París||C.V

Capítulo 6

La noche se me había hecho demasiado corta para mi gusto. No había un motivo en especial para sentirme tan cansada pero simplemente lo estaba.

Por la mañana no estaba de ánimos. Tras tomar una ducha y vestirme, bajé a desayunar.

—Bonjour, madame.— saludó la camarera, la chica resultaba demasiado familiar para mi vista... ¡Era la que interrumpió el momento de la piscina!

Un momento, ¿madame?

Bueno, en teoría ya soy "señora" porque estoy casada...

Pedí mi desayuno y ella se apresuró en ir a por él. Yo me quedé sentada mirando por el gran ventanal mientras mi mente divagaba.

—Bon appetit.— dijo con una sonrisa en su rostro, sin embargo no se fue a atender a otros clientes, tomó asiento frente a mi.

—Gracias.— murmuré bajito, ella me miraba llena de curiosidad.

—¿Qué te traes con Chris, Jewel?— cuestionó enarcando una ceja en mi dirección.

—¿Disculpa?— involuntariamente una risita se escapó de mi garganta.

—Disculpada.— respondió con un tono burlón en su voz—. Soy amiga Christopher.

—Yo soy Jewel Landers, encantada de conocerte.— sonreí de lado.

—Oh, sé que no es cierto.— rió negando con la cabeza—. Ya me comentaron que por mi culpa tuvieron que parar algo, no era mi intención interrumpir.

¿Qué?

Ay, no... Que vergüenza.

—No íbamos a hacer nada...

— Imagínate que hubiera llegado diez minutos más tarde, ¡ja!— negó rápidamente con la cabeza—. Los encontraría en una situación un tanto sexual.

¿¡Sexual!?

No, no, no...

—Definitivamente no...— aclaré mi garganta para volver a mirarla—. No lo haría en una piscina...

—Oh, tranquila... Nadie les llamaría la atención porque todos aquí dependen del señor Vélez.

—De todos modos, no pasaría nada de eso...

—Eso ya lo veremos dentro de unos días.

Sigue soñando, crack.

—Me has resultado agradable.— comenta mientras se levanta —. Pero tengo que volver a mi trabajo.

—Lo mismo digo...

Y caigo en la cuenta de que no tengo ni idea de como se llama.

—Jade, mi nombre es Jade Bessette.— me guiñó un ojo—. Cuando termine mi turno iré a tu habitación para ayudarte a ponerte linda para tu cita.

Oh, mierda. La cita.

—Está bien, gracias...

Después de desayunar subí a la habitación y dejé la ropa sobre mi cama. No es como si hubiera comprado mucha así que me tendría que conformar.
Jade no tardó en venir y ayudarme, insistió en aplicar maquillaje a mi rostro y alisar mi cabello.

—¿Sabes que haremos un picnic, verdad?— pregunté mientras la miraba.

—París también es la ciudad de la moda, recuerda.— puso los ojos en blanco.

La puerta de la habitación suena con un ligero golpeteo.

—Ya me darás mañana los detalles.— dijo de forma divertida.