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Shawn Mendes

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Shawn Mendes.

Alice era la niña más hermosa del mundo. Sus ojos verdes como los de su madre, sus rulos cafés, sus mejillas gorditas y su rostro con rasgos finos me enamora. Ahora mismo estaba acostada en mi pecho mientras jugaba con mis pelos del pecho, a veces los tiraba y me aguantaba el dolor mirando el hermoso techo.

—¿Mamá?— la miro y beso sus mejillas.

—Mamá está descansando.— susurro y ella hace un puchero.

—Quiero a mamá.— solloza y yo la abrazo.

Apoya su cabeza en mi pecho mientras que abraza a su peluche de león y se chupa su dedito.

Lo mejor que me a pasado en la vida fue encontrar a Emma y tener a mi princesa. Es muy hermosa, me llena el corazón de amor y de alegría. Puede ser un día muy malo, pero, si la veo a ella y a su mamá de verdad se convierte en un muy buen día.

—Shawn.— miro a Emma y se estira para después sonreír.— Mi princesa.— nuestra hija se va a su pecho para acostarse ahí.

La miro y sonrío al verla a mi lado. No soy un hombre bueno para ella, yo siento que se merece alguien que de verdad le dé su jodido lugar en este mundo, pero, nosotros nos amamos a nuestra manera y sabemos que sin el otro no seríamos lo que somos hoy en día.

Soy un idiota y lo sé, pero, lo peor que puede hacer fue engañarla. No me acuerdo de nada de esa noche, no sé si de verdad hubo penetración o que paso ya que solo recuerdo ir a la cocina a tomar un vaso de agua y encontrarme con Vanessa. No recuerdo mucho y yo creo que algo tenía el agua que me sirvió Vanessa, pero, no lo sé y si soy honesta ya no me importa.

Fue una fea etapa de nuestra relación. Hay veces que me gustaría eliminarla de mi mente y hacer como que jamás paso, pero, se que no se puede. Alice tenía unos tres meses cuando pasó todo esto y Emma no me dejó cargarla hasta que estuvimos de nuevo juntos.

Emma sabe torturarme y me lo merecía.

La realidad es que nos volvimos muy tóxicos en ese tiempo, los dos nos hicimos mucho daño y Emma no me perdonó después de mucho tiempo. Ahora mismo tenemos un relación sana y en verdad me da un alivio ya que en ese tiempo los dos éramos muy posesivos con el otro. Yo le baje a mis celos y ella los suyos, era tanto los celos que literalmente follabamos en cualquier lugar, pero, de una manera posesiva, era como un recordatorio de que nos pertenecemos al otro. Ahora nosotros hacemos el amor y no es un sexo como de manipulación o de una rabieta de celos. Ahora estamos muy bien como pareja.

—Son lo mejor que me han pasado.— beso la cabeza de Alice y beso los labios de Emma.— Cómo me gustaría quedarme en la cama con mis chicas.— susurro.

Emma apoya su cabeza en mi pecho y yo la abrazo.

—Creo que Alice necesita juntarse con niños de su edad.— suspiro.— Está rodeada de adultos, solo juega con su niñera y con nosotros.— miro a la luz de mis ojos.

La Duquesa [S.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora