No tenía muy claro como tomarme sus palabras así que me limité a asentir en silencio.
Nadie dice nada hasta llegar a su departamento, tras cruzar la puerta es él quien habla.
—¿Tendrás problema si te dejo sola?
—¿Te vas a ir...? — cuestiono con un dije de decepción en la voz.
—¿Quieres que me quede?
—Si. —admito, una sonrisa aparece por su rostro a la vez que asiente.
—Solo tenías que decirlo, ma belle. — cierra la puerta detrás de su cuerpo y acerca a mi—. ¿Qué era eso que tenías que decirme? Recuerdo que Nathan me lo dejó claro que era muy importante.
—Oh, eso... — suspiro, me siento en el borde de la cama y lo miro—. Mañana sale mi vuelo...
—¿Mañana? — alza sus cejas sorprendido—. Es muy temprano... Yo no podré ir hasta pasados unos meses, cuando tengas el juicio.
—Lo sé. — digo con la voz apagada, alejarme de él es lo que menos deseo en ese momento.
—No pongas esa carita, hermosa. — se pone de cuclillas frente a mi y toma mi barbilla con sus dedos—. Nuestra historia todavía no termina.
—¿Tenemos una historia?
—Estoy casi seguro de que la tenemos. — suelta una risita,
—¿Y que se supone que la escribe?
—No lo sé. — se sincera—. Pero sin importar eso, déjame decirte que será la mejor de todas.
—Permíteme dudarlo. — murmuró divertida.
Entonces sus labios se juntan los míos, se sienten secos sobre mi boca así que aprovecho a pasar mi lengua por ellos y remojarlos. El gesto parece agradarle ya que se sienta en la cama sin despegar nuestros labios y me acomoda sobre él.
—Quiero hacerte el amor pero no quiero lastimarte. — susurra, no le tomo mucha importancia a sus palabras ya que me deshago de su camiseta con rapidez.
—Si tú no me haces el amor, te lo haré yo a ti. — susurró deshaciéndome de mi camiseta y llevando mis manos a mi espalda para desabrochar mi sostén.
—Ma belle... — gruñe en advertencia—. Por una vez en la vida hazme caso.
—Cállate y bésame.
Su mirada baja a mis labios y no duda en besarme apasionadamente, su lengua combate con la mía para poder explorar mi cavidad bucal, dejó que gane la batalla y aprovecho para pasar mis manos por su abdomen.
Se me dificulta poder bajar su pantalón, él lo nota y me ayuda con esa tarea, seguido nos deshacemos del mío y quedamos en ropa interior.
—¿Ya te dije que eres hermosa? — susurra acariciando mi cintura, sus dedos se cuelan entre la tela de mis bragas y las bajan con lentitud—. Mírate... Tan mojada para mi.
Sus dedos índice y corazón acarician mi vulva con tranquilidad, se mueven alrededor de mí clítoris para estimularlo.
—Te quiero dentro de mi. — jadeo moviéndome contra sus dedos, los retira de allí y los lleva a su boca, chupando sensualmente estes. Tomo la iniciativa para bajarle el bóxer y tenerlo completito para mi.
—Y yo necesito estar dentro de ti ahora mismo. — gime al sentir el roce de nuestros sexos, sus manos bajan a mis nalgas y hace que me eleve un poco, lo suficiente para hundirse en mi cuando mis caderas bajan —. Muévete tú, amor, toma lo que necesites para complacerte.
Y lo hago, comienzo un lento vaivén con mis caderas de delante hacia atrás, sus manos aprietan mis nalgas y me dan pequeños azotes. Sus labios se pegan en mi cuello y succiona mi piel para dejar una marca.
Una de sus manos se cuela entre mis piernas, acaricia mi clítoris con la yema de sus dedos, haciendo que desee más de él.
—Chris... — gimoteo moviéndome más rápido sobre él, encuentro mi punto en uno de los movimientos así que lo repito una y otra vez, parece notarlo porque sus dedos presionan mi clítoris con más presión y muerde mi cuello con suavidad.
—Ma belle... — gime sobre mi piel, siento que es el sonido más erótico que jamás podré escuchar en la vida.
Mis uñas se clavan en la piel de sus hombros, echo mi cabeza hacia atrás al sentir como el orgasmo golpeaba mi cuerpo con intensidad.
Christopher también se dejó ir, soltando un suspiro a la vez que se corría dentro de mi.
—No puede ser que hayamos hecho esto. — dice haciendo un puchero.
—Pues fíjate que si lo hicimos. — murmuro con diversión, me levanto y veo como su semen corre por la cara interna de mis muslos.
—Vamos a darnos un baño, mon amour. — susurra cuando su mirada se clava en mis piernas y ve la misma imagen que yo.
Se levanta, toma mi mano y caminamos hacia el baño. Tarda apenas unos minutos en buscar la temperatura perfecta del agua y comienza a llenar la bañera, una vez llena mete una bomba de baño que no tarda en diluirse y formar burbujas en toda la bañera.
—Ven acá. — se adentra en la bañera, apoya su espalda contra el respaldo de esta, me extiende su mano y me ayuda a adentrarme con él, apoyo mi espalda en su pecho y disfruto la sensación recorrer todo mi cuerpo.
—No sabía que necesitaba tanto esto.— declaro, sus brazos rodean mi cintura y apoya su barbilla en mi hombro.
—Se siente lindo, ¿verdad?
Sus dientes atrapan el lóbulo de mi oreja y succiona este con lentitud.
—Chris... — advierto cerrando los ojos.
—Me estoy portando bien... — murmura en voz baja, sus labios se apartan de esa zona y se posan en mi nuca, donde deja un sinfín de besos húmedos.
Sin poder evitarlo me remuevo contra él, siento como sonríe contra mi piel y ahí es cuando me doy cuenta de que lo está haciendo apropósito.
✨✨✨
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París||C.V
Romance¿Es posible llegar a odiar algo que has amado tanto? Desde pequeña he soñado con viajar a París, también conocida como la ciudad del amor... Pasear por los Jardines del Trocadero, comer macaroons en Ladurée, disfrutar del atardecer desde Pont des A...