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P.O.V  SAMUEL

Me encuentro con Teo en una de sus empresas, este hombre era muy rico, tenía varias empresas y ahora también quería construir otra más grande. No lo conozco bien pero parece bastante calculador, sabe lo que quiere y como llegar a una posición mientras usa su inteligencia de manera correcta.

Entre en su oficina donde se encontraba solo.

-Buenos días, señor. – digo un poco asustado

Jamás hable con el pero por historias de otras personas le tenía miedo, sinceramente.

-Pasa, Samuel. – dice

Siento por la misma mesa, fue una oficina muy grande.

-¿Cómo te fue con Carla anoche? – pregunta curioso

-¿Perdón?

Todo lo que ocurrió anoche pasa por mi cabeza, desde el momento que la vi, todo de lo que hablamos, lo que paso en el coche y el resto...

-Ah, si... bien. – respondo nervioso

Al notar un vaso de agua en la misa, la tomo de inmediato, bebiendo un poco.

-Ella está tardando un poco. – menciona

-¿Ella también asistirá a esta reunión?

-Claro, mi hija es bastante importante para el proyecto aunque ella se niega a todo lo que le digo. Pensé que quizás no va ayudarte mucho con toda la información que necesitas pero al parecer todo salió perfecto.

Me sentí nervioso, no quería volver a verla, su comportamiento genera en mí un sentimiento de querer dar vuelta e irme de vuelta a Estados Unidos.

Después de pocos minutos Carla entro, llevaba una falda muy corte y una camisa que de nuevo me hico notar los pechos grandes que tenia. Estaba sonriera, caminando lentamente mientras siento por la mesa, siento a mi lado y cruzo las piernas en mi dirección.

Yo empiezo ponerme aun más nervoso con su aparición, no dejaba de comportarse como una chica malcriada y alocada, no puedo creer que pueda ser tan caprichosa siendo una mujer de 25 anos.

Me encuentro lamiendo mi labio un poco al mirar sus piernas, no puedo respirar, necesito deshacerme de esta corbata que tengo puesta sobre mi cuello.

-¿Te sientes bien, Samuel? – pregunta Teo

-Si, sí, tengo mucho calor. – miento

Carla sonríe de manera victoriosa al bajar mirada, sabía perfectamente lo que me pasaba.

-Vale, pues ya que Carla te conto todo, dime qué te parece, quiero oír tu opinión.

Asiento con cabeza, no sé qué decir, no puedo dejar de pensar en piernas de Carla, ella pone mano sobre rodillas, lo hace a propósito.

-Es que... yo no tengo mucho que decir. Me parece perfecto, todo está perfecto y este proyecto... va salir perfecto. – digo sin poder creer lo que acaba de decir

Me comporte como si no fuera un profesional.

-¿Qué te parece perfecto? - pregunta Teo desentendido

-Eso... el proyecto, señor. Estoy de acuerdo con todo lo que usted me pida hacer, estoy dispuesto para todo el año trabajando, espero que podríamos ser buenos socios.

Esta vez logro controlarme, ella no va hacerme caer en ese juego de control y pasión, a mi no me puede controlar, yo soy el que tiene control, nadie más que yo.

En cuanto por fin logramos llegar a un acuerdo me despedí de él, Teo me dijo que tenía mucho trabajo que hacer. Yo quería irme a pasar mi tiempo libre en investigar ciudad un poco y ver que hay nuevo, la única cosa que no me caigo bien fue que al entrar en ascensor me encontré con Carla.

Estábamos solos...

P.O.V CARLA

Durante esta pequeña reunión de negocio trate provocar a Samuel, desde lo que ocurrió anoche no puedo dejar de pensar cuanto me sorprendió, voy a seguir con este juego, aunque fuera la última cosa que haría.

Logre demostrar mi hipótesis de que nadie me dice que no, me siento feliz por eso.

Después de terminar reunión me encuentro sola en ascensor, antes de que las puertas se enceraran entra Samuel, le sonrió de manera provocativa.

Al entrar quedamos solos, las puertas se cierran.

Me encuentro detrás de el, aun sonriendo, el está delante de mí, respirando rápido.

Me acerco un poco a él, suspirándole en el oído.

-Me encanta que decidiste aceptar el trabajo.

Noto su piel reaccionando a mi voz, eso me gusta.

-Lo hice porque lo necesito y tampoco tengo mucho trabajo en Nueva York, tu padre parece desesperado así que le hice un gran favor. – responde con voz fría

-Samuel, a ti no se te hace bien jugar el papel de chico frio, anoche me sorprendiste mucho así que deja de actuar y mírame.

Pude notar que Samuel aprieta los dientes pero al fin dio vuelta, enfrentándome.

-Así es mejor.

-¿Qué juegas?

Seguimos bajando con el ascensor pero yo sé que voy a lograr provocarlo tanto para que nos detengamos un poco y hacemos lo mismo que anoche.

-Ya sabes qué tipo de juego me gusta jugar. – suspiro tratando a besarlo

Sin embargo no logro, Samuel da vuelta, siento que mi plan no está resultando tan perfecto como pensé hace treinta minutos.

De un momento a otro veo a Samuel apretando el botón y deteniendo ascensor. Da vuelta, poniendo mano sobre mi cintura y me atrae hacia un lado, me besa de manera muy brusca.

Le quito corbata mientras desabrocho su camisa, el sigue besándome como un salvaje, sabe que me gusta y como. Logro desabrochar pantalones de Samuel librando su miembro mientras rodea piernas sobre su espalda, así le dejo camino libre hacia lo que se encuentra entre mis piernas, el pone su miembro adentro, penetrándome.

-¿Este juego? – pregunta

Esa voz sigue dominante, es como si quiere oír respuesta y si no la oye entonces va penetrarme con más fuerza. No le respondo así provoco que me penetra con más rapidez y fuerza causando que gimió como nunca antes.

Samuel tiene manos apoyados a la altura de mis brazos, este hombre se ha vuelto mas y mas dominante, quiere jugar el juego que el elige, yo le provoco, el cae en provocación pero me hace sentir controlado por él.

-Si. – respondo entre gemíos

Siento mirada muy fría y dura de Samuel, pongo una mano sobre su rostro, acariciándolo de una manera suave, el se detenga un poco, quita camisa y la tira en el suelo, entonces sigue penetrándome.

Ahora mis ambas manos se encuentras en rostro de Samuel, me sentí incomoda, por fin al ponerlas sobre su cuello me siento más tranquila, así se que no voy a caer o algo pero él sigue penetrándome como si estuviera el fin del mundo.

Después de todo esto, Samuel vuelve poner toda la ropa, incluso camisa que tiro. Mis piernas tiemblan, aun no puedo creer que acaba de hacerme tocar el cielo, este hombre sabia como controlarme.

El aprieta botón de ascensor que sigue moviendo mientras ponía corbata sobre camisa, su pelo seguía desordenado pero parece que no lo importaba. Seguimos en silencio, en cuanto las puertas se abren los dos salimos, veo a Samuel saliendo del edificio sin mirarme o decirme nada.

Estaba jugando el juego, mi puto juego... y eso me molestaba.

Mala fama |CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora