No sé en que momento decidí quedarme dormida pero me despertó un azafato al llegar a París.
-Bienvenue à Paris.-Dijo él regalándome una sonrisa.
-Gracias...-Dije mientras me levantaba y salía del avión, sabía hablar francés pero no tenía ganas de hacerlo en ese preciso momento.
No tenía equipaje que recoger así que salí del aeropuerto en menos tiempo del que esperaba.
Mi mente empezó a preguntarse "¿Y ahora qué?"
Pareciera que mi más deseado sueño se haya convertido en mi más temida pesadilla.
Estoy en París, sigo sin creermelo... Pero estoy sola, sin saber que hacer ni a donde ir.
En realidad si tenía a donde ir... El hotel que habíamos reservado para la luna de miel. Tomé mi celular y busqué la dirección, quedaba bastante lejos... Lo bueno es que podría tomar un taxi hasta allí.En media hora ya me encontraba tomando las llaves de mi habitación en recepción.
-¿Su marido vendrá más tarde?-Cuestionó con dificultad en español.
Me cago en todo, señor, no me recuerde a mi marido.
-No, él no vendrá.-Dije mientras le daba un leve asentimiento en modo de despedida.
No había llegado a las escaleras cuando el chico estaba nuevamente a mi lado. A esto le llamo yo un recepcionista rápido.
-Mademoiselle, entonces déjeme invitarla a la fiesta que organiza el hotel por la noche...-Sonrió con timidez-. Le prometo que se lo pasará bien.
¿Cómo le explico que no tengo ganas de fiesta?
-Las fiestas no son lo mío...
-S'il vous plaît, pensez-y.- (Por favor solo piénsalo).
Sonreí de lado y asentí en su dirección, noté como suspiraba aliviado mientras yo me disponía a subir las escaleras.
La habitación era realmente bonita... Típica de una luna de miel, supongo.
Ya estaba anocheciendo, no tenía ganas de ir a la dichosa fiesta pero no tenía nada mejor que hacer. Me asomé por el balcón y suspiré embobada contemplando el paisaje.
La Torre Eiffel brillaba a la distancia, las personas aprovechaban para hacerse fotos con sus parejas, sería un espectáculo visual muy agradable para cualquiera.
La música empezó a sonar alto y bajé la mirada al patio del hotel, estaba bastante lleno de gente.
-A la mierda, voy a ir.-Me decidí mientras caminaba hacia la puerta.
Bajé las escaleras con prisa y salí al exterior. La idea era despejarme un poco la mente en la supuesta ciudad del amor pero por ahora no lo estoy consiguiendo.
Caminé entre las personas admirando alrededor, me sentía en una de esas películas de Antena 3.
-Pardon!- (¡Lo siento!) Gritó una voz masculina a mis espaldas, no tuve tiempo de reaccionar ya que caí al suelo con ese individuo sobre mi.
-¡Mierda!-Chillé al sentir el impacto de mi cuerpo.
El chico se levantó rápidamente, era un adolescente, me miró burlón y corrió en otra dirección.
Yo por mi parte todavía no me había levantado, soy ridícula.
-Je m'excuses du comportement de mon frère...—Dijo otra voz masculina, alcé la mirada y vi como me extendía la mano.
Sin pensarlo dos veces la tomé y me ayudó a levantarme.
Se miraba realmente avergonzado por lo que había pasado aunque sonría de forma encantadora. Su tez era pálida, sus ojos estaban llenos de expresión, su labio inferior era carnoso.
Creo que me quedé por más tiempo de lo esperado mirando sus labios ya que él lo notó y se los mojó con la lengua.
Alcé la mirada a sus ojos nuevamente y sonreí apenada.
-Je m'appelle Christopher, Christopher Vélez.-Dijo sonriendo, todavía sostenía mi mano así que la acercó a sus labios y dejó un beso en esta.
-No tienes que hablarme francés, se nota que no es tu lengua natal.-Murmuré divertida.
-Pero suena sexy, ¿o me lo vas a negar?-Comentó divertido mientras alzaba una ceja.
Sentí mis mejillas ruborizarse, ¿este hombre era así de coqueto siempre?
Su mirada empezaba a ponerme nerviosa, lo admito, mordí mi labio en un acto inconsciente.
-¿Me regalas tu nombre, ma belle?-Susurró, su dedo pulgar acarició mi labio inferior para liberarlo de mis dientes.
¿Es normal que eso me haya parecido tan excitante?
Por favor, Jewel, controla tus hormonas.
-Soy Jewel...-Ladeé mi cabeza pensando en darle mi apellido, finalmente arrugué mi nariz y descarté esa idea de mi mente.
-Ravi de vous rencontrer, Jewel.-Dijo él mientras me guiñaba un ojo.
Ese simple acto mandó un escalofrío por mi columna.
Christopher, ya tengo mi vida patas arriba no necesito que la alteres más...
-¿Podrías dejar el francés a un lado?-Dije haciendo un puchero, se veía demasiado sexy con ese acento fingido y eso no le ayudaba a mis hormonas.
-¿Te pongo nerviosa hablando francés?-Se burló mientras alzaba sus cejas.
-¿Qué cambiaría si digo "si" o si digo "no"?-Cuestioné desviando la mirada de él.
-Si me dices que si tendré que hablarlo más seguido, mon amour.
Sacudí mi cabeza tratando de alejar todo tipo de pensamientos eróticos con este chico que apenas conocía.
Jewel, concéntrate.
-Me tomaré tu silencio como un si.-Sonrió triunfante y, por primera vez en la noche, despegó su mirada de mi-. Tengo que llevar a mi hermano a casa, espero verte nuevamente, belleza.
Sentí una punzada de desilusión en el estómago, las posibilidades de volver a verlo eran nulas y más si tenemos en cuenta que París es un lugar muy visitado.
-No me pongas esa carita.-Dijo mientras hacía un mohín, se veía adorable.
Espera, ¿cual carita?
Segura esta de gilipollas que me cargo.
-Perdón.-Murmuré bajito, él acarició mi mejilla y me extendió su celular.
-Anota tu número, belle, no quiero quedarme con las ganas de volverte a ver.
Apunté mi número y le devolví el celular, él me guiñó un ojo y desapareció entre la multitud en busca de su hermano.
Sentí un cosquilleo en el vientre al verlo irse, si esto son las famosas "mariposas en el estómago" se siente demasiado bien, si se llama "rápida y falsa ilusión" también se siente jodidamente bien.
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París||C.V
Romance¿Es posible llegar a odiar algo que has amado tanto? Desde pequeña he soñado con viajar a París, también conocida como la ciudad del amor... Pasear por los Jardines del Trocadero, comer macaroons en Ladurée, disfrutar del atardecer desde Pont des A...