25. Éxtasis.

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- ¿Ya os han mandado a comer esto ingleses?-preguntó una risueña Malú.

- Chica la puntualidad inglesa.-respondí con una sonrisa.

Tras un breve silencio, me pronuncié.

- Me alegra escucharte tan feliz.-dije algo más seria pero sin crear un ambiente tenso.

- Me ha sentado muy bien salir de allí. Sin ti no hubiera sido capaz. Lo veía todo muy negro, pero ver que pude me ha hecho coger confianza y bueno, con esto de la investigación estoy mejor, me siento realizada, útil, vuelvo a ser yo.-dijo en un tono alegre.

- Me alegro mucho de ello, de verdad.-dije en un tono afable.

- Verás... Te llamaba porque bueno, creo que hay una cosa que ya sabes y que no hemos hablado.-dijo algo más seria.

Solté el aire de mis pulmones con pesadez. Finalmente aquella conversación salió a relucir, pese a los burdos intentos de esquivarlos. No lo evitaba porque odiase a los niños o algo por el estilo, sino, porque realmente me atemorizaba saber el por qué se había quedado embarazada. Conocer el trasfondo de aquello.

- Ya...-dije en un suspiro.- Tú dirás.-añadí.

Pude escuchar como ella también resoplaba al otro lado de la línea. Supuse que para ella hablar de aquel tema tampoco era tarea fácil. 

- Estoy embarazada.-dijo rompiendo aquel mini silencio.- Estoy de 6 semanas.-añadió con un hilo de voz.

Fruncí el ceño. Seis semanas...  Yo hacía justo 4 semanas que estaba en tierras inglesas. Entonces, aquello significaba que aquello sucedió antes incluso que los Dial... La semana en Galicia después de México. Ella no acudió a la "cita", no vino a verme antes de que fuera a Galicia. Todo volvía a cuadrar.

- Miriam, lo siento.-dijo con la voz quebrada.

- Por eso no viniste cuando me marché a Galicia, ¿verdad?-dije molesta.

- Sí... Pero no todo es tan sencillo, Miriam.-respondió frustrada.

- ¿Ah no? Porque yo lo veo bastante sencillo, Malú. Te lo follaste mientras decías que no podías olvidar México, ¿esta era la explicación que me debías, por cierto?-pregunté indignada.

- Pues sí, joder.-respondió elevando el tono de voz.- Sí, joder. Llegué de vivir unos días de puto ensueño, Albert soltó que nos íbamos a casar sin tan siquiera preguntarme una mierda, estaba saturada, no podía dejar de pensar en ti. Quedé con Melen, terminamos haciendo copas en un bar de Malasaña, te vi de refilón entrar a un portal, ibas acompañada de tus amigos, te veías feliz y yo estaba ahí, destrozada.-dijo enfadada y llorando a la vez.

- ¿Feliz? Una mierda feliz, pasé un día de mierda. Vinieron porque estaba en la mierda porque no entendía nada, Malú.-le recriminé.

- ¿Estabas en la mierda? ¿En serio? Yo terminé borracha y drogándome con éxtasis, porque de no drogarme no hubiera podido sobrellevar ese maldito infierno.-confesó con rabia.- Para mí no era nada fácil todo aquello y me lo tomé y en lugar de que desaparecieras de mi mente, te multiplicaste, te veía en todas partes. Melen me llevó a casa porque iba fatal, tan fatal que apenas recuerdo fragmentos de lo que sucedió a partir de aquel momento. Era la primera vez que tomaba éxtasis, no sabía ni qué producía, solo quería evadirme. No quería darme cuenta de que estaba encerrada en una puta jaula de marfil.-añadió dolida.

Resoplé, estaba enfadada por tantas cosas en aquel momento que ni las palabras me salían.

- Aquella mierda me hizo sentir un instinto primitivo insaciable y cuando llegué a casa él estaba ahí y yo... Yo no podía controlarme y pasó.-dijo furiosa.

- Estupendo.-dije resoplando de nuevo.

- Me grabó.-dijo entredientes.

- ¿Que hizo qué?-pregunté desubicada y enfadada a partes iguales.

- Me grabó. Nos grabó follando.-dijo seria.

- Estoy flipando.-dije llevando a mi frente la mano que me quedaba libre.- Neno pero es que ¿tú no sabes con qué clase de peña te acuestas? Joder que estás con él por que se le encaprichó al maldito Cayetano de las narices.

- ¿Pero tú quién coño te crees? Prueba a tomarte esa mierda estando borracha y hundida. Pruébalo y a ver si tu autocontrol y tu moralismo aparecen. A ver si todo lo haces tan bien.-me recriminó muy furiosa.

En aquel momento empecé a ser consciente de que mi boca había traspasado un límite importante. Las palabras salían de mi boca antes de pasar por mi mente. Tragué saliva y cogí aire. Debía calmarme.

- ¿Es en serio que no es una puta broma esto? Es que esto es más surrealista que Dalí, neno.-pregunté en un tono más calmado en cuanto a enfado pero desesperado.

- ¿Tú te crees que te estoy tomando el pelo?-preguntó seca y antes de que pudiera responder volvió a articular palabra.- No, dímelo, porque de ser afirmativo, no sé qué hago perdiendo el tiempo hablando de esto contigo. Es que te comento, que por ese vídeo no pude ir a verte, que por ese vídeo vino al Vive Dial y me aisló de todo el mundo para que no me cruzara contigo. Porque oh sí, sorpresa, no sé cómo pero se enteró de que estuve contigo en México. Gracias a ese maravilloso vídeo...-su voz de quebró.- Gracias al vídeo de mierda me obligó a repetir aquello tantas veces como se le antojaba, porque si no lo hacía, lo filtraba. Con ese vídeo de los cojones me tenía más atada que con el contrato, ¿entiendes ahora que la vida no es como en tu burbuja? Yo no tengo ninguna culpa de que sea un miserable, ¿me oyes?-dijo furiosa.

Me quedé helada en aquel instante. Mi furia bajó de golpe. Cogí aire. Mi mente, en un deseo indomable por torturarme, conectó con aquello recreando imágenes en mi cabeza que solo harían que dañarme. Dañarme mucho. Tanto así que empezaron a caer lágrimas por mis mejillas. Me daba muchísima rabia que hubiera pasado por aquello y me daba rabia haber dicho todo aquello sin filtro.

- Perdón.-dije tras unos instantes de silencio.

Resopló tras el otro lado del teléfono y colgó. 

- Joder.-grité dándole un golpe al sofá.

Me levanté con rabia, enfado, furia. Caminé valle abierto, gritando cien mil insultos, sacando de mí toda aquella ira. Terminé llorando en medio del valle, destrozada. No debí decir aquello, la había cagado muchísimo y la había cagado en el peor momento. Cerré los ojos y poco a poco me fui agachando hasta quedar sentada, con las rodillas pegadas a mi pecho y mis brazos envolviéndolas. Mi cabeza entre las rodillas, las lágrimas brotaban de mis ojos como el río de entre las montañas. 


Otro más. Giro dramático de los acontecimientos, ¿qué creéis que pasará? No dejo más preguntas, pues quiero que dejéis en los comentarios vuestras sensaciones y predicciones para el siguiente capítulo. Espero que no me odiéis demasiado y que os haya gustado. Nos leemos.

Beso apretao',

BrokenLines.



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