Un giro inesperado

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- Realmente esta casa es impresionante – Lena estaba maravillada apreciando la luz que ingresaba por las amplias ventanas de la sala.

- Hice un buen trabajo. Es una lástima que para que esté disponible a la dueña le haya tenido que pasar tal desgracia – se lamentó. Realmente se sentía apenada por la hermana de Alex y por ella.

- Cuéntame bien esa historia, no te entendí muy bien cuando me la contaste por teléfono – dejó en mitad de la sala la última caja que les faltaba. No había querido contratar un servicio que se encargase de ordenar, había preferido hacer todo eso ella misma, le iba a servir de distracción.

- ¿Te parece si primero preparo una taza de té helado? porque el calor me está matando cortesía de todo este trabajo forzoso al que me estás sometiendo – se burló

- Eres demasiado exagerada Samantha Arias – se acercó a la puerta que le permitía acceder al jardín interno, la abrió y disfrutó de la calidez del sol sobre su rostro.

- ¡Pero así me quieres! – gritó desde el interior de la casa

Sam llegó con una bandeja sobre la que había una gran jarra de té helado con limón, dos vasos y unos cuantos bocaditos. Ella podía vivir comiendo y Lena también, por eso se llevaban tan bien.

- ¿Entonces la hermana de Alex recibió una bala en la cabeza y es por eso que está en coma? – dijo asombrada

- Así es, realmente es una pena, la chica estaba a punto de casarse – agachó la cabeza con tristeza

- Me imagino que el prometido estará devastado

- Creo que olvidé comentarte esa parte. Lo peor de todo es que el prometido falleció y cuando ella despierte realmente se encontrará con una realidad nada agradable – en ese momento se le ocurrió una idea – Sabes, creo que cuando ella despierte la podríamos ayudar

- Claro, sabes que siempre estoy dispuesta a ayudar, pero no se me ocurre cómo. Además, ni su nombre me has dicho.

- ¡Qué tonta soy! – se dio una palmadita en la frente – Kara Danvers es su nombre y trabaja para CatCo o bueno nuestra ahora nueva empresa sin nombre – sonrió

- ¿Kara Danvers dijiste? – Lena estaba pálida, no podía creer lo que estaba oyendo - ¿El prometido se apellidaba Olsen? – se levantó de un brinco y comenzó a andar de un lado a otro

- ¿Qué sucede Lena? No recuerdo el apellido del chico, pero recuerdo que se llamaba James – se levantó a detener a su amiga antes de que hiciera una zanja en el jardín – Cálmate y explícame qué está pasando.

- ¿Recuerdas que vine a entregar personalmente un anillo de bodas? – lo sacó de su bolsillo. Desde ese día lo había llevado consigo, no entendía el motivo, pero decidió adoptarlo como su amuleto de la suerte y hasta el momento le había funcionado

- Debo admitir que me sorprende demasiado que lo lleves contigo y comienzo a creer que es un nuevo nivel de acoso indirecto, pero sí, claro que recuerdo. La feliz pareja no apareció – Lena le alzó una ceja y le dio a entender que tenía que sumar 1 + 1 para llegar a la conclusión – ¡Oh por Dios! – se tapó la boca – ¿No me digas que la feliz pareja que te conquistó eran Kara y James?

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