Éramos felices

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- Alex por favor, no de nuevo – la sujetó Kelly por el brazo – ¿No puedes pedirle a alguien más que vaya por ti?

- Kelly, sabes muy bien que soy la jefa del departamento, no puedo simplemente decidir no ir porque mi novia tiene un mal presentimiento.

- ¿Es que acaso no te importan mis temores?

- No es eso amor, pero tú también debes entender que este es el trabajo que yo decidí para mí. Soy feliz en el FBI, soy feliz ayudando a los demás a obtener justicia.

- Está bien – dijo rendida – solo avísame tan pronto estés de regreso en tu casa, sin importar la hora, por favor.

- Así será cariño. No te preocupes tanto por favor – se acercó a darle un beso y un abrazo.

La relación de Alex y Kelly se podría considerar perfecta si no fuese por estos constantes desacuerdos. La morena no podía lidiar con la idea de que Alex estuviese constantemente exponiéndose debido a su trabajo.

Hace unos años Kelly se había comprometido y era muy feliz, lamentablemente su prometida estuvo en el lugar y hora del atentando más grande que había ocurrido en National City. Desde ese momento la joven psicóloga jamás volvió a ser la misma, el trauma que le causó dicha pérdida es el que ahora hace mella en su relación con la joven del FBI.

- Jefa aquí tiene su café – se acercó Winn, su segundo al mando y amigo.

- Cuéntame qué es lo que ha sucedido – recibió el café y lo probó, realmente lo necesitaba.

- Mujer de unos 23 años, hallamos su cuerpo en el basurero, felizmente antes de moverla notamos que sobresalían unos cables por debajo de su blusa y fue así como descubrimos los explosivos que tenía en su pecho. Ya han sido desactivados y estamos a punto de llevarnos el cuerpo al laboratorio para poder buscar alguna evidencia que nos lleve hasta su asesino.

- No tienen sentido los explosivos si ya se encontraba muerta – se quedo pensando - ¿Recuerdas a qué hora estaban programados para explotar? – el joven observó su reloj.

- Hubiesen explotado hace 5 minutos – se escucharon pasos que provenían del extremo opuesto al lado del callejón en donde ellos se encontraban.

- ¿Acaso alguien se acerca? ¿No han acordonado toda el área? – gritó Alex mientras sacaba su arma, les daba órdenes a los demás de cubrirla y se ponía en posición para disparar.

- ¿Así que encontraron mi pequeño presente? – dijo un hombre misterioso - ¡Qué lástima que la hallaron antes de tiempo! Debía explotar justo cuando tú llegases a la escena del crimen – señaló a la castaña, pero la oscuridad aún protegía su identidad.

- ¿Por qué me quieres muerta? Sal de la oscuridad para que podamos hablar cara a cara – gritó Alex mientras avanzaba lentamente hacia él

- Es cierto, te quiero muerta y lo cumpliré – se oyó un disparo y Alex junto con los demás agentes comenzaron a disparar a la oscuridad

- Agente herido – gritó Winn mientras corría en dirección a su jefa y los demás se encargaban de llamar una ambulancia y verificar el estado del hombre.

- Tranquilo Winn, estoy bien, solo me rozó la bala – se sujetaba el abdomen mientras hacía presión sobre la herida para evitar que el sangrado continuase – Ayúdame a ponerme en pie, necesito saber quién es el tipo.

- ¿Estás segura? – la sujetó con cuidado, estaba realmente preocupado, pero ella asintió con firmeza – Está bien, vamos lentamente y no dejes de hacer presión.

Cuando llegaron hasta el cuerpo del hombre, la sorpresa de Alex fue grande. Matt Harrison yacía muerto en el suelo, con tres disparos en el pecho y en una de sus manos llevaba una cadena.

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