Quédate

En tus sueños

- Entonces hermanita, ¿qué vas a escoger para Lena?

- Será algo muy sencillo. Cuando Lena regrese a "casa", Lillian Luthor le dirá que debe de casarse con el salido de la nada Jack Spheer si desea seguir viviendo en la mansión. Además le reafirmará que no confía en ella como presidente de Luthor Corp y que es mejor que Jack se haga cargo. Será un matrimonio por conveniencia.

- Pensé que dijiste que tu elegida se merecía el mundo, ¿es que acaso has cambiado de opinión? – preguntó un intrigado Hades ante tal orden

- Es de sabios cambiar de opinión, pero este no es el caso. Mira y aprende tío – sonrió egocéntricamente.

Una vez dada la orden, solo quedaba esperar el desenlace, solo quedaba esperar a que Lena volviese a Metrópolis.

- ¡Tía Lena! ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu entrega importante? – al parecer la menor andaba de excelente humor y con mucha azúcar en su cuerpo.

- Veo que alguien anda hiperactiva. ¿Debo culpar a esa gran fuente de helado? – le dio un beso en la cabeza y se acercó a saludar a Sam

- Hola Len, ¿todo bien?

- Claro que sí, ¿por qué no lo estaría? – tomó asiento frente a las dos

- Porque te conozco y detrás de esa felicidad puedo ver que algo no va del todo bien

- No es nada Sam, simplemente no llegaron y realmente me he preocupado porque tampoco han atendido las llamadas – hizo un gesto con la mano para quitarle importancia al tema

- ¿Es mucho el dinero que no terminaron de abonar? – la castaña creyó que la preocupación era de ese tipo

- La verdad es que abonaron todo con la firma del contrato de compra. Es por eso que me preocupo más. Fue una fuerte suma y es muy raro que no hayan ido por sus alianzas.

- Ya aparecerán, descuida Lena. Seguro solo han tenido un contratiempo – le sonrió amablemente buscando animarla. No entendía el motivo, pero sabía que su amiga sentía la necesidad de ver a esa pareja – Entonces, ¿te quedarás unos días más a la espera de que aparezcan?

- Aunque quisiera, no podría. Sabes muy bien que debo hacerme cargo de la empresa – hizo una seña para que el mesero se acercase.

- Buenas tardes señoritas, ¿listas para ordenar? – sonrió y sacó su libreta

- Una lasagna de carne y una copa de su mejor Chianti por favor – ordenó Lena

- Para mí unas costillas de cordero BBQ y una copa de Cabernet Sauvignon – pidió Sam – y un plato de tallarines a la boloñesa con un jugo de naranja por favor – sonrió y entregó su carta.

- A la orden señoritas, en breve les traeré sus platillos – se retiró