Su cuerpo se desvaneció en la lejanía dejándome con mil incógnitas. Incógnitas que me recorrían el cuerpo. Llevaba rato ahí, inmóbil, procesando todo lo que había pasado. Me sequé las lágrimas con el brazo, con rabia. Me puse las gafas de sol y salí del túnel de aterrizajes. Fui directa hacia el párking en busca de mi coche, Efrén lo había dejado ahí unos días antes. Él no podía recogerme porque estaba liado con la mudanza a Madrid. Allí encontré mi coche, blanco perfecto. Saqué las llaves de mi bolsillo y suspiré. Me hubiera gustado hacer aquel trayecto con ella. Abrí el maletero y puse la maleta y la mochila. En las plazas traseras puse la guitarra. Me senté en el asiento del conductor, cogí el papel que me dio Malú y lo desdoblé. Allí aparecía un número y un corazón dibujado a boli. Eché la cabeza atrás. Habían pasado tantas cosas, había pasado ella y sin duda, cuando alguien entra así en tu vida, no vuelves a ser la de antes nunca. Guardé el contacto como "M" y abrí WhatsApp para escribirle.
"Espero que México no se haya desvanecido de ti con la prisa de tus pasos"-escribí.
Pulsé a enviar. No tenía última conexión y tampoco me apetecía torturarme esperando a que respondiera, así que di al contacto y arranqué dirección a casa, donde me esperaba Lola. Cuando giré la llave y empujé la puerta mi bola de pelo grisácea me recibió ronroneando en mi tobillo. Sonreí.
- Loleta.-dije agachándome a acariciarla.- Te eché de menos, pequeña.-añadí acariciando su lomo.
Entré con todo el equipaje y me puse a deshacerlo. No recuerdo cuántas lavadoras llegué a poner ese día. Pero cuando puse la primera me decidí a comer, pero como era de esperar, mi nevera estaba vacía, así que fui en busca de mi teléfono para pedir algo de shushi para comer. Cuando cogí el dispositivo vi que tenía mensajes, concretamente era ella, Efrén y Agoney. Sin dudar pulsé sobre su notificación para descubrir cuál era el mensaje.
-"No podría olvidarlo ni que quisiera. Te debo una explicación y la tendrás."
Lo había escrito hacía cerca de media hora pero todavía estaba en línea. Aproveché para contestar.
- "¿Cuándo la tendré?"-respondí. Necesitaba esa respuesta.
Al instante salió el tick azul y pude leer el "escribiendo" bajo su nombre. De manera intermitente aparecía el "escribiendo" y se intercalaba con el "En línea" lo que indicaba que se estaba pensando bastante la respuesta.
-"No puedo decirte con exactitud cuando. Lo siento. En cuanto pueda, lo haré. Sé que es difícil pedirte que me entiendas o que confíes en mí, a ciegas, sin saber nada y con lo que vendrá. Eres libre si quieres seguir tu vida. Yo te guardo donde jamás podrán cortarme las alas."-finalmente respondió.
Aquel mensaje me dejó intranquila, ¿quién le cortaba las alas?¿por qué no podía explicarme que sucedía?¿qué vendría? No entendía absolutamente. Pero lo que me dolió como una punzada fue el "Eres libre si quieres seguir con tu vida". No había pensado en qué iba a hacer después de aquello, después de su precipitada marcha, pero tampoco me interesaba nadie más a ese nivel.
- "¿Qué te impide ser libre? ¿Estás bien? Malú, puedo ir a por ti ahora mismo."-respondí rapidamente.
- "Te quiero, M"-respondió y dejó de estar en línea.
Resoplé y le envié varios mensajes más preocupándome por ella, preguntándole por qué tanto secretismo y sobretodo, por qué todo tenía que ser tan complicado. Mensajes que en aquel instante no fueron contestados. Llamé al restaurante de shushi e invité a Agoney a casa. Él por supuesto ya había comido, eran las cinco de la tarde, pero yo necesitaba explicarle aquella historia a alguien y sobretodo, necesitaba un abrazo. El canario no dudó ni medio instante y en diez minutos ya lo tenía al otro lado de la puerta.
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HALA KEN
FanfictionPercibir cómo lates, saber cómo lates y descubrir dónde lates. Ese es el verdadero desafío de esta vida. Abrir las alas y cerrar los ojos al miedo.