Capítulo 3

983 105 100
                                    

Habían pasado exactamente tres días desde que llegué a París, tres días desde que conocí a Christopher... Y tres días de no haber hecho totalmente nada.

Soy estúpida.

Estoy en la ciudad que siempre he soñado estar y, sin embargo, me la paso encerrada sin poder disfrutarla.
Eso se iba a acabar, iba a disfrutar de París el tiempo que me quedaba allí.

Estoy empezando a pensar que tengo complejo de Cenicienta porque únicamente salgo por las noches.

El ligero viento golpeaba mi rostro en cada paso que daba pero era la menor de mis preocupaciones. Caminé sin saber a donde, solamente para admirar la belleza de París y para pasar el tiempo.

—  Ce n'est pas froid pour marcher  en cet moment, mademoiselle?— (¿No hace frío para estar paseando a estas horas, señorita?) Cuestionó una voz en mi dirección, creo haber escuchado esa voz antes...

Rápidamente empecé a buscar al dueño de la voz, primero volteando, luego mirando hacia los lados y por último mirando hacia el frente.

—Uhm, no... Ahí no, por allí tampoco...—Dijo con la voz burlona—. Regarde par ici, ma belle.

(Mira aquí arriba, preciosa)

Miré en esa dirección y me encontré al chico de hace tres noches, Christopher.

—Oh, así que eres tú...

—Si, soy yo.—Soltó una risita antes de levantarse, el pánico se adueñó de mi cuerpo.

—¡Cuidado, vas a caerte!—Grité llevando mis manos a mi boca.

Él me miró y me sonrió de forma tranquilizadora.

—Por supuesto que no lo haré, estuve aquí miles de veces.—De un salto se bajó de allí, jadeé sorprendida ante su acción—. ¿Ves? Todavía sigo vivo.

Tomó mi mano y me ayudó a subir a donde anteriormente estaba sentado.

—Desde aquí hay las mejores vistas de París, en mi opinión.—Susurró él mientras sus manos se aferraban a mi cintura para sostenerme.

—Comparto tu opinión.—Dije impresionada.

Christopher estaba en lo cierto, desde esta posición al estilo Jack y Rose en Titanic, se podían apreciar verdaderas bellezas de paisajes en París.

Descansó su mentón en mi hombro y apartó mi cabello hacia un lado, depositó un pequeño beso en mi cuello haciéndome estremecer.

Mi fría piel se erizó al sentir el tacto suave y cálido de sus labios. Lo sentí y sé que también lo sintió porque percibí una sonrisa de su parte.

Unos gritos rompieron la atmósfera tan hermosa que habíamos creado a nuestro alrededor.

Había un pequeño grupo de gente haciendo un semicírculo en la calle, mirando y señalando hacia nosotros.

Ne saute pas! ça ne vaut pas la peine!— (¡No saltéis! ¡No vale la pena!)

Christopher mordió su labio inferior para evitar reír pero fue en vano, explotó en carcajadas mientras me hacía voltear para mirarlo.

—Se creen que nos vamos a suicidar.—Dije negando con la cabeza.

—¡Si! ¡Qué fuerte!—Dijo entre risas, está bien que al menos uno de los dos encuentre divertida la situación.

Él se bajó como había hecho anteriormente y después me ayudó a mi a hacerlo.

París||C.VDonde viven las historias. Descúbrelo ahora