27. Casi.

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Nos seguimos besando largo y tendido. Me parecía algo casi irreal que todo aquello estuviera sucediendo. Cuánto había echado de menos sus labios en aquel casi mes y medio. Aquel día fue como volver a México. Fue como volver a empezar. Intentaría acelerar el final de la producción haciendo más durante aquellos días para poder llegar a tiempo de acompañarla a la ecografía. Sabía que sino, iría sola y el evento era lo suficientemente importante como para que no estuviera sola. 

Nos despedimos en la casa de Sol entre besos y caricias, también alguna que otra lágrima. Nos costó separarnos, otra vez. Aunque al menos, esta vez sí había la certeza de que volveríamos a encontrarnos y además, sería breve la separación.  Aunque no nos gustara, me tocaba volver a Londres y terminar la producción del disco más intenso de mi vida.

Malú POV

- Bueno, he estado hablando con mi hermano.-dijo Raquel tras la marcha de Miriam.

- ¿Y qué te ha dicho?-pregunté frunciendo un poco el ceño.

- Entrará él mismo mañana por la noche, dice que conoce el sitio y que con el tema de la secreta y eso, ha podido acceder a los planos de la casa. Con suerte mañana de madrugada o pasado mañana seremos libres con esos documentos.-dijo Raquel con una amplia sonrisa.

- Bueno, eso se merece un vinito, ¿no?-sugirió Sol animada.

- Bueno, a ver tampoco nos precipitemos, que hay que ver cómo sale.-dije tratando de poner algo de realidad al momento.

- Malú, saldrá bien, relájate. Por estadística, después de sufrir tanto, nos toca que esta salga bien, ¿no crees?-respondió Sol alzando una ceja.

- Haced lo que queráis yo me voy a dormir, así que no la liéis demasiado.-dije dirigiéndome a mi habitación.

- Ya claro, tú te vas a llamar a tu churri, sino de qué ni cenas.-respondió Sol divertida.

- Mira pues sí pesada, iba a llamarla.-dije con una sonrisa.

- ¡Ah pero que ya es oficial! Pues nada de irte a la habitación tú te quedas aquí y nos lo cuentas.-dijo Raquel ya copa en mano.

Resoplé.

- Vaya par de cotillas de pueblo tengo por compañeras de piso.-comenté rodando los ojos.

- Como si tú no lo fueras, lista.-respondió rápido Sol.

- Pero antes me dejáis llamarla, par de pesadas.-dije alzando el dedo indice.- Y nada de espiar eh, que nos conocemos y ya tenemos una edad.-añadí en tono de advertencia.

Salí a la terraza, donde habíamos estado instantes antes. Me abrigué y me senté en uno de los pufs. Marqué su teléfono y esperé su voz al otro lado de la línea.

-  Hola galleguita.-dije cuando descolgó el teléfono.

- ¿Ya me echas de menos?-preguntó en un tono divertido y relajado.

- Bueno, un poco sí. Me hubiera gustado que te quedaras un poco más.-dije con una sonrisa tonta.- A dormir por ejemplo.-añadí.

- Para no dormir.-respondió con una leve carcajada.-Pronto volveré y no dormiremos. Lo prometo.-añadió con un tono dulce.

- Pues aprovecha estos días para dormir porque cuando vuelvas no vas a hacerlo durante una semana.-respondí en un tono sugerente.

- Cuidado porque llevo mes y medio entrenando mucho cada día y una ha cogido una forma física muy difícil de cansar eh.-respondió en el mismo tono que yo había empleado.

- ¿Acaso te crees que me va a costar seguirte el ritmo? No infravalores las hormonas de una embarazada, señorita Rodríguez.-respondí pícara.

- Me estás empezando a poner mala y estoy en el aeropuerto, una así no puede eh.-respondió resoplando.

HALA KENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora