ESPOSADA AL DEMONIO ROJO

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-¡Que dolor me duele, me duele muchisimo mi cabeza y todo el cuerpo ¿Pero que rayos nos paso anoche? ! - decía kagome mientras se sobaba sus ojos con la mano derecha y bostezaba - ¡Kami nunca he tenido este grado de borrachera, pero que ha pasado, para no recordar nada de nada! - dijo mientras se levantaba lentamente mientras se tomaba con sus manos su cabeza, pero un agudo dolor en su entrepierna hizo que gritara -¡Por todos los dioses que no sea lo que estoy pensando, no no no se que no soy santa de tu devoción! - decía mientras miraba el techo de ese lugar desconocido -¡Pero no pude haber perdido mi virginidad de esta manera! - decía kagome -¡Osea no esperaba que fuera en una cama llena de pétalos de flores, y con música romántica, como en las películas que le gusta a mis amigas, pero Kami desea al menos haber controlado la situación, o recordarlo! - seguía hablándole al techo -¡Esto solo me pasa a mi, que habré hecho en mi vida otra vida para tener tan mala suerte! - golpeo el colchón sabiendo que no quedaba nada más que hacer que seguir con su vida -¡Oh por Kami donde esta rin, que ella esté bien que no le haya pasado lo mismo, o sino que cara le daré a mi tía y a rin! - se levanto apurada buscando su ropa pero no encontró nada, solo un babydoll blanco, junto a un traje rojo de diseñador a pie de la cama -¡Mejor no me pongo a pensar de lo que hice ayer, como dice la canción de Thalia y natty si no recuerdo no pasó! - miró alrededor y por primera vez en su vida sintio miedo, se encontraba en una habitación estilo tradicional y que recuerde en Japón no hay hoteles con ese diseño sino modernos -¡Donde estoy y lo más importante donde esta rin! - dijo, mientras buscaba su ropa pero unas manos atraparon su cintura para inmovilizarla, todo su cuerpo se tenso quizo gritar pero una de aquellas manos tapó su boca para silenciarla.

Kagome sintió la respiración del desconocido en su cuello y como pegaba su miembro en su espalda totalmente erecto, no sabía quién era o donde estaba y por si fuera poco no sabía el paradero de su prima, forcejeo con esa persona pero era demasiado fuerte, cerró sus ojos y trató de tranquilizarse pero unos besos húmedos en su cuello hicieron que su cuerpo se calentara de placer, - ¡Bravo kagome estas excitada con un tipo que ni recuerdas, seré masoquista! - se regaño mentalmente pero una voz la sacó de su pelea mental.

-¡Sabes conejita, me excita saber que me deseas, tanto como yo! - dijo inuyasha mientas se apretaba más en la espalda de su ahora esposa -¡Me he despertado muy furioso, no acostumbro beber hasta perder la razón y mucho menos cuando no controlo la situación! - decía mientras giraba a su mujer -¡Pero lo que anoche descubrí mientras te hacía el amor, me hizo el hombre más feliz del mundo, saber que solo yo te he tocado, lamido, y saber que tienes mi aroma impregnado me vuelve loco! - dijo inuyasha mientras miraba los ojos de aquella mujer, no pudo resistirse más tiempo sin probar sus carnosos labios, se lanzó en un beso aliento que hizo gemir a kagome -¡Si asi cariño deseo escucharte gemir mientras te hago mía una y mil veces! - la besaba con fervor, sin entender la necesidad que tenía por estar dentro de ella.

-¡Detente.... - decía una palabra cada vez que inuyasha apartaba sus labios de ella para dejarla tomar aire -¡Por favor necesito encontrar a mi.... - inuyasha la callo de un beso mientras la recostada otra vez en la cama.

-¡Conejita, bella conejita debes tener muy claro que no puede haber nadie en tu mente en este momento más que yo! - decía con voz ronca inuyasha mientras besaba y lamia el cuello, de su mujer.

Kagome estaba en las nubes de la felicidad al comprobar que el mismo tipo de anoche, fue el primer hombre en su vida, se había ganado la jodida lotería, se dejó hacer sentía los besos, las mordidas en su cuello, pechos y abdomen, se dio cuenta  por el camino que recorría su boca que iba hacia su monte de venus, cada vez más sorprendida, -¡Me vas hacer sexo oral! - pregunto kagome al platinado.

Estaba tan concentrado en su tarea, de saborearla, que apenas captó la pregunta de su conejita, la miró y todos sus sentidos volaron, pudo ver en sus ojos desconcierto, lujuria, excitacion, y una pasión feroz, -¡Oh pequeña no sabes cuanto deseo probar tu dulce miel! - dijo mientras separaba sus piernas, sin apartar su mirada -¡Respecto a tu pregunta, si te lamere, te masturbare, y te haré llegar al orgasmo solo con mi boca, que te parece nuestra primera mañana de casados! - dijo inuyasha que sin ningún preámbulo bajo su boca a su vulva y atacó su clitoris.

SEDUCIDA POR LA MAFIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora