Capítulo Siete

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Una semana pasó y llegaron las vacaciones de las fiestas, cada día la pasaba con Jay, me estaba encariñando con él a decir verdad, es decir, pasaba más tiempo con el que con Dinna y Jonnah, salíamos a caminar, hablábamos De todo hasta de cosas sin sentido, el era un chico divertido y bromista.

- Y ¿qué harás el 24, Ronnie?- era 22 de diciembre y estábamos sentados en una banca del parque.

- No lo sé, de seguro en casa con mamá.

- Me gustaría que pasaras navidad conmigo, es decir, mi familia.. - miré a Jay adivinado si era un chiste o en serio, osea yo, y la mamá de Jay ¿en una sola habitación?? Suena a desastre. - se que lo que piensas por mamá y eso.. pero quiero que vea lo genial que eres y que se equivoca sobre ti- sonrió.

En ese momento quería correr y mostrarle la foto que había conseguido hace una semana, oh y por cierto imagino que se estarán preguntando que hice con ella, pues decidí guardarla para evitar que mamá la vea y haya más rivalidades, es decir mi papa pudo haber tenido muchas novias antes no era nada tan grave, sólo era raro que sea con la mamá de Jay. Asi que decidí no contarle a Jay, ahora no, puede que algun día lo haga.

- bueno no lo sé... - dije respondiendo sobre la cena navideña.

- ¡vamos!, ¡está bien! O abra otro plan B y no te va a gustar - sonrió pícaro.

- Bien, bien - dije rindiéndome.

- ¡te mereces una pizza de tomates secos! - dijo pellizcando mis cachetes. ¡Autch!

Nos quedamos en silencio un buen rato hasta que Jay dijo:

- ¿Recuerdas esa navidad en la que incendiamos las cortinas de tu cuarto??- dijo riendo. E hice lo mismo al recordarlo.

- ¡si! ¡Y saliste corriendo diciendo que fuí yo!! - lo miré con una mirada asesina mientras reiamos- Me vengaré. - dije tranquilamente.

- Ay si claro que te tengo miedo, pulga de 1,60 metros- y se echó a reír a carcajadas, ah, no, odio que se burlen de mí.

- Correccion! Soy 1, 68 no soy tan baja. - yo no era tan baja, es que el era muy alto. No, enserio.

- ¡Si lo eres! - lo miré de mala gana.

- Cállate, por favor.

De repente sus ojos azules se consiguieron con los míos, nacieron pequeñas mariposas de los capullos que había dentro de mi, haciéndome ruborizar, sus ojos eran tan profundos, y abiertos. Entonces recordé lo horrible que me veía y

Baje la mirada avergonzada..

- ¿Ronnie?

- ¿si?..

Levantó mi barbilla para hacerme mirarlo de nuevo.

- ¿sabías que eres hermosa?

Bueno, ahora yo parecía un tomate seco.

- No, no lo soy..

- Lo eres - me interrumpe.

- Gracias - sonreí un poco.

- No has respondido mi pregunta...

- ¿cuál?

- ¿tú sabías que eres hermosa?- me apuntó con su dedo.

- yo.. - ¿que iba a decir? - pues no..

- Si que lo eres, yo Jay Jones así lo manifiesto- dijo sonriendo.

Su mirada bajo a mis labios y al darse cuenta, miró a otra parte, negando con la cabeza, luego miró  su teléfono y al parecer le había llegado un mensaje, lo sentí un poco preocupado, luego de leerlo dijo:

Perfectas ImperfeccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora