SEGUNDO CIRCULO - LUJURIA

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"La lujuria merece tratarse con piedad y disculpa cuando se ejerce para aprender amar"

DE DANTE ALIGHIERI

-¡Ay maldita sea! - grito kagome quien era lanzada al suelo, junto con rin.

-¡Deja de maldecir prima, busca una manera de salir de este remolino! - decia rin mientras se concentraba en invocar su arma, pero no lo lograba por los fuertes vientos.

-¡Lo intento, pero como un demonio, no dejan de lanzarme de un lado a otro, es peor que subir a una montaña rusa! - contesto molesta kagome al invocar su arco y tratar de lanzar una flecha purificadora -¡No puedo creer lo que voy  a decir, pero extraño a cerbero! - suspiro kagome al verse cerca en una pared.

-¡No digas tonterias y purifica este remolino de una santa vez! - dijo rin preparándose para el impacto que nunca llego, sintió la energía espiritual de su prima, extenderse y como aquel remolino desaparecía de su alrededor.

-¡Ahora rin! - grito kagome cayendo hacia el suelo, la barrera mágica de su prima las protegió del impacto -¡Suelo, suelo te amo! - decia una azabache mientras rodaba por aquel suelo arenoso.

-¡Eres tan dramática prima! - sonrió al verla revolcarse en el suelo como cuando era pequeña.

Rin miró a su alrededor -¡Donde estamos! - le pregunto a su prima al estar en un desierto, las paredes habían desaparecido, dejándolas en la mitad de la nada.

-¡No tengo la menor idea, pero sea lo que sea espero que sea fácil, super fácil como la materia de arte! - balbuceo kagome mientras cerraba los ojos.

La azabache al escucharla, la miro inmediatamente a su prima -¡Yo si decia cuando repites mucho una palabra es porque quieres dormirte! - suspiro derrotada rin, se sentó junto a su prima para vigilar, pues no sabia que monstruo se encontraría en este nuevo circulo.

Y sin proponérselo ambas se quedaron dormidas en mitad del desierto, ambas mujeres estaban tan cansadas que no vieron el ataque de fuego dirigido a ellas, pero un gran boomerang las protegió.

-¡Que haces aquí! - pregunto una pelinegra furiosa.

-¡Paseando y tu yura! - le devolvió aquella castaña la pregunta.

-¡Mi señora me ha ordenado matarlas, algún problema! -  sonrió yura con soberbia. 

La castaña se miro sus uñas -¡Si, querida no te dejare hacerlo, mi misión es protegerlas! - esquivo los cabellos negros de aquel demonio.

La risa de la pelinegra inundo aquel desierto -¡Vaya la gran exterminadora de monstruos, es ahora una niñera! - dijo mandando ataques combinados de fuego.

-¡Y me pagan mejor que a ti! - se burlo la castaña, esquivando con facilidad los ataques.

-¡Maldita! - grito furiosa yura por las constantes burlas de aquella castaña.

Sango no se alejaba de las dos azabaches y procuraba que ningunos de los patéticos ataques de yura los alcanzará, ellas habían gastado una cantidad de energía espiritual y era comprensible verlas dormir, como un tronco.

-¡Porque las protege, míralas durmiendo a mitad de la nada, son una presa fácil son tan débiles que me dan repulsión! - dijo yura mientras esquivaba las dagas de aquella exterminadora.

-¡Ellas son nuestras nuevas señoras, además la única débil eres tu, que atacas sabiendo que no pueden defenderse! - le respondió sango aquella odiosa mujer.

-¡Yo no soy ninguna débil! - grito furiosa la pelinegra 

Mientras esas dos mujeres peleaban sin darse cuenta que unos ojos color café los veía entretenido por el espectáculo de esas dos mujeres, pero lo que más le llamaba la atención era ver las esposas de sus amos dormir tan cómodamente -¡Demasiado ingenuas! - suspiro derrotado, quería iniciar cuanto antes la pelea pues quería matar a la persona que le ha quitado el amor de su querido inu-lindo -¡No es gran cosa, como es posible que su amado demonio se casara con esa insulsa mujer! - dijo llorando aquel  castaño.

SEDUCIDA POR LA MAFIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora