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P.O.V SAMUEL

Te deseo, Samuel.

No puedo dejar de pensar en esas palabras, no entiendo porque lo dijo de repente cuando hicimos el trato de que solamente íbamos follar y nada más. Esto no es ninguna película, no vamos a vivir ese cliché donde nos enamoramos perdidamente mientras tratamos ser ''enemigos con beneficios. ''

No la soporto, eso jamás cambiara.

Desde la última vez que nos vimos se volvió distante y fría, ya no coqueteaba conmigo, no me provocaba, no quería intentarlo, no sé por qué. Si alguien debía ser frio ese soy yo, ella fue quien inicio este juego y yo caí como tonto por ser el tipo más desesperado de planeta. Ahora más que nunca quería volver tocarla y hacerle gemir de todo el placer que voy a hacerla sentir, me estoy volviendo loco.

Cuando me provoca la empujo y cuando no me mira la deseo.

Ese día Ana me invito a tomar café, no tenía nada mejor que hacer, aun no iniciamos el trabajo así que podía descansar unos días más. Acepte su invitación para llegar a conocerla mejor, quizás solamente estoy alucinando cuando pienso en Carla, no puede ser que la deseo, me desespera, no soporto estar de su lado más de veinte segundos.

-Cuéntame más sobre ti y tu vida en Nueva York. – me dice cariñosamente

-No hay mucho que contar, me va muy bien, estoy feliz.

-¿Piensas volver cuando terminas con este trabajo?

Ni yo mismo sabia, quería volver pero tampoco me iría mal aquí.

-Quizás. – respondo

Ana me toma por la mano, se que le gustaba pero no sé si estoy preparado para salir con alguien, sobre todo por llevar este ''trato'' con Carla.

-Me gustas mucho, Samuel. – suspira

-Lo sé, lo ha notado pero...

-¿Tienes novia?

Si le digo que si entonces estuviera mintiendo, necesito darle alguna respuesta para que me deje en paz.

-Si. – la miento

-Perdóname, no lo sabía.

-Tranquila.

Seguimos tomando el café en silencio, ella se siente incómoda y yo como un imbécil, la mentí por mis propios deseos. No podía soportar teniendo una chica corriendo detrás de mí cuando no quería tener nada con ella, no busco relación.

Luego me fui a la empresa de Teo, sabía que Carla iba estar allí. Entre en la oficina donde la veo arreglando unos papeles, de inmediato note sus piernas largas, me estaban provocando, cada parte de su piel me provoca.

Cierro las puertas, ella da vuelta, me mira y sigue con su trabajo, ni siquiera me saluda, no sonríe.

-¿Cuánto tiempo tenemos? – la pregunto

-Depende para que. – responde

Me voy acercando a ella, necesito que vuelva ser Carla de antes, fría y perversa, a Carla que no soporto, no está Carla que parece tan rara que no puedo ni verla.

-Ya sabes. – suspiro al estar en frente de ella

-Mi padre llegara en unos minutos.

-Bien.

Carla da vuelta.

-Entonces no tenemos mucho tiempo, debemos empezar ya. – digo al tomarla por cintura

Carla no se resiste, la beso bruscamente, volviendo sentir sus labios mientras meto mi lengua adentro. Empiezo desabrochar mi camisa, quitándola por completo, esta vez ella me empuja.

Mala fama |CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora