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P.O.V  SAMUEL

Me siento un poco desorientado desde que hice ese ''trato'' con Carla, es como si ella tiene la última palabra pero yo no pienso dejarme por vencido tan fácil. Aun con ese trato ella no va poder controlarme como quiere, yo soy bastante controlador, a mí nadie me ordena lo que tengo que hacer o como.

Carla cree tener ese control y yo no hago nada más que seguir haciéndole creer que voy a obtener todos sus deseos aunque no es así, ser dos personas que no tienen nada en común y solamente se acuestan juntos no significa nada, absolutamente nada.

Esa noche pase por casa de Teo, no sabía que Carla se encuentra allí, pensé que estaba en su apartamento. De todos modos pase por su casa porque me invito a una cena y yo no tenía ningún coche.

-Buenas noches. – dije al entrar en casa con una botella de vino

-Samuel, pasa por favor. – me dice Teo

Al entrar notaba a Carla paseándose en el pasillo con una toalla, acaba de salir de ducha.

Por dios.

-Carla, por favor, deja de paseándose así, que tenemos a un invitado.

Sin embargo, mirada de Carla cae sobre mí, me mira con mirada perversa y yo no puedo contenerme, creo que note algunas botas de agua cayendo sobre su cuerpo.

Ella dio vuelta, subiéndose por escaleras sin dejar de mirarme.

-No tendrías porque comprar vino, vamos a salir.

-¿A un restaurante?

-Si, con mi socio.

-Vale.

No me importo donde íbamos cenar, me dio mucho gusto que iba conocer su socio, es bastante importante para mí.

-Es una mujer bastante joven, le gusta mucho tu trabajo, es ella quien me recordó de tu trabajo y por eso te llame. Además, Carla también va ir con nosotros.

-¿Carla?

-Si, estoy tratando hacerla ver que su futuro es mi empresa, no puede huir de su herencia.

Carla de nuevo asiste a una de estas cosas, no sé como dejar de sentirme intranquilo.

-¿Puedo usar el baño?

Necesitaba ordenar mi pelo, entre otras cosas.

-Claro, el de abajo no funciona así que vas a tener que ir arriba. – me informa

-Ahora vuelvo.

Subí por escaleras, entre al baño que se encuentra al lado derecho, abrí las puertas y me encuentro con Carla aun con toalla puesta sobre el cuerpo.

-Hola, guapo.

-Pensé que no hay nadie, necesitaba usar el baño.

-Entra.

Reconozco que es una locura y que solamente una cosa podría suceder con nosotros dos solos en el baño pero no me queda de otra. Entro al baño, me encuentro frente el espejo, ordenando mi pelo con mano, tratando ignorar a Carla que sigue mirándome de esa manera sensual

-Deja de mirarme así. – le digo sin poder mirarla

-Los dos sabemos que no quieres que deja de mirarte. – responde con voz baja

Lo hace a propósito, di vuelta y vi a Carla quitando la toalla, trato no mirarle el cuerpo pero es imposible, se encuentra frente de mí, poniendo manos sobre mi cuello.

-Deja de actuar tan frio conmigo.

-Hemos hecho un trato, eso no significa que vamos a follar todos los días, búscate la vida.

Lo que acaba de decirle la enoja, puedo notarlo.

Pensé que así voy a hacerle alejarse de mí, quitar esas manos y hacerme sentir menos atracción por ella pero no fue así, acaricia mi pelo y besa mi oreja de manera muy erótica.

Gracias a dios logre contenerme y no mostrar ningún tipo de debilidad hacia ella.

Al ver que mi reacción no es lo que precisamente espero se alejo, tomo toalla y la ropa que se encuentra en el suelo.

-Vas a estar rogándome para poder sentir mi piel, Samuel.

-Jamás.

Yo no ruego, es la última cosa que podría hacer.

P.O.V  CARLA

Mi táctica de provocar a Samuel está resultando perfecta y desesperada al mismo tiempo, no se da por vencido. Esta noche va ser interesante, va caer entre mis brazos o mejor dicho entre mis piernas, creo que allí se encontrara al fin de noche.

Se hace el frio, no sé porque, ni siquiera yo sé comportarme de esa manera.

Nos fuimos a cenar con Ana, es una socia pero también una de mis amigas, de hecho no somos tan buenas amigas, mas rivales que amigas, siempre fue así. No fuimos al mismo colegio pero quedamos en contacto, además mi padre recibe mucho dinero de ella.

-Ana, quiero presentarte a Samuel pero tú ya lo sabes muchas cosas sobre él. – dice mi padre

Samuel la saluda de manera amable, ahora si sabe cómo ser cariñoso y amable, conmigo no lo sabe hacer.

Ana le sonríe de manera coqueta.

Ya, pude salir de fiesta y decidí pasar la noche con mi padre, mi amiga y socia que va estar tratando ligarse a Samuel y por supuesto Samuel.

-Mucho gusto. – al fin dice Ana

No puede respirar al sentir Samuel cerca de ella.

Sin embargo, mi padre siento a mi lado y Ana al lado de Samuel, por supuesto.

No me molesto porque Samuel no provoca nada en mí, solamente es bueno en la cama y nada más pero eso también puede llegar al fin pronto, sería la mejor decisión de mi vida.

-Tenía tantas ganas de conocerte, no tienes ni idea. – suspira Ana

Toda la noche paso así, hablamos de negocio y Ana lo estaba comiendo con la mirada, a veces los dos estaban hablando solos. Samuel se encontraba en frente de mí, quería tomar la copa de vino que bebía y echarlo en su cara.

-¿Estas bien, cariño? – pregunta mi padre en voz baja

-Claro. – respondo

-Ana, quiero agradecerte una vez más por hacerme ver que Samuel es el mejor para este trabajo. No sé que hubiera hecho sin él, la verdad. Esto va ser un buen principio de nuestra amistad, quiero hacer grandes cosas en el futuro.

-No tiene nada que agradecerme, ya sabe lo que pienso de Samuel. – responde con dulce voz

Me dan ganas de vomitar, la verdad.

Samuel me estaba ignorando toda la noche, por supuesto... por eso decidí provocarlo de nuevo, logro poner mi pierna cerca de su entrepierna, siento su miembro y empiece rozarlo un poco, de manera lenta.

Samuel me mira, desconcentrado, ya no tiene ni idea de lo que hablan Ana y mi padre, noto que su respiración se volvió más rápida, no puede controlarse.

-¿Verdad, Samuel? – le pregunta Ana

Samuel la mira, no puede respirar, asienta con cabeza.

-Si, estoy de acuerdo contigo.

Me rio, me parece cómico la situación en la que nos encontramos ahora.

-Pareces bastante pálido. – comenta

Sigo rozando su miembro un momento más hasta que siento mano de Samuel deteniéndome, me mira muy enfadado y con otra mirada fría por su parte, siento su toque cálido y suave. Lo que él hace contra dicta todo el comportamiento de el o todo lo que dice y piensa.

Está tocando mi pierna queriendo llegar más arriba pero es imposible, de pronto suelta mi pierna de manera brusca.

Quedamos mirándonos con mucha rabia pero también el deseo.

Fue una cena bastante importante, de hecho...

Mala fama |CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora