La sangre se me heló al escuchar su voz, cerré los ojos con fuerza y me obligué a caminar dentro de la habitación para hacerle frente.
Su mirada se posó en mi, sonrió cínico de inmediato y dio un paso al frente. Christopher también lo hizo, impidiéndole pasar.
—Apártate del medio, gilipollas. — dijo Rusell con dureza, solté un pequeño jadeo y bajé la mirada. Chris tomó mi mano y me situó a su lado.
—Tú no eres nadie para decirme qué hacer. — respondió Chris.
Ambos se fulminaron con la mirada, conteniendo las ganas de matarse entre ellos.
—No lo vuelvo a repetir, ¿quién cojones eres? — preguntó Christopher.
—Rusell Clark, soy el marido de Jewel.—sonrió mirándome—. ¿Y tú quién se supone que eres, muñeco?
—Si tú eres el esposo, eso me convierte a mi en el amante.— dijo, su voz se notaba más apagada de lo habitual, estaba dolido—. Christopher Vélez.
—No pintas nada aquí, Vélez. — espetó con dureza, lo empujó por los hombros y agarró de mi muñeca con fuerza para acercarme a él.
—Súeltame. — exigí mientras forcejeaba contra él.
—No la toques. — gruñó Chris, apartándolo de mi y situándome detrás de su cuerpo.
—¿No oíste que es mi mujer? — lo enfrentó.
—Que sea tu mujer no te da derecho a tocarla, ella dijo muy claro que la soltarlas y a ti te importó una mierda. — con su dedo índice señaló al exterior—. Lárgate en este mismo momento.
—¿Me estás amenazando? — contraatacó.
—Tómatelo cómo quieras.
Su mira se posa en mi y frunce el entrecejo.
—No se va a quedar así, Jewel.
—Vete antes de que te parta la cara. — escupió Christopher con rabia.
Este se volteó y caminó por el largo pasillo, desapareciendo al final de este para tomar el ascensor.
—¿Estás bien? — preguntó tomando mi mano, acercó esta a sus labios y dejó un camino de besos por mi muñeca.
—Si...— logro susurrar—. ¿Estás enojado?
Él no responde, se queda mirándome fijamente sin articular palabra. Suelta mi mano y niega con la cabeza.
—Estoy confuso, Jewel... No me dijiste que estabas casada. — suelta un suspiro—. No sé cómo tomarme esto, lo siento.
Y sin poder evitarlo rompí a llorar, no quería perder al único hombre que me importaba de verdad y menos si era por haberle ocultado la verdad.
—Perdón. — dije entre sollozos.
—Non, mon amor. — susurró, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuerpo—. Perdóname tú a mi... Tenemos mucho de que hablar pero esperaré a que te calmes.
A pasos lentos caminamos hacia la cama, me deja acomodarme primero y después se acomoda él.
—Por favor, quítate ese asqueroso anillo. — dijo, sin embargo, fue él quien tomó mi mano y lo sacó de mi dedo—. Mucho mejor.
Que irónico, hace tan solo unos días fue él quien me lo puso...
Sin decir nada me volvió a abrazar, su mejilla se apoyó en mi cabeza y suspiró pesadamente. Se notaba que quería decir tantas cosas y no se atrevía...
Me sentí mal.
Rota.
Culpable.
Él no estaría así si yo le dejara las cosas claras desde un inicio. Me odio a mí misma por haber permitido esto.
Alcé la mirada y de inmediato su vista cayó en mi, acarició mi cabello y depositó un beso en mi frente.
—¿Mejor?
—Si, estoy más calmada...
Sonrió, al menos sus labios formaron una sonrisa, pero no llegó a sus ojos. No era una sonrisa verdadera, él únicamente estaba fingiendo.
—Yo si estaba enamorándome de ti. — confesó apenado.
—Chris, yo...
—No digas nada, Jewel.— murmuró bajito —. Será peor para ti y para mí también, aunque no lo creas... Esto me está afectando demasiado.
—A mi también. — confesé. Todo la realidad me estaba golpeando demasiado fuerte y no sabía como enfrentarme a ella.
—Déjame que lo dude.
—¿Disculpa? — cuestioné con la voz ahogada, su falta de confianza ardía bajo mi pecho.
—Si piensas que después de lo que ha pasado todo seguirá siendo igual, estás equivocada.
—Pero...
—¡No! Cállate y escúchame. — se separó de forma brusca y se levantó de la cama—. Estás casada y nunca me lo dijiste, tu esposo hoy ha venido por ti y yo fui el jodido impedimento, ¿entiendes?
Nuevamente volví a llorar, quería explicarle todo lo que se pasaba por mi mente, toda la realidad del asunto pero no me lo permitió.
—Llegué a pensar que tú sentías algo por mi. — rió sarcástico—. Que iluso soy...
—No, Chris...
—¡Qué me dejes hablar! — gritó, haciéndome sobresaltar—. Necesito aclarar mi mente, Jewel... Tengo que pensar muchas cosas...
—¿Me vas a alejar de ti?
—Si, es lo mejor para ambos.
—No lo es...
—No quería que esto pasara pero tal y como están las cosas... — caminó hacia la salida y me volteó a ver—. Adiós, Jewel.
—Christopher... — pronuncié su nombre con lentitud —. Todo lo vivido fue real, en ningún momento fingí contigo.
—Lo sé. — dijo en un susurro apenas audible—. Te creo pero eso no cambia nada.
Salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él.
Me derrumbé, su ausencia dolía y podía doler más todavía. Él no quería saber nada de mí.
Lo que alguna vez tuvimos se había terminado.
Adiós Chris.
Adiós París.
Ya no hacía nada aquí, ¿no? Mi supuesta luna de miel terminó siendo un fracaso... Y más ahora sabiendo que mi marido se encontraba allí.
✨✨✨
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París||C.V
Romance¿Es posible llegar a odiar algo que has amado tanto? Desde pequeña he soñado con viajar a París, también conocida como la ciudad del amor... Pasear por los Jardines del Trocadero, comer macaroons en Ladurée, disfrutar del atardecer desde Pont des A...