Vuelves al lugar donde durante años fue tu hogar y ves que todo sigue igual. Duele saber que tu partida no afectó a nadie, todo sigue igual tal y como lo dejaste y quizás están mejor ahora que tu no estas. Tal vez todo siga igual porque no significaste nada para ellos y por eso todo esta igual e incluso mejor. Si ellos están bien, pero tu, tú no lo estás. Te das cuenta que todo sigue igual porque en sus actividades no participas y te limitas a verlos, y los es feliz y es como si no estuvieras ahí, eres como un fantasma en el que puede ver todo lo que ocurre pero ellos a ti no. Pensaste en todo lo harías cuando por fin vuelvas y todo eso se cae como un castillo de arena. Sinceramente es más bonito imaginar que sea realidad. Y mientras los observas esperas que alguno de ellos se acerque a ti y te pregunte si te pasa algo o simplemente te diga algo eso pero nadie es capaz de hacerlo, están más pendientes de lo que hace que de ti. Que estúpido fue pensar que te extrañan y que ansían verte, sin embargo tú tenías un montón de ganas de volver a verlos... Y después te preguntarán cuando volverás y no sabrás que decir, porque quizás no quieres volver o simplemente les dices que pronto, pero ese pronto no es un pronto cercano sino lejano, muy lejano.