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- Ya llegó por quién lloraban – Entró Sam muy contenta mientras Lena la seguía rumbo a la cocina.

- Mamáaaa – corrió la niña hacia su madre para darle un fuerte abrazo – Llegas justo cuando estamos desayunando. Kara me ha preparado los mejores pancakes del mundo – empujó a su madre hacia uno de los asientos de la barra de la cocina.

- ¿Los mejores? ¿Segura? Creí que los mejores los preparaba yo – se cruzó de brazos y fingió estar ofendida ante tal comentario

- Déjame decirte que, como cocinera, eres una gran relacionista pública – se burló Lena mientras recibía un empujoncito por parte de la rubia

- Lo lamento Sam, no he tenido el placer de comer tus pancakes, pero estoy segura de que son tan buenos como los míos – dijo la rubia haciendo uso de su celular – ¿Deseas que te sirva unos cuantos?

- Ya que al parecer tienes encantadas a todas con tus deliciosos pancakes, claro que deseo sumarme. No tienes nada que lamentar, realmente no soy la mejor cocinera – se encogió de hombros - ¿Qué tal lo pasaste anoche, pequeña? – acarició la cabeza de su hija.

- Fue muy genial todo. Vimos muchas pelis de Disney y la tía Lena nos mantuvo bien alimentadas – sonrió ampliamente – Kara es una excelente compañera de pijamadas. ¿Podemos un día invitarla a casa? – le hizo ojitos.

- ¿Así que solo Kara es una excelente compañera de pijamadas? Ya sabía yo que Lena era una aguafiestas – recibió su plato de pancakes y comenzó a devorarlos – Están riquísimos Kara, soy tu fan N° 1 ¿Puedo venir a desayunar todos los días a tu casa?

- ¿Hola? Estoy aquí ¡eh! – puso cara de ofendida – Ahora resulta que solo vendrán a visitar a Kara – se cruzó de brazos dramáticamente; gesto que enterneció bastante a la rubia y que la impulsó a sorprender a la pelinegra dándole un abrazo por la espalda y un tierno beso en su mejilla.

- ¿Por qué estás roja Lena? ¿Por qué has dado un pequeño brinquito? ¿De qué me estoy perdiendo? – una castaña frustrada soltó todas las preguntas en cuestión de segundos.

- Mamá lo que pasa es que Kara acaba de abrazar a la tía Lena por la espalda y le ha dejado un beso en la mejilla – de más está decir que ahora Kara también se encontraba avergonzada ante su impulso.

- No quería que te sintieras mal porque me aman más a mí – se burló la rubia a la vez que intentaba relajar el ambiente - ¿Qué tal te fue con mi hermana?

- Excelente, se nota que esto de cocinar bien les viene de familia – dijo con mucha ilusión – La cena fue perfecta. Tu hermana es perfecta – soltó un pequeño suspiro

- Creo que alguien está enamorada – le susurró Lena a Kara y ésta le afirmó con un movimiento de cabeza

- ¿Con qué te deleitó mi hermana? – estaba deseosa por saber más sobre Alex, hace tanto que no la veía. Ellas solían ser muy unidas

- Una riquísima lasagna y vino. Charlamos durante horas de todo y nada. Incluso hablamos de ti y le dije que me encantaría poder conocerte. Ofreció que me llevaría a verte a la clínica, supongo que en estos días que hemos quedado en volvernos a ver, coordinaremos la fecha exacta y así también podré decirle que Lena las puede ayudar.

- Te ha preparado su especialidad, sí que te quería sorprender. Me alegra demasiado que se lleven tan bien, estoy segura de que harán una hermosa pareja – dijo sinceramente la rubia – Por favor cuídala, Alex ha pasado por muchas cosas, no deseo que nadie le vuelva a romper el corazón.

- Te juro Kara, que voy a cuidar muy bien de tu hermana si ella me lo permite – miró a su hija en busca de alguna señal de aceptación - ¿Tú qué opinas Ruby?

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