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P.O.V SAMUEL

Pase la noche con Carla en habitación del hotel, fue a la misma vez pasional y maravilloso, cuando se mezclan esas dos cosas todo se convierte en un gran fuego, explosión...

Mi mano se encuentra sobre su cintura, y si quería no podría levantarse de la cama, yo no le dejaba. Se siente bien dormir así, por primera vez me siente bien, no duermo solo, me siento menos solo que nunca. Ella me hace sentir diferente, me hace querer experimentar muchas cosas diferentes, si soy así posesivo es por ella, me vuelve loco con tan solo pensar cuantos hombres la miran cuando cruza la calle. Soy egoísta por quererla solamente para mí, no solamente eso sino también poseerla para siempre, quiero que sea mía, solamente mía.

Dentro de poco tiempo sentí como si quería levantarse, en cuanto logra deshacerse de mi mano le tomo por la cintura hacerla dormir a mi lado de nuevo.

-No me dejas solo... - le suspiro en el oído

Carla sonríe, levanta la mirada, mirándome.

-¿A dónde piensas que me escaparía?

-No se...

Carla empieza ser más cariñosa, acaricia mi pelo, me besa.

Es increíble pero a la vez un poco confuso... es como si yo quería ser cariñoso cuando ella quería más y ahora cuando ella es cariñosa yo busco comportarme de otra manera. ¿Por qué demonios somos tan diferentes e iguales a la vez?

-Quiero ducharme – dice

-No lo hagas... no puedo quedar aquí dormido mientras oigo como algunas votas de agua caen sobre tu cintura, me volvería loco una y otra vez, hasta que...

-¿Hasta qué? – cuestiona seriamente

Ahora su mano se encontraba en mi oreja, mi mira con una mirada seria, esperando respuesta.

-Hasta volver a hacerte mía – dije

Me besa una vez más, sin embargo ni me escucha, pretende levantarse e ir a ducharse, mis manos han sido una vez mas rápidas así que vuelvo tomarla por la cintura haciéndola quedar sentada en mi rodillas dándome espalda, los dos respiramos fuertemente.

-Samuel...

-Ahora que estas aquí no te puedes ir, podrías ducharte más luego o podríamos hacerlo juntos – suspire

Carla se deja llevar por mis caricias, empiezo lamer su cuello y hacerle gemir de placer, con otra mano le hice sentar sobre mi miembro duro a punto de hacerle volver a ver las estrellas como lo hice anoche.

P.O.V CARLA

Me siento feliz sabiendo que Samuel siente lo mismo que yo pero sigue molestándome ese cambio de ánimo, un momento es todo un caballero y el otro ese posesivo hombre que me pone nerviosa con tal solo mirarme.

Besaba mi cuello mientras empiezo penetrarme con mucho cuidado, yo me encontré sentada sobre su polla siguiéndole los movimientos y gritando.

-Samuel...

-Me vuelves loco.

Me sonreí ante esa confesión, le vuelvo loco...

-¿Te gusta así? – cuestiona

Una mano se encuentra sobre mi cuello, agarrándome sensualmente y con la otra tiene agarrada mi cintura, lo hicimos de manera tan pasional y lenta.

-Me encanta... todo de ti me encanta, te amo tanto...

Samuel empieza moverse con pasos más rápidos, no dejaba de lamer y besar mi cuello, me deje llevar por eso, cierre los ojos dejándole seguir en control sobre mi cuerpo.

-¿Cuánto me amas, Carla?

Nos acercamos al orgasmo, no podía ni pensar claramente, vuelvo sentirme como si estuviera en un cielo rodeada de un ángel llamado Samuel, ese sería mi premio... que ridículo tan solo pensarlo.

-Ay... Samuel... - gime

Cuando por llegamos al orgasmo los dos caímos en cama, abrazados, nuestros pechos subían y bajaban de manera rápida, fue increíble.

-¿Carla?

Levante mirada, mirándolo con una sonrisa satisfecha.

-Responde mi pregunta.

Samuel volvía acariciar mi cuello, me besaba, este hombre nunca va cansarse de follarme, al parecer.

-Lo siento pero las palabras son suficiente... - dije al besar sus labios de manera dominante

Samuel suspira profundamente, quedamos en silencio por un momento.

De pronto sentí esa necesidad de decir algo, volví mirarlo...

-Samuel, ¿Por qué eres siempre así? Un día eres cariñoso y el otro así... brusco y posesivo.

Samuel se levanta aun poco, queda apoyado con mano en cama, mirándome, frunce el ceno.

-¿Cómo?

-¿Por qué no puedes ser solamente una persona? Me confundes de un momento a otro...

-Pensé que te gusta como soy, que no quieres cambiar nada.

-No te cambiara por nada pero... tengo miedo.

-¿De qué, preciosa?

-Me gusta más ese Samuel que esta tierno y romántico, no quiero una relación donde todo se reduce a sexo – confiese

Samuel asiente con cabeza, parece un poco dolido, vuelve acostarse, no dice nada, mira en la pared.

-Puedes decir algo, no me dejas así.

Samuel vuelve mirarme, acaricia mi brazo con la mano.

-¿Por qué dices eso, Carla? Lo que tenemos tu y yo es bastante importante para mí, no te olvidas nunca. ¿Lo tienes claro? – cuestiona suavemente

-¿Harías algo por mi?

-Cualquier cosa.

-¿Seguro?

-Iría al fin del mundo si me lo pidieras – responde

¿De verdad lo haría?

-No quiero seguir llevando esta relación en secreto, quiero decirle a mi padre lo que está sucediendo – dije

Pude notar miedo y preocupación en ojos de Samuel, es como si todo este tiempo que llevamos juntos tenía miedo de que podría proponerle una cosa así.

-Si quieres echarte para atrás ahora es el momento, Samuel.

El me mira incrédulo, queda callado por mucho tiempo.

-Seria loco si te dejara sola en esto... te amo, ¿Cómo es posible que no lo entiendes?

-Lo entiendo pero...

-¿Pero que, Carla? Joder... yo puedo cambiar, yo puedo ser todo lo que tú quieras, no me importa ir en contra de tu padre, yo no le tengo miedo.

Me besa, me hace volver acostarme a su lado, quedamos abrazados, eso me da mucha tranquilidad y seguridad que todo va salir bien. Eso espero, al menos... quiero que mi padre se olvida de esa estúpida idea de que me case con David o que sea su novia... son puras estupideces.

Jamás voy a poder querer alguien como quiero a Samuel, esas cosas pasan una vez a la vida, ahora estoy segura de eso.

Mala fama |CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora