El tiempo de la canción ha venido

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Me sentía cansada, había llorado hasta quedarme completamente dormida en la cómoda y enorme cama que me sirvió de consuelo luego del encuentro con Terry. Mi cuerpo se acomodó tan fácil a aquel colchón que por primera vez lamenté el poco tiempo de disfrutaría en este lugar.

El sonido del celular personal me había despertado, es increíble cómo pasa el tiempo cuando estas cansada. Miro la pantalla del teléfono y cómo me imaginé una lluvia de mensajes de mi madre, familia y amigas.

Respondo primero los de mamá, sé que esta preocupada, y que aunque mi padre no lo quiera decir, él también lo está. La noticia de mi matrimonio no fue algo que le gustara mucho a papá, pero mamá siempre sabe tranquilizarlo.

El mensaje de Anthony es tan bobo como lo es él. Me pregunta si ya asusté a la reina como mi cara araña albina... Odio los sobre nombres. Bueno no todos... Le respondo con un la carita de la lengua.

Entro al WhatsApp... ¡Oh no! Rossy ha creado uno nuevo junto a Annie, Paty y Melissa, esto no pinta bien para mí. Leo los mensajes que se han intercambiado las chicas desde que las dejé, nos puedo creer todo lo que hablan.

Sonrió ante sus comentarios, pero no voy a responderles, si le hablo ahora no me dejaran en paz por mucho rato.

Camina descalza por la habitación, la alfombra es bien suave, parece que caminara en las nubes y me recuerdo que hace unas horas estuve en el cielo... No, Candy White debes olvidar lo que pasó, ay pero como si es lo único que tengo en mi mente.

Mi vista recorre la habitación. Es enorme, la verdad es que no me había fijado cuando entré en la belleza de la misma.

Estaba tan, pero tan molesta con la actitud de Terry que no me había percatado de la majestuosidad y belleza de la habitación en que me habían colocado. Me detuve en medio de la habitación y miré cómo el techo era extremadamente alto con dibujos de narcisos dorados todo al rededor del mismo, las blancas paredes estaban decoradas igualmente. Los muebles y decoración de la cama eran también en blanco con los mismos detalles.

¡Eran narcisos! Y recuerdos de aquellos en nuestra colina llegan a mí.

Una sensación de añoranza llega a mi.

Miró nuevamente arriba y mis ojos se postraron en el hermoso candelabro de cristal sobre mi cabeza.

Camino hacia el ventanal frente a mi compuesto por tres enormes ventanas con cortinas rosa pálido y dos muebles al estilo antiguo que me trae recuerdos de la casa de muñecas que mi padre me regaló y que tanto cuidé, hasta que el odioso de mi hermano la destruyó.

Me acercó al ventanal y desde lejos pudo ver cómo Terrence hablando por teléfono se dirige a aquel elegante auto. Se va. Está tan diferente, es que no hay palabras para describir lo que sentí al verlo.

Toco mis labios mientras recuerdo lo que había sucedido, él me había besado y me había llevado a la gloria, para luego dejarme caer. Ese tonto, engreído y orgulloso pensó me tendría comiendo de su mano con unos tontos besos.

Tontos besos...

Cierro las cortinas y caminó a las tres puertas que están al fondo. Llego hasta la primera la abro y me sorprendo al encontrar en ella un closet lleno de prendas de mujer; podría jurar que mi habitación era más pequeña de este lugar.

Reviso cada pieza y para mí asombro todas me sirven. Es como si se hubiesen elegido para mí. Un sentimiento de asombro y miedo se postran en mi pecho. ¿Qué tanto sabían esta gente de mí?

Salgo y abro la segunda puerta y me da paso al cuarto que deseaba desde hace rato encontrar: ¡Bingo!

El baño. Realmente lo necesito.

Miro la enorme tina en el medio del mismo. Blanca y tentadora... Si no puedo evitar, me apasionan los baños en tina ya que son los únicos que me relajan.

El secreto del DuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora