Emergencia

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- Muchas gracias por acompañarme, realmente no era necesario – se encontraban en la puerta de salida de la clínica – Espero que disfruten su estadía por National City y lamento mucho que su primer día haya sido tan movido – sonrío cálidamente.

- Yo soy la que te tiene mucho que agradecer por haber cuidado de Ruby – comenzó a buscar en su bolso su tarjetero – Si algún día necesitas algo o vas a Metrópolis, dame una llamada – le extendió su tarjeta personal.

- Samantha Arias. Relacionista pública – leyó en voz alta lo que decía en la tarjeta – interesante trabajo y muchas gracias por el ofrecimiento. Lo tendré en cuenta – extendió una tarjeta para cada una de las chicas – Por si necesitan algo, no duden en llamarme.

- Gracias Agente Danvers – sonrío Ruby y le dio un abrazo que tomó por sorpresa a Alex – de grande quiero ser como usted.

- Puedes decirme Alex – le revolvió los cabellos y sonrío una vez más antes de despedirse.

Las chicas acababan de irse hace unos segundos cuando el sonido de una ambulancia la sacó de sus pensamientos, al parecer había ocurrido una tragedia porque muchos doctores y enfermeras comenzaron a salir rápidamente. Tuvo que hacerse a un lado para no interrumpir. De todas formas tenía que esperar a que llegase Winn a recogerla, no había querido incomodar más a las chicas Arias.

- Paciente mujer, de unos 25 años aproximadamente, herida limpia de bala en la cabeza, con agujero de entrada y salida – oyó Alex decir a los paramédicos

- Llévenla de inmediato al quirófano, debemos detener el sangrado – ordenó uno de los médicos – ¿Quién está en la otra camilla?

- Joven de unos 30 años aproximadamente, falleció en el lugar por heridas de balas

- Llévenlo a la morgue y busquen a sus familiares.

- Le iré a entregar a la recepcionista sus documentos y pertenencias – se retiró el paramédico y el doctor.

Unos minutos después Winn bajaba de su auto y la cara que traía no era la mejor. Seguramente estaba preocupado por su herida abierta y le daría un regaño gigante – pensó Alex.

- Hola Winn – sonrío tímidamente – antes de que comiences con el regaño, déjame decirte que mi herida está bien y ya sé que debo de cuidarme, pero en este caso fue justificable todo.

- Alex, es necesario que hablemos – dijo seriamente

- Pero Winn no es para tanto, ya te dije que está todo bien – el joven la dirigió hacia unas bancas que se encontraban a los extremos de la puerta de la clínica.

- No es sobre tu herida Alex. Tengo malas noticias y es mejor que no te las dé hasta que estés sentada – esto preocupó demasiado a la joven.

- ¿Qué sucede Winn? Me estás poniendo nerviosa – se restregó las manos

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