La Duquesa [S.M]

11.

Emma Dwan.

Shawn me acariciaba la espalda mientras bailábamos.

-¿Te he dicho lo magnifica que te ves?- susurra en mi oreja.

-Me lo has dicho desde que pise por primera vez este castillo- el me sonríe y yo me sonrojo.

-Una mujer como tu merece mucho más- apoyo mi cabeza en su hombro.

-Shawn yo no soy perfecta- le susurré y el sonríe.

-Lo sé- lo miro curioso- Pero tus imperfecciones te hacen ser tu y dejame decirte que yo te amo- me sonrojo y nos miramos- Tengo unas ganas de besarte...- susurra mordiéndose el labio.

-Bésame- miro sus labios y el suspira.

-Nuestros padres están aquí y dejame decirte que ellos encuentran horroroso una acaricia en los labios en público- gruño y el se ríe.

-Como si ellos no lo hicieran- nos reímos y el me pega más a su cuerpo.

-Los adultos ya mayores son unos hipócritas- asiento- Una vez se me salió la palabra sexo y me castigaron- me río- No se como me hicieron a mi- nos miramos con una sonrisa.

-Yo creo que tu eres adoptado- el me mira mal- Ya que eres casi un Dios- se ríe y besa mi mano.

-Me sonrojas- nos reímos.

Bailamos hasta que ya me dolían los pies.

Tengo que admitir que se me hace extraño que Shawn ame los tacones, son súper incómodos pero cada quien con sus gustos.

-Shawn- el me mira mientras que Liam me mira- Me puedes acompañar a buscar algo- asiente y Liam se ríe.

Mi pareja lo ve extrañado pero yo tomo su mano para guiarlo a mis aposentos. El acariciaba mi mano y me ayudaba con el vestido.

-¿Qué venías a bus...?- lo interrumpo con un beso y el me sujeta de la cintura.

Mis abrazos van a su cuello y el me seguía el beso de una manera única, acaricia mi cintura y de a poco el me lleva a la cama.

Cuando me acuesto el se sube de a poco encima mío y yo lo abrazo más a mi cuerpo pequeño comparado con el suyo.

Su mano va hacía mi pierna que está destapada y le hace cariño mientras que nos besamos de una manera tan pasional.

Su lengua y la mía hacían una danza, sus mordidas en mi labio hacian que desearía más que un beso. Sus besos bajaron a mi cuello y yo suspiraba cada vez que pasaba su lengua de una manera tan tentadora.

-Eres una pequeña diablilla- asiento y el se muerde el labio.

-Nesecitaba un beso tuyo- le susurré y el se muerde el labio.

-Tuviste más que un beso- le sonrío.

-Lo sé- le doy un beso cortó- Vamos a la fiesta o si no van a darse cuenta de que no estamos- el se levanta y me ayuda a levantarme.