviendo en los dormitorios porque mis padres, aunque tengan la casa cerca, ya no me aguantaban en casa.

Viviendo con ellos todo eran broncas y discusiones por cualquier tontería y cada vez se volvían más violentas, por mi culpa generalmente, y sinceramente nadie puede aguantar eso para siempre. Así que desde que me expulsaron de la anterior facultad mis padres me mandaron a vivir por mi cuenta, aunque ellos pagan el dormitorio.

El caso es que esta es mi última oportunidad para poder seguir estudiando y poder trabajar de lo que quiero o sino mi padre me pondrá en su empresa, y lo que menos me apetece es estar trabajando bajo sus órdenes. No somos capaces de aguantarnos en casa pues menos en el trabajo y menos teniéndolo yo como jefe.

Me expulsaron de las anteriores facultades por conducta violenta. En resumen, que me peleaba muy seguido y dejando al otro tan herido que no se podían levantar y acaban por poner una denuncia contra mí.

Aunque todo ocurrió por culpa del payaso ese por hacer daño a Mick. Yo no pude quedarme de brazos cruzados y le revente a golpes hasta que entre Mick y los demás compañeros me separaron. Si digo la verdad, aunque tuve que pedir unas disculpas, que no sentía, y todo ese rollo lo volvería a hacer.

Por eso he tenido que cambiar de facultad y Mick... bueno él se cambió porque realmente le dio la gana. A él no lo expulsaron. La excusa que me dijo cuándo se cambio fue que si solo me cambiaba yo, de facultad, me sentiría sola. Por eso él tenía que venir, para tener a alguien que me conociera al lado. Yo no se lo pedí, incluso le llame idiota por cambiarse por esta razón, pero estoy bien teniéndolo al lado. En verdad se lo agradezco pero no se lo diré.

Tengo un defecto grave y es que cuando peleo no paro hasta que el otro este tirado en el suelo sangrando, es como una necesidad. Realmente no es que no quiera parar pero mi mente se bloquea y para cuando logró parar ya es tarde.

Tengo que admitir que soy de las que buscan bronca e intentan picar a la gente y estar en todos los líos. Como por ejemplo hoy, podía haberme quedado quieta y dejar que Mick se vaya solo y luego hablar con él. Pero me he tenido que meter en medio haciéndome notar, otra vez, y he acabado huyendo con Mick. Por lo menos esta vez no me ha parecido que el chico sangrara. Tampoco es que Mick me hubiera dejado mucho tiempo para pegarle como se merecía antes de cogerme del brazo y tirar de mí para empezar a correr.

Después de ir al bar fuimos a los dormitorios, deje a un muy borracho Mick tirado en la puerta de su dormitorio y me subí a mi habitación. Encontré una pareja hablando en el pasillo, el chico parecía haber acompañado a la chica a la puerta. Todo un galán. Que empalagoso. Los ignore y pase de largo hasta mi puerta.

Cuando estaba a punto de abrir la puerta para entrar escuche a la chica decirle al chico.

-Esa chica va a mi clase, toda ella grita problemas.

-Hablar de alguien a sus espaldas es de mala educación ¿O acaso no te lo enseñaron en casa? –pregunte girándome para encarar a la chica.

-No nada –dijo agarrándose al chico.

-Controla a tu chihuahua –solté.

Decidí volverlos a ignorar y entre en la habitación cerrando con llave. Me tire sobre el sofá y me puse a ver la televisión. Estaba acostumbrada a los chismorreos de los demás y no siempre contesto, solo cuando me apetece o la ocasión lo merece. La mayoría de veces es por buscar picar a alguien y que empiece la pelea.

Llegando a la metaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora