SEDUCIDA POR LA MAFIA

EL SANGRIENTO CLAN TAISHO

-¡Alguien ha visto a inuyasha! - decia un joven de cabello negro atada a una pequeña coleta, quien tenia una importante noticia que darle a su jefe, pero los sirvientes negaron con sus cabezas -¡Donde se habrá metido ese tonto, necesito decirle algo muy importante y como siempre desaparece sin dejar rastros! - suspiro derrotado debería merodear por los alrededores del estanque de carpas koi, pero unos gemidos de mujer que provenían en una de las habitaciones, hicieron que su cerebro recordara que había visto el auto de kikyo parqueado al frente de la casa -¡No hace falta ser un genio para saber que detrás de esa puerta su amigo y jefe estaba comenzando su propia fiesta privada! - pero el lo culparía no, siempre hace eso si no es kikyo es otra mujer -¡Debería cortarle el rollo o irme a esperar! - sonrió traviesamente la desicion estaba tomada.

Y sin tocar abrió la puerta, donde se encontró una escena muy pervertida kikyo estaba atada en la cruz de san andres mientras inuyasha la penetraba sin parar -¡Porque no busque primero en este lugar, que te gusta tanto disfrutar viejo amigo! - sonrió cuando inuyasha le gruño y paro de golpe sus embestidas.

-¡Dime una maldita razón para no darte un tiro en medio de la cabeza! - estaba disfrutando de su placentero juego con su  hermosa kikyo, que estaba a punto de llegar al clímax -¡Quédate sin hacer ningún ruido o te castigare! - le ordeno a una pelinegra de piel blanca como la nieve quien lo miraba con ojos lujuriosos, luego miro a su amigo -¡Y bien monje pervertido espero tu respuesta! - sabia que el no entraría así pero estaba disfrutando de una maratón de sexo antes de que su hermano mayor llegara para ir a festejar el gran trato que cerraron con los ingleses y la aniquilación del clan de akita.

-¡Primera soy tu mejor amigo y segundo me acaban de informar que sesshomaru esta gravemente herido y que en estos momentos lo están atendiendo en su habitación! - dijo un serio pelinegro de ojos azules.

Esa noticia no lo esperaba su hermano mayor era invencible, quien podía competir con su fuerza y la felicidad que sentía por comunicarle a su hermano sobre las negociaciones y la expansión de su clan, se esfumo solo quería verlo -¡Que ha podido pasar para que sesshomaru terminara en ese estado! - rugió el platinado mientras se vestía con unos pantalones de chándal negro.

-¡No lo se inuyasha, pero tu y yo sabemos que sesshomaru es un estratega y eso me hace pensar que hay un espía dentro de la organización! - tenia sus sospechas cuando escucho atentamente como jaken le relataba detalladamente sobre la emboscada que le hicieron a su amo, vio la desesperación de su amigo -¡Tranquilízate hombre, no le he podido ver pero conociendo a tu hermano estará bien! - lo dijo tan seguro para así poder trasmitirlo a su amigo, mientras miraba el cuerpo desnudo de kikyo, era una mejor hermosa pero fría para su gusto.

Inuyasha escucho las palabras de su amigo y no le paso por alto la forma que miroku miraba a su acompañante, sonrió el pervertido quería disfrutar de ella -¡Iré a verlo ahora mismo quiero saber que todo este bien! - miro a la pelinegra, era una lastima que el juego terminara así pero primero estaba su familia -¡Nuestro juego debemos retomarlo para la próxima vez! - al decirlo escucho las suplicas de esa mujer que compartían solamente sexo nada mas y ella no tenia que aspirar a nada con el -¡Pero tranquila mi amigo se quedara contigo para que te haga compañía, no es así miroku! - Vio como ese pervertido asentía mientras se quitaba su saco y su corbata y sin decir nada mas salio de la habitación en busca de su hermano.

Mientras tanto al otro extremo de la casa se encontraba en una habitación tres personas uno recostado en la cama estaba un platinado que solo  se quejaba de lo ruidoso que era su sirviente jaken, mientras el doctor revisaba las lesiones -¡Vaya sesshomaru quien trato las heridas lo hizo perfectamente, todo esta bien solo debes estar en cama por una semana mas y tomar unos analgésicos para el dolor! - dijo totosai mientras limpiaba las heridas y cambiaba las vendas.