Mala fama |CARMUEL|

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P.O.V SAMUEL

Todo lo que le dije a Carla fue por despecho, si ella no piensa aceptar mi propuesta entonces debía seguirle el caso a su padre, con David nada le faltara, hasta su padre será contento.

¿Pero en que estoy pensando?

Le aleje de mi lado por enojo y furia.

No debí hacerlo, la amo con toda mi alma, debíamos luchar contra todo y todos.

A pesar de haberme peleado con Teo la vez anterior y me llamo y me dijo que debía asistir a una reunión, utilizare el momento para decirle que renunciarle el trabajo, no puedo seguir cerca de Carla.

-Pensé que no llegarías – me dijo

Me acerque a él, quería romperle la cara.

-No estoy aquí por ti, tengo algo que comentarte.

-Espero que por fin te diste cuenta de lo que es mejor para mi hija, si de verdad te importa la dejarías en paz.

Parece como si yo soy el tipo malo de la película.

-El dinero no le va hacer feliz, a ustedes tampoco.

-¿Serias capaz de decir lo mismo si no tenias tanto dinero?

-Hay cosas que no se pueden comprar con el dinero y Carla lo sabe.

Justamente en ese momento llegaban David y Carla, bufe frustrado.

¿Ahora van a llegar juntos siempre?

¿Y porque llegan juntos?

¿Paso la noche con él?

-¿Qué tal, Samuel? – dice David

Solamente asentí con cabeza, él y Teo entraron pero Carla y yo quedamos afuera por un momento.

-¿Sigues aquí? – cuestiona con una sonrisa

-No por mucho tiempo.

-Samuel, no tienes porque irte...

-Si, tengo que hacerlo.

-Lo que me dijiste esa noche...

-Me pase un poco pero no importa, de todos modos parece que estas demasiado cerca de David, le vas a hacer muy feliz.

-Nos encontramos afuera, no estaba con él.

Gracias a dios.

-No te preocupes por mí, de todos modos me voy en unos días.

-¿Sigues con esa estúpida idea?

-No tengo porque trabajar aquí, tengo todo el dinero necesario aunque no lo necesito.

-Samuel, me desesperas con este comportamiento.

Y ella me desespera a mí.

-¿Por qué me haces todo esto? – cuestione desesperado

-¿El qué?

-No hagas la tonta, me haces daño, primero me diste la espalda cuando no pude decirte que te amo y ahora cuando te amo más que nada en el mundo lo haces de nuevo.

-No lo hago porque quiero hacerlo, entiéndeme.

-Pero tampoco quieres mi ayuda.

Doy un paso más hacia ella, sin embargo...

-Mi papa está adentro.

Siempre lo está, siempre...

-Da igual – dije