La Duquesa [S.M]

21.

Emma Mendes.

Ahora todos estaban en nuestro castillo celebrando que ya somos reyes.

La verdad es que no me siento cómoda estando con el ex amante de mi madre, su asesina y su esposo. Solo quiero que se marchen para poder irme a dormir.

Shawn tenía una sonrisa en la cara mientras que yo solo me tomaba la copa de vino en silencio. Siempre pensé que ibas estar más feliz este día pero la verdad es que no me genera nada, solo necesito descansar, desconectarme del pasado de mi madre.

Shawn me mira un poco preocupado y toma mi mano para llevársela a su boca dejando un pequeño beso en mis nudillos. Sonrío y él me devuelve la sonrisa.

—Necesito mostrarte algo— me lleva hacia la oficina de su padre que ahora es suya.

Entramos y sonrío al verla distinta que la última vez. No tiene ningún estilo a Manuel, está oficina grita que es de Shawn ya que esta decorada a su gusto, hay fotos nuestras y un piano.

—Sientate en mi silla— me siento y él me sonríe mientras me mira— Te veo muy tensa amor— él suspira.

—No me siento muy bien— hace una mueca y se acerca a mí.

—Yo sé como puedo hacerte sentir mejor— lo miro con una sonrisa y me besa.

Los besos de Shawn son adictivos. Una vez que los pruebas ya no los puedes dejar, la verdad es que me encanta sus labios y no tengo ninguna intensión de dejarlos.

—Shawn...— se me sale un jadeo y me sonríe.

—Todo rey debe de arrodillarse ante su reina— se arrodilla y abre mis piernas con delicadeza— Un buen marido debe de venerar a su esposa— besa mi pierna— Yo tengo muchas maneras de venerarte, pero la que más me gusta es la que te hace gritar mi nombre y la que te hace verte satisfecha, donde tu cuerpo solo siente satisfacción por el mío— suspiro al sentir sus manos tocando mi ropa interior.

—Shawn— me mira atento— Nos pueden ver— se ríe y acaricia mi punto débil sobre la tela.

Suspiro para después morderme el labio.

—Si nos llegan a ver se van a sentir afortunados de verte en tu máximo placer— sus manos bajan mis pantis y se mete el trozo de tela al bolsillo.

Se mete debajo del vestido y pone mis piernas en sus hombros, da besos húmedos en mis muslos interiores hasta que siento su lengua en mi clítoris. Me afirmo del escritorio mientras que Shawn me chupa cómo si estuviera lamiendo su helado favorito.

Gimo mientras que a veces arqueo mi espalda. No podía con el placer que me brindaba mi esposo.